Capítulo 10

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¡Mierda,mierda y mas mierda!...

Kenneth estaba sentado fuera de la oficina del senador Mattews con los nervios pateandole el estómago. Tenía las manos extendidas sobre sus piernas dando golpecitos leves con los pulgares y moviendo los pies incesantemente. Había un gran ventanal aún lado del sofá de piel en color negro en que él que estaba sentado. Y un largo pasillo que posiblemente llevaba a algún tipo de matadero,pues a eso sentía que había ido,veía para todos lados sin ver realmente nada en si.

Jamás había estado en la presencia de uno de ellos,ni siquiera soño con eso,de verdad no lo hacía.

La rubia mujer que estaba sentada tras ese escritorio moderno lo contemplaba con fastidio nada simulado.

Traía el cabello recogido en un moño bastante alto,y su pálida piel estaba perfectamente maquillada. No era mayor de los cuarenta años,pero tenía ese aire intelectual de mujer de mundo,culta,altiva y por lo tanto déspota con los demás,pero eso sólo era en la mente de Kenneth.

Llevaba ahí por lo menos veinte minutos,no mas. Aún asi estaba dispuesto a esperar lo que el senador Mattews estuviera dispuesto a decirle,sabía que era un hombre demasiado importante, además de su cargo y de tener una exitosa empresa constructora,algunos hoteles,un bufete de abogados de gran prestigio,era demasiado importante para perder el tiempo con él. El senador Mattews lo había citado esa mañana de lunes a primera hora del día,en horario de oficina. Máximilian le había casi escupido el rostro el domingo después del medio día tras recibir una llamada misteriosa.

-¿Eres imbécil?.-le había dicho.-¡Maldición Roth! estas jodido,y yo de paso contigo por haber oficiado tu estúpida despedida,de esta ya no nos salvamos ¿sabes quién es el senador Mattews? un jodido dios Kenneth,ese tipo es uno de ellos,y ahora vienes con la pendejada de que hiciste a su hijo el sumiso de mi hermano ¿Pero en que diablos estabas pensando? ¿sabes lo que puede hacerle ese hombre a mi hermano? ¿a tu familia ó la mía?...¡Maldición!.-musitó enrabiado.

Todavía no superaba su miedo,se hubiera podido haber hecho en los pantalones cuando supo que el senador Mattews quería verlo,sólo tenía una leve esperanza de que estuvieran equivocados y que Kumy no fuera nada de ese hombre,que Máx estuviera en un error y que esa llamada que sus contactos habían hecho a ese hombre y él "amablemente les había devuelto " fuera sólo eso,una cortesía.

Levantó su muñeca y le echó un vistazo a su reloj,sólo habían pasado dos minutos desde la última vez que lo había visto,eso era síntoma de que claramente estaba nervioso.

Siguió divagando en eso cuando la voz de Roxanne la asistente del senador lo sacó de golpe de sus cavilaciones.-¡Puedes pasar! el senador te espera.-agregó con una educación fingida.

Kenneth se levantó de golpe e instintivamente levantó sus manos, estas estaban sudadas,las secó en sus pantalones y siguió caminado,se detuvo justo por fuera de la puerta y tomó aire. Dio dos golpes en la puerta y esperó.

-¡Adelante!-escuchó la voz joven que venía de dentro. Sólo al girar la perilla de esa puerta pudo sentir que su corazón iba a salirse por su garganta.

-¡Pasa!.-le volvió a hablar amablemente ese hombre.

Kenneth caminó hasta ubicarse cerca del escritorio de ese elegante despacho,si pensó que el ventanal que había fuera era hermoso se había quedado corto a comparación con el que había en el despacho de Jason Mattews, era impresionante ese lugar,pero era lógico siendo un hombre tan importante. Todavía no podía verlo,éste estaba en su sillón giratorio,de espaldas a él hablando por teléfono con alguien.

-Si!,esta bien,estaré ahí si es necesario,pero sólo si es jodidamente necesario...hm! no lo sé,tu eres quien debe decirmelo...ok,espero tu llamada.-Dejó de hablar y giró para ver a Kenneth de frente.

Mi Esclavo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora