Capítulo 1

298 21 19
                                    

-¿Y qué pasó? - Preguntó Rin, mirándome a los ojos como si su vida dependiera de ello.

-Les encantó, me van a llamar este fin de semana- abracé mi guitarra, mi gran compañera.

-¡Felicidades, Neru! ¡Sabía que tus ojos les iban a hipnotizar! ¡Y tu voz tan hermosa!- Len se colgó de mis hombros, besándome en las mejillas.

Me sentía feliz, sin duda, pero Len estaba con su cursilería, lo conozco y solamente estaba de buen humor.

-¡Vamos a festejar!- Propuso Nero -Felicidades hermanita- dijo. Depositó un beso en mi frente y yo le respondí abrazándolo.

-Y tú, que me gritas para que me calle cuando estoy cantando en la ducha. Ahora no podrás hacerme callar en el escenario- Le di un leve codazo a Nero

-¡No es mi culpa! ¡Necesito estudiar! ¿Sabes qué estoy en el cuadro de honor, no?- Posó con su ego como medalla.

—Vayamos a casa y hacemos algo ahí con la pandilla— dijo Rin acercándose a Nero para darle un beso e la mejilla.

-Voto por comer pizza en casa.

-Estoy contigo, Len.

...

-¡Traje más comida! Y... a Teto- Miku pasó por la puerta de madera con dos cajas de pizza, y Teto con 4 kilos de helado.

-Holis- agregó Teto y se acercó a nuestra mesa llena de grasa; pizza, gaseosas/alcohol, hamburguesas y una botella con espacio para girar.

—Te voy a ganar, Neru— apostó Len y rozó sus dedos contra mi espalda haciendo que un escalofrío descubra todo mi cuerpo.

Ya ven que había vuelto el divo de Len.

—Como si fuera que eres rival para mí, apenas te derrites con un solo beso mío— le dije desafiante, haciendo hervir su sangre. Todos menos él y yo soltaron un "Uhhhh".

Gruñó de la rabia.

—¡Ok! El juego es así:
Vamos a girar la botella y el que toca, toca. No importa si están casados, de novios, amigos, enemigos. El que no quiera jugar que se vaya a la verga— Dijo Rin golpeando la mesa con sus puños.

—Ya veo a Neru llorando porque no me tocó con ella— Dijo Len mirando indiferente, le gruñí y le dirigí una mirada de "Luego vas a ver, inútil".

—Basta de gruñir, parecen perros rabiosos.

Le di un golpe en la cabeza a Biku, me miró como demonio y yo solté una risa.

—¡Párale con los golpes, mija!

Kaito giró la botella y le tocó con... Biku.

Le sonreí pícara a Biku, moviendo las cejas, todo el pack pervertido.

—Después de esto hablamos, amiga— le dijo Miku, su cara demoníaca era impresionante. Su relación con Kaito era bastante seria. Pero era imposible comprenderla, un día estaban juntos y al día siguiente estaban separados.

Un día, Kaito salía con Meiko y al otro día con Miku, eran muuuy raros.

Bueno, nosotros también habíamos pasado esto, cuando llegó Naru, mi prima de 12, había entendido mal algo que dije y se le escapó enfrente a Len, cortamos. Nero se llevó a Len para irse a la playa a observar chicas, de curvas exageradas, promocionando protectores solares y bronceadores, cortamos. Len se encontró conmigo en un restaurante bastante lujoso para sorprenderme, volvimos. Le di una sorpresa cocinada por mi a Len, un volcán de chocolate, volvimos.

En fin, las parejas son extrañas.

Noté que Teto se acercaba hacia Kaito, quedando en perfecta diagonal con Mikuo. Tramposa.

Biku intentó estirarse para darle un beso a Kaito, pero por más que haya intentado, no pudo, y como ya me aburría, simplemente empujé su trasero y cayó encima de Kaito, pobre hombre.

Dios sabrá que pasa con todo el helado que come Biku.

Entonces besó a Kaito de una vez por todas.

Giré la botella y terminó en Miku con Piko, interesante (?).

—U-uh— dijo Piko.

FUE LA COSA MÁS HERMOSA Y BELLA QUE VI EN EL MUNDO, ERA TAAAAN TIEERNOO <333

Sus mejillas, al instante se volvieron tomatitos.

—V-voy a llevar el helado a l-la congeladora— dijo Piko.

—Tú te quedas aquí, yo lo llevo, besa a Miku de una vez— dijo Rinto separando el helado de Piko.

—¡Sonrojate otra vez! ¡Qué tieernooo!— dije con las manos en los cachetes y probablemente con ojos de perrito.

—Ay, que va. Yo soy más tierno— se cruzó los brazos, Len en un cuadro de celos.

—Entonces demuestralo.

—Hoy en la cama te lo demuestro las veces que quieras— me respondió y el calor surgió en mis mejillas.

—Ni te atrevas— intervino Nero —. Hoy duermes conmigo en mi cuarto, Neru.

—¡Pero que— exclamó Len, pero Miku lo interrumpió.

—¿Vamos a seguir jugando o qué?

—¡Ah, sí!— dije —Vamos Piko, besala.

Y entonces Piko se acercó sonrojadísimo a Miku, con pasitos apenas firmes. Miku se adelantó y de un golpe lo besó.

Giré la botella, se volvía lenta, estaba apunto de terminar en Teto, pero terminó en Rinto.

Escuché que Len maldijo y sonreí victoriosa por dentro.

Entonces empezó el barullo, yo solo intentaba que se callasen.

—¡Pero es injusto!

—¡Este juego hace más peleas que el Uno!

—¡Vamos, es solo un juego!

—¡A lo mejor encuentran el amor de su vida!

—¡No quiero perder a alguien importante por un estúpido beso!

—Tengo mejores cosas que hacer.

Bueno, ¿alguna vez escucharon ese grito súper agudo? Inserten el mismo viniendo de Biku.

—¡BASTA!— el mismo grito en la 'a'.

—Madre mía Willy, tu garganta— se preocupó Lenka, acercándose a Biku.

—¡Por estas cosas terminamos todos enojados y peleados! ¡Ya basta, basta, basta!

Resopló y se fue, no sé a donde, pero se fue.

—Me voy, adiós — dijo Rinto, seguido de Kaito, Mikuo y Miku.

—Nosotros también nos vamos, Gracias por todo— se despidió Lenka con Piko.

—Chau, gracias por todo.

Teto permaneció con nosotros, se quedaba a dormir. Cojió una porción de pizza Margarita y un vaso con "Coca-Cola" y se sentó conmigo en el sofá.

—Creo que necesito un novio— dijo, le miré tipo "¿What?" y ella estaba haciendo puchero mientras comía un trozo de su pizza.

—Hoy noté que hiciste trampa para que te toque con Mikuo, ¿Qué me ocultas, Kasane Teto?

—Nada importante— sonrió nerviosa.

—Teto, por favor, te conozco como si te haya parido— le dije exagerando con mis muecas—. Yo sé que él te gusta.

Teto no dijo nada y bajó la cabeza.

—Me encantaría que fueras su esposa, digo, tendrían hijos muy lindos y a lo mejor sus hijos se casan con los nuestros, ¿No, Len?

—¿Hijos? ¿Yo?— se señaló a sí mismo— No puedo cuidarme ni a mi mismo. Por el juego ese de mierda casi nos separamos, no sé. Si hubiese dicho no desde un principio Biku no se habría enojado así.

Sonó el teléfono de la casa, Nero atendió.

Asentía y asentía, se notaba nervioso.

—Neru, hubo un problema con papá.

NeruDonde viven las historias. Descúbrelo ahora