Once Upon a Chance [One-Shot STEREK]

One-Shot

— Entonces... ¿Qué te parece si vamos ahora a divertirnos un poco? —ronroneó Stiles.

—Estas jugando con fuego. ¿Cuántos años tienes?—agarró su culo.

—Los suficientes para tener una buena experiencia en la cama— habló con la voz acaramelada, acariciándole la espalda.

—Stiles, estoy aquí buscando a tu padre.

—Y yo estoy aquí buscando un poco de sexo contigo. ¿Acaso no quieres? Meter toda esa polla en mi culito. Enséñame qué tan grande la tienes.

Lo miró fijamente y cogió a Stiles en brazos mientras se metían los dos dentro de la casa en una jauría de besos salvajes y muy húmedos.

Derek suspiró y siguió limpiando la piscina después de haber visto esa escena. Otro más que caía rápidamente en la cama de Stiles Stilinski. No sabía como aún no se acostumbraba, llevaba haciendo lo mismo desde que Derek puso un pie en esa casa.

Esta vez el afortunado, o desgraciado (depende de como se mire) había ido allí por un asunto sobre la empresa para hablar con el padre de Stiles, Jhon. Sin embargo el Sr.Stilinski no estaba en casa, lo que dio carta blanca a que Stiles quisiera jugar con él. Y Derek sabía lo que pasaría en cuanto lo vio atravesar la puerta. Era alto, con el pelo canoso, ojos azules y con un cuerpo robusto. Y lo más importante, otro rondando los cuarenta con el bolsillo lleno de billetes morados.

Dejó la piscina libre de cualquier cosa que la hiciera poco atractiva y comenzó a podar los setos que rodeaban toda la propiedad. Miró hacia arriba por instinto y vio como el viejo cabrón embestía a un muy desnudo Stiles. Inevitablemente la polla de Derek se endureció, prestando especial atención a las expresiones de placer por las que pasaba el rostro del muchacho. ¿Qué podía ver en esos hombres? ¿Tanto le ponían los amigos del Sr. Stilinski?

Su mirada se cruzó con la de Stiles y la polla de Derek no podía estar mas dura. Vio muy atento como el chico se relamió los labios lentamente con una sonrisa pícara. Se giró y siguió disfrutando del buen sexo con el viejo rechoncho.

Derek sintió como su polla daba ligeros espasmos.

—No te pongas feliz, no vas a tener nada de es culito nunca. Así que cálmate antes de que me obligues a ir al baño— susurró para sí mismo, llegando al penoso límite de tener una conversación con su erección.

Intentó dejar de pensar en él mismo y Stiles en una cama y siguió con su trabajo. No poco más de una hora después, el gilipollas con canas salió de la casa y miró a Derek.

—¿Sabes quien soy? —le preguntó con el claro tono del desprecio en su voz. En vez de contestar, simplemente asintió. Como se le había enseñado a hacer cuando los visitantes llegaban— Te atreves a contarle esto a alguien y te juro que no volverás a encontrar trabajo en tu podrida vida.

—Mira tu hijo de...—Eso no, Derek no iba a aguantar que le hablaran de esa manera.

—Si le hablas así de nuevo te juro que serás tú el que tendrá una vida de mierda.

Derek miró con sorpresa a Stiles, quien salía apenas con una toalla alrededor de su cintura y con el ceño fruncido. Se pudo delante de Derek y se cruzó de brazos mirando al canoso de mierda.

—¿Qué? ¿Acaso le vas a contar a alguien lo nuestro? —rió con desdén.

—¿Lo nuestro? Nosotros no tenemos nada. Pero seguro que la prensa rosa estaría encantada de sacar algún chismecito nuevo. Como el del jodido empresario casado y con hijos teniendo una aventura con el hijo de su jefe.

Derek vio con regocijo como la cara del hombre palidecía varios tonos rápidamente. «¿Te gusta comer tu propia mierda? Cabrón». Pensó Derek con una pequeña sonrisa en sus labios.