Un ruido rompió el silencio. Abrí los ojos inmediatamente, aun estando en mi cama me sentí perturbada. Cuando el ruido se volvió a escuchar, supe de que se trataba. Eran ruidosos y largos gemidos.
Me levanté e ignore los jueguitos de mis hermanos y me relaje, antes de girar la cabeza y ver mi perdición.
9:00Era terriblemente tarde, no llegaría a tiempo a mi primera clase en mi segundo día de clases. No era tan importante como el primer día, pero importaba. Sin ducharme me metí en unos jeans y amarre mi cabello. Casi tan rápido como eso, me lave la cara y los dientes. Para salir despedida de mi habitación.
Corrí hasta mi bicicleta eh hice un esfuerzo impresionante para llegar a la universidad en sólo ocho minutos, tan solo con pedal y pierna.
Crucé el campus también en bicicleta y la deje frente mi edificio. Vi un millar de estudiantes aún aterrados como el primer día. Cuando una mujer de cabellos rosas se posó frente mío. Parecía que modelada o algo parecido, note que la miraban personas en su mayoría hombres y supe que estaba pasando. Ella se estaba luciendo.
Cuando dio una vuelta completa desplegando su cabellera rosa y golpeandome con las puntas de sus cabellos. Me moleste inmediatamente.
- Ten más cuidado, no todos somos tú pasarela - le dije.
Se giro en redondo y me miró con desdén.
-No me hables quieres - respondió, riéndose así como toda su banda de estúpidos que la seguían y extrañamente admiraban.
-Oh claro por supuesto princesa, finjamos que me asustaste - susurre.
Soltó una larga y ridícula risotada, se bajó las gafas de sol y me miró con sus ojos verdes y antes de que pudiera darme cuenta extrajo la goma de mascar de su boca y la colocó justo en mi mejilla. Todos se rieron y yo tarde en reaccionar.
Tal vez unos seis o siete segundos después la princesa rosa ya se encontraba tendida en el piso con la cara adolorida y unos seis o sietes minutos después ambas ya nos encontrábamos con el rector y yo había perdido mi primer clase de anatomía.
-Este comportamiento es inaceptable y no puede de ninguna manera repetirse ¿Entendido? - explicó.
-Ella lo comenzó -salto ella.
- No importa, no se debe repetir - chilló el rector.
Nos dejó ir, ninguna dijo nada más. Término el día escolar y ya todos sabían que le había roto la cara a Clarie Hotler la hija de alguien supuestamente importante.
Regrese al departamento que mis padres habían rentado para mis hermanos que también estudiaban en la universidad y para mi.
Ellos llegaron tiempo después y como todo el campus ya sabia el chisme del día.
-Nora ¿Le pegaste a Hotler? - pregunto el hermano más grande, Liam.
- ¿Porque le pagaste? - inquirio mi hermano Artie.
- Pego su goma en mi cara - me apresuré a decir.
-Si y todos ya lo vieron - dijo el ultimo de mis hermanos Pat, señalando un video en su móvil.
Miramos como mi puño golpeaba la nariz de Hotler y esta caía directo al suelo. Habían nombrado al video como "Hotler pierde la nariz". Todos reímos a la vez.
- Sigo siendo la West más decente -agregue recordando el acontecimiento de la mañana - ustedes son los que traen a sus mujeres. Supongo que una diferente cada día.
Ellos se miraron entre sí, compartieron miradas de complicidad.
-Nunca nos aburrimos - dijo Pat.
- No quiero volver a escuchar.
Agregue y entre a mi habitación, prendí la portátil y mire Netflix durante un rato. Hasta que temprano más o menos a las ocho me quede profundamente dormida.
Me deslice por los tejados, siempre fui tan rápido como una sombra. Después de todo así debía ser, ya que mientras la gente dormía yo trabaja. Trabajaba en sus sueños.
Me detuve en mi primera parada, la casa de un niño. Me coloque a lado de su cama y puse arena sobre su rostro, que poco a poco se hizo uno con el niño. Produciendo sueños felices.
Continúe de casa en casa, de cama en cama, de niño en niño. Hasta que algo me distrajo. Se trataba de un sueño extraño muy poderoso. Incluso más poderoso que el sueño de un niño. Solo que este no lo era.
Se trataba del sueño de un adulto. Me sorprendí muchísimo, nunca un adulto tenía sueños así de intensos. Me acerqué a la raíz del sueño. Era un pequeño departamento, en una pequeña habitación.
En la cama había una chica, guapísima. De cabellos negros que soñaba con fuerza apretando los labios. Supe su nombre Cómo el de todos, Nora.
Entonces entre a su sueño.
Había una habitación, cubierta con papel tapiz floreado. Tenia muebles antiguos y una mesa redonda. Con tres personas tomando en tasas de té un líquido rojo. Dos de ellas parecían muñecas de porcelana y el tercero estaba cubierto por una capa negra.
Entonces en medio de la mesa apareció Nora completamente desnuda, con sogas en las curvas de su cuerpo que la apretaban. Era hermosa, deseaba ver todo el sueño. No me iría.
El hombre de la capa negra se levantó, y se acercó a ella señalandola. De su dedo comenzó a brotar más de ese liquido rojo. Y Nora cayó de rodillas despertando justo en ese momento.
Vi a los ojos de Nora cuando despertaba y sabía que volvería a como diera lugar.
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Heaven
FantasyNora West, una dulce chica universitaria que cursa su primer año en medicina. Adolescente con una vida aparentemente normal. Quien en una noche despierta la curiosidad de un extraño ser, con el que sueña todas las noches, curiosidad y misterio des...