More than Hollywood | A.U

3. No deberías ser tan dura con él.

—¿Q-qué? —digo atragantandome con mi propia saliva al tragar.

Suelta su agarre y peina su cabello hacia atrás con frustración.

—Alguien filtró fotos de todos nosotros cenando y ahora no solo la puerta del restaurante está llena de paparazzis sino que también la puerta de nuestro hotel, así que debemos cambiar de hotel por esta noche.

Jodida mierda. Jodida y gran mierda.

Odio estas situaciones.

Vuelvo a nuestra mesa dejándolo atrás y noto como casi la mayoría se ha ido, solo quedan unos pocos que están preparándose para irse.

Puedo darme cuenta de algunos celulares apuntando a nuestra dirección nada disimulados. Quisiera tomarlos y aventarlos contra la pared. Creen que porque somos personas reconocidas no necesitamos privacidad.

—Señorita Bredow... —dice mi guardaespaldas y por el tono sé que no me dirá nada bueno—. El señor Brigdet está en camino, se ha enterado de lo que sucede.

Suspiro y sonrío para no llorar o para no tener un ataque de nervios y asiento lentamente con la cabeza.

—Gracias —dirijo mi mirad a él—, puedes volver al hotel. Llamaré a Arthur para que te recoja.

—Oh no, no volveré al hotel cuando usted corre peligro. Nunca se sabe qué pueden llegar a hacer estas personas.

Estoy enfurecida, cansada y necesito prepararme mentalmente para cuando llegue Aaron, lo último que quiero ahora es que me sobreprotejan por unos idiotas.

—Estaré bien, en serio —finjo una sonrisa para convencerlo—. Además, estaré con Styles y su guardaespaldas.

—Pero el Señor Aaron...

—No te preocupes por él —lo corto antes de que termine la frase—, yo hablaré con Aaron y créeme que tu ni Arthur estarán metidos en este lío.

—Amelie —habla el rizado y puedo sentir su presencia detrás de mí.

Me volteo encarandolo, lleva una mano en su bolsillo trasero y la otra sostiene su campera de cuero que cuelga sobre su hombro. Parece un modelo de alta costura y mi boca se seca ante tal imagen.

—¿Si?

—Es hora de irnos, el auto nos está esperando —dice en tono cansino y se dirige hacia la puerta de entrada—. En la puerta trasera también hay paparazzis así que es mejor que salgamos por esta —aclara girando su cuerpo y luego vuelve a emprender camino.

Suspiro y me dirijo hacia las cámaras que apuntan hacia nosotros y los flashes aparecen en mi campo de visión. Aprieto la correa de mi bolso con fuerza.

El guardaespaldas de Styles está en la puerta esperándolo, así que cuando atravesamos esta lo toma de los hombros protegiéndolo de los empujones y el tumulto de personas. Mientras, mi guardaespaldas hace lo mismo conmigo pero con más delicadeza para llegar al auto que nos espera estacionado al final de la acera. Ni Harry ni yo miramos a las cámaras, sólo mantenemos la cabeza gacha y escuchamos diversas acusaciones y preguntas idiotas a las que no respondemos. También escuchamos nuestros nombres cada dos segundos para que miremos hacia los lentes de sus cámaras.

Harry sube al auto y cuando estoy por hacer lo mismo, mi guardaespaldas me guía al auto que está detrás. Seguido de esto, mientras trato de escapar de toda esta muchedumbre, siento un fuerte dolor en mis costillas que me deja casi sin aire. Todo pasa tan rápido y estoy tan aturdida que no me da el tiempo de ver quien fue el idiota que me golpeo y mi guardaespaldas tampoco se da cuenta.