"-no puedo más, casa día es una tortura. Todos los días me siento peor que el anterior. Se que probablemente no le interese a nadie, se que no te importará a ti. No puedo más y espero que me lo perdonen algún día. "
Presione el botón de enviar y puse el celular en el muro al lado mío.
El viento soplaba fuertemente en la terraza de el edificio en el que vivía haciendo que mi cabello flotaba libre tras mi espalda. El vestido blanco que llevaba puesto se tambalea igual.
No puedo seguir más así, busque ayuda y no funcionó, traté de hacer amigos y tampoco funcionó. Ya no podía más.
Algunos me dirán cobarde, otros sentirán lástima, peor para mi, para mi significaba ser libre al fin.
Lágrimas corrieron por mis mejillas y un sollozo lastimado brotó de mi garganta. Mire hacia abajo y desee que tener a alguien que me quisiera y que me detuviera antes de lo que iba a hacer. Pero eso no iba a pasar y yo lo sabía muy bien.
-lo lamento.- y antes de arrepentirme me giré y Di un paso hacia atrás con los brazos extendidos al aire.
Sentí mi cuerpo caer lentamente y cerré los ojos sintiendo las últimas lágrimas morir en el viento que azotaba mi cara.
Y todo fue negro.
