Odio mi mala suerte

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Mi nombre es Carolinne, soy estudiante de ingeniería y les voy a narrar un poco más de mi vida: yo era la típica estudiante común y corriente, obtenía buenas notas pero no era dedicada al estudio, simplemente el estudio se me daba bien, era hija única de una madre soltera, vivía en un pueblo a las afueras de la ciudad con mi abuela y mi madre, en fin nada especial. Conocía mucha gente, pero no era de muchos amigos, pasaba mis días estudiando, leyendo sagas y trilogías en mi cama o viendo series en el pc.

Sentimentalmente las cosas no se me daban muy bien, en cierta parte odiaba las relaciones, para mi eran complicadas y prefería huir o estar sola, había tenido dos novios pero nada especial. La relación con mi familia era algo complicada, así que me gustaba estar sola, y de cierta manera era un poco resentida con la vida, porque nunca tendría una familia unida o un padre que estuviera ahí para mí.

Leía demasiado, me encantaba la ficción, la aventura, las cosas sobrenaturales, pero no creía en ellas, sólo me gustaba porque así podía huir de mi realidad, tal vez en el fondo soñaba con que algún día se mudara un vecino muy guapo al lado de mi casa, se enamorara de mí y después me diría que es un sexy vampiro, mago, semidios, extraterrestre o lo que sea y que íbamos a vivir una larga historia de amor.

Y así pasaban mis días, nada especial, solo seguía soñando e imaginando cosas que nunca iban a pasar, pero estaba equivocada...

Una mañana me levanté muy tarde y como de costumbre de mal humor, mi madre ya se había ido a trabajar así que estaba sólo mi abuela, la cual me sirvió el desayuno y se fue para una cita médica; como estaba en vacaciones mis únicas opciones eran seguir durmiendo, ponerme a leer o ver series, así que decidí ver mi serie favorita y me acosté, estaba en la mitad del episodio cuando miré mi celular y tenía un mensaje de mi amiga Paula.

-Oye, ¿vamos a ir hoy a trotar?.

-Tengo pereza, está haciendo mucho sol.

-Hey dale, hace mucho no salimos, toca hacer ejercicio, ya sabes ;).

- Esta bien, me arreglo y en media hora estoy en tu casa, chaooo.

Y si, casi siempre que salía de casa me pasaba algo, y no miento, creo que mi buena suerte se agotaba apenas cruzaba la puerta, como había dicho. Llegue a la casa de mi amiga a las 8:30 a.m, era la única amiga que vivía un poco cerca de mí, y por eso la adoraba. Después de una súper sesión de cardio intenso de 60 minutos volvimos caminando cada una a nuestra casa, ella se despidió y yo seguí mi camino. Cuando iba llegando a casa, observé un libro abandonado en la parada del bus, me llamó mucha la intención y decidí tomarlo, que mala suerte la mía.

Cuando llegue a casa lo dejé en la mesa y fui a comer, luego me quedé dormida y me levanté muy asustada porque había tenido un sueño en el cual había sido raptada por una loca demente y llevada a una cueva muy rara, en la cual habían muchas cosas raras, no le preste atención al sueño y fui a buscar el libro.

Era muy bonito, de muchos colores y pasta dura, en ese momento no entendí como alguien pudo haber dejado abandonado un libro así, el único problema era que no lo podía abrir, sencillamente no abría, era como si sus hojas estuvieran pegadas y por más fuerza que hiciera no abría. En ese momento pensé que era una idiota y que había recogido un libro viejo que estaba dañado, así que lo lleve a la caneca de la basura.

No recuerdo muy bien que hice el resto del día, sólo recuerdo que al otro día me levanté y el libro estaba encima de mi mesa de noche, pensé que tal vez mi mamá o mi abuela lo habían puesto ahí, pero al preguntarles supe que no había sido así.

Lo observé por todo lado y me di cuenta que en la parte trasera tenía una advertencia:

...

Este libro nunca debe ser abierto, los secretos que guarda nunca deben ser revelados

¡NO LO ABRAS!

...

cuando leí eso me dio un escalofrío por todo el cuerpo y boté el libro al suelo.

Intenté salir de casa y hacer algo para distraerme, pero por primera vez nadie quería hacer nada, así que me puse a ver la serie y nuevamente me había dormida. Otra vez vi a la mujer, pero no su rostro, trataba de decirme algo pero no le comprendía, estaba muy lejos y al estar de espaldas hacía más difíciles las cosas, no sé por qué, pero sentí miedo, sentí la necesidad de salir huyendo de ahí, y así me desperté.

Quería ignorar el sueño y pensar que solo había sido mi subconsciente imaginando cosas y ya, pero no pude, me la pasé el resto de la tarde y noche pensando en que querría decirme esa mujer y por qué me causaba tanto miedo, y de pronto se me ocurrió que tal vez todo tuviera relación con el libro, ya que los sueños empezaron cuando encontré el libro.

No sabía que hacer, intenté botarlo, quemarlo, regalarlo, pero no podía, siempre resultaba en mi mesa de noche intacto, hasta el momento no se lo había comentado a nadie, tal vez dirían que estoy loca o que era molestando y no me creerían, traté de calmarme y pensar en una solución, pero no se me ocurría nada, estaba empezando a entrar en shock. No quería dormir porque sabía que iba a volver a soñar con la mujer extraña y no quería volver ahí, así que puse todo mi esfuerzo y vi series toda la noche, como descansaba tanto no se me hizo complicado, pero al otro día todo empeoró.

Me di cuenta cuando mi abuela y mi mamá se fueron, así que fui a la cocina y tomé un poco de café con leche, después de toda una noche en vela, decidí consultar en internet algo sobre libros abandonados malditos o que se yo, no pensaba encontrar nada, pero para mi sorpresa encontré un blog muy interesante, era de una chica que decía haber investigado sobre una serie de diarios misteriosos que se habían perdido hace mucho tiempo a un antepasado suyo, ella decía tener el segundo de la colección, pero necesitaba el primero para poder abrirlo y leerlo.

No supe que hacer, ella dejaba sus datos al final y decía que por favor si alguien encontraba un diario, se comunicara con ella y lo devolviera, ya que si no se seguía un orden no servirían de nada, tuve la intención de escribirle pero algo me decía que esa chica mentía y que sólo era una excusa para descubrir algo más grande que los escritos de un antepasado suyo.

No pude resistir más y finalmente me quedé dormida; como lo temía la mujer apareció, pero estaba enojada, no paraba de gritar y lanzar cosas, pero ni así se volteó a mirarme, no sé por qué, pero ya no me dio miedo, tal vez porque en ese momento entendí, que ella me necesitaba y que no me podría hacer nada hasta que yo la hubiera ayudado, y pensándolo bien, no tenía muchas ganas de ayudarla.

El mundo de Elena Donde viven las historias. Descúbrelo ahora