El camionero

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Una noche como otra cualquiera se despierta sin ningún motivo aparente, no siente nada, solo un simple escalofrío que le recorre el cuerpo, la sensación de que ha vuelto a nacer y no ha sido consciente de nada en ningún momento, simplemente estirado en su cama sin recordar absolutamente nada.

La luz de la luna se refleja levemente sobre su rostro, el despertador parpadea continuamente, mira, observa, no es capaz de leer, solo ve una serie de "símbolos", no entiende nada.
Una dulce voz le reclama, una voz melódica y suave pregunta quien es, y solo el reflejo de un rostro difuminado es visible entre la pequeña apertura de la puerta.
Sin pensarlo dos veces, se levanta esperando olvidar esta situación incomoda, pero no todo es como esperaba, no siente fuerzas, su rostro, sus extremidades, su cuerpo ... Esta pálido, de un color blanquecino como si de la misma nieve se tratase, la nieve de  la noche, fría, desolada, la calle vacía y el viento sopla con pequeños estruendos, el chirriar de algunas puertas y el granizo al rebotar en la fachada de los edificios.
La inquietud le corroe por dentro... shhh.

PIIIIIIIIIIIIII, se despierta en medio de la carretera.
Camionero: -¿¡chavaaaal que haces ahí tirado!? ¡levanta! ¿¡No ves que entorpeces el trafico!?-
Se levanta inconscientemente cegado por la intensa luz de los faros mientras el camionero baja de su vehículo.
Camionero: -¡Eh! ¡Tuu chaval! ¡Donde vas! ¿Que se supone que hacías ahí tirado en medio de la carretera?-
El camionero, al ver que aquel chico se encontraba aturdido con una mirada perdida, respira hondo y con una voz amigable y rasgada por el alcohol intenta persuadirle.
Camionero: - chico, ¿tienes hambre? Aquí cerca hay un pequeño bar de paso, ¿quieres tomar algo? vamos... Sube.
El joven sin siquiera decir una sola palabra, incapaz de razonar, se dirige a la puerta del copiloto lentamente.
Camionero: -¡En marcha!-

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