Capítulo 2-contrato de amistad

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"Yo, Mark Martínez Álvarez, a la edad de 12 años, juro estar al lado de Julio Torres Ramírez siempre, en las buenas y en las malas, con novia o sin novia, porque una amistad es una unión más fuerte que una unión con cualquier mujer

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"Yo, Mark Martínez Álvarez, a la edad de 12 años, juro estar al lado de Julio Torres Ramírez siempre, en las buenas y en las malas, con novia o sin novia, porque una amistad es una unión más fuerte que una unión con cualquier mujer.

"Yo, Julio Torres Ramírez, a la edad de doce años, juro estar al lado de Mark Martínez Álvarez siempre, en las buenas y en las malas, con novia o sin novia, porque una amistad es una unión más fuerte que una unión cualquier mujer".

-Ya está hecho. ¿Bien,verdad?

-Sí,está bien. Solo falta firmarlo. Pásame el bolígrafo que tienes a tu derecha Julio.

-Vale,pero espera que lo firme yo primero. Aquí tienes.

-Gracias. Ya está. Pero una cosa,¿qué pasará si alguno de los dos lo incumple? No lo habíamos pensado antes.

-Tienes razón Mark...

-mmm...no se me ocurre nada...¿y a ti?

-...¡vale,ya está! Quien lo incumpla será visitado por el otro firmante y será castigado con...¡treinta estirones de oreja!

-¿treinta? ¡Qué sean cien!

-Perfecto. Ahora solo falta ponerlo justo debajo...a ver...

"Quien incumpla este documento de amistad deberá ser castigado con cien estirones de oreja sin ninguna posibilidad de ser absuelto.

FDO:Julio Torres Ramírez & Mark Martínez Álvarez"

Recuerdo muy bien aquel día...Sí,cuando Juan y yo decidimos firmar un acuerdo de amistad...¡Qué risa pasamos pensando el castigo...cien tirones de oreja! Ahora lo pienso y más que un castigo me resulta un chiste,pero en aquella época,pensar que me podría dejar la oreja más roja que cuando mamá me azotaba el trasero tras descubrir que le había robado dinero para una chocolatina...me asustaba.

Mamá...¡Qué bella era! Cada noche la recuerdo con el último vestido que papá le regaló. Un hermoso vestido blanco ajustado con volantes que le realzaba la figura y le hacía parecer una mujer de veinte años menos...Qué pena que ella ya no esté aquí para leer mi historia...Le hubiera reconfortado saber que la falta de brillo en mis ojos y la pérdida de peso continuo no se trataba del estrés por los estudios o del acoso de mis compañeros...sino que se debía al amor.


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