En el pequeño pueblo pesquero de Vaar se oyó un disparo seguido de un silencio aterrador. Pero en una habitación oscura apenas iluminada por una vela solo se oían gemidos de dolor femeninos y otro hombre gritando a la vez: -Empuja, Empuja!-.
A lo cual la mujer le respondió: -Ya lo hago, maldito bastardo, sale algo?!- acabó preguntando imperativamente.
-No, nada creo que el bebe está muerto, solo se le ve su cabeza, creo que puedo sacarlo-.
-Sácame a este maldito bastardo de dentro de mí, su vida no me importa!-. Dijo la mujer con un tono de desprecio.
Unas horas después el hombre le dijo que el niño antes definido por la mujer como bastardo había salido y que estaba vivo
-Sería mejor que estuviera muerto, para que lo quiero? Su vida no me importa, déjalo donde tú ya sabes-.
El hombre salió de la habitación con el bebe ensangrentado, lo miro con repulsión y lo dejo en la esquina más cercana a la casa. El bebe estaba callado, escuchaba a su alrededor con los ojos aun cerrados y sus oídos solo podían captar el pequeño movimiento de las olas y el estruendo al chocar contra las piedras mal puestas del muelle.
La mañana siguiente el bebe empezó a hacer ruidos de dolor a causa del frio de la noche reciente y del olor salado que había en el ambiente, si él pudiera ver vería a una mujer de unos 35 años que salió de una casa y se fue a mirar que había allí y encontró al bebe, lo cogió en brazos y lo llevo a su casa, enseguida puso unos troncos en la estufa y unos papeles donde encendió fuego, el bebe se retorció de placer al sentir esa agradable calor, la mujer , al rato, volvió con unos trapos sucios mojados y limpio al bebe de su sangre ya seca, una vez limpio lo seco y lo dejo al lado del fuego. Unas horas más tarde el bebe empezó a gemir y si pudiera abrir los ojos vería aun que sin reconocerlo, una pequeña estancia: a su lado había un fuego más o menos apagado, una silla de madera vieja donde se encontraba una mujer durmiendo, era un lugar limpio pero pobre, apenas había una mesa, dos sillas y una pequeña estufa, eso, sin contar las dos ventanas pequeñas y redondas que se encontraban en el fondo de la habitación, dándole así, una hermosa claridad.
El bebé, para llamar la atención de esa extraña mujer que dormía en una silla junto a la mesa, se puso a hacer ruidos, pero, solo lo suficiente para que la mujer se despertara y mirara el bebe. La mujer cogió con sumo cuidado el bebe y los puso sobre la mesa para mirarlo con la clara luz del reciente día.
-Colin, te llamaré Colin- Dijo la mujer tras unos momentos de profundas reflexiones.
El bebe hizo una mueca dando a entender a la mujer que sentía frio, esta volvió a ponerlo junto al fuego y se fue por la puerta, minutos más tarde la mujer ya volvía con un plato que humeaba.
-Los siento, Colin, pero solo tengo esto para ofrecerte-.
Colin olió un olor a gachas, pero él se guió solo por el olor ya que no sabia que eran las Gachas y no podía abrir los ojos, aun. Hizo otra mueca dando a entender que no le gustaba. Entonces la mujer se fue por donde se había venido. Unos 30 minutos más tarde volvió a entrar con una cesta muy dañada y momentos después le sirvió un plato lleno de un leche, aquello sí que le gustó a Colin.
Cuando Colin abrió los ojos estuvo observando con sumo interés las acciones de aquella mujer, ella, al darse cuenta empezó a sacarlo a la calle para que admirara el pueblo, pero el bebe solo mostraba interés por el mar, miraba con la mirada perdida a un horizonte sin fin y cuando pasaba un barco sonreía.
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Gladiate
AdventureUn niño nacido en el puerto de un pequeño pueblo llamado Vaar se siento atraído por el Mar. Un día descubre en él un Barco con la bandera negra que le despierta el interés. Mas tarde descubrirá que su verdadera vida esta en el mar. Mientras en la c...