Mi mente es la llave que me libera. Harry Houdini

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Paul se limpio las gafas mientras tosía estrepitosamente al entrar en el bagón del metro.

Era un día especialmente frío y las gentes de New York no hacían nada por mejorar el ambiente general. Empujaban , escupían e insultaban a cualquiera que choque contra ellos. Paul se sentó en un asiento con un chicle pegado , mientras leía ensimismado el ultimo cómic de Sandman.

Cuando estaba en la pagina mas interesante sintió una mirada tras el . Se giro y vio a una joven con un aspecto un tanto peculiar. Era muy delgada ,con unos ojos castaños grandes y despiertos . No era demasiado alta , parecía frágil y escuálida , como un duende . Tenia una boca pequeña , una cara alargada y la piel pálida . No tenia muchas formas de mujer, era como un junco a la intemperie del tiempo. Su cabello era muy extraño , con un color indefinido , entre rubio oscuro y castaño claro , a la altura de los hombros, El le habría sonreído si no fuera por su ropa : una falda demasiado corta para una quinceañera , una camiseta escotada color rojo sangre transparente , que dejaba ver demasiado de su piel. Estaba clarísimo a que se dedicaba. Ella se hacerco a el tambaleante sobre sus tacones de plataforma negros , un tanto tímida y se sentó junto a el .

- Hola- dijo ella . Tenia una voz un tanto mas grabe que otras chicas , una voz que desentonaba con su aspecto frágil.

- Hola- respondió el secamente.

- Es el número 28 de Sandman , ¿ verdad?- pregunto ella

El le miro entre sorprendido y extrañado , no se esperaba que una chica como ella conociera una de las obras mas famosas de Neil Gaiman.

Mientras ella le estudiaba a Paul con la mirada . Era  alto , un poco encorvado hacia delante , cubierto de acné juvenil y un pelo castaño casi negro que le caía en ondas cerca de los hombros , cubriendo parcialmente unos grandes ojos oscuros , bastante bonitos.  Su cuerpo era normal .

Tenia aspecto de fríki , pero a ella le parecía simpático.

- Si-dijo el

- ¿Como te llamas?-pregunto ella , inocentemente.

-¿Esto es el tercer grado?-

- Es una pregunta totalmente normal , desconfiado-

- Paul Stone ,¿ y tu?-

- Gina Sorrento-

El le observo extrañado, no todos los días se conocia a una joven con un nombre tan peculiar.

-¿ Es de verdad tu verdadero nombre?- pregunto Paul

La sonrisa se borro de la cara de la chica , y se volvió seria y un poco siniestra. El metro paro y ella se levanto rapidamente , pero el la siguió y agarro su brazo.

- No me has respondido-

- No te puedo contar mis secretos , Stone , estoy encadenada-susurro ella.

-¿ A que?- pregunto el , extrañado.

- Al pasado , pero solo mi mente puede liberarme-susurro y acto seguido desapareció entre la gente , lo que no sabia Paul era que desde ese momento necesitaría protegerla , no por amor sino por el halo de peligro que la rodeaba , como una manta sofocante , mientras el Mal se acercaba con sigilosos pasos.


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