Hoy salí con un chico, tuve la mejor cita que pude imaginar o que he tenido en años... Es muy diferente a las salidas que nosotros hemos tenido, primeramente me llevo en un carro, era muy cómodo por cierto, tanto que deseé quedarme dormida en el, como cuando voy con mis padres y al llegar a nuestro destino me despiertan. Vimos una película romántica (que por cierto él eligió), con palomitas acarameladas y refresco (son mis dulces favoritos), las ocasiones en que fuimos tú has pagado las entradas o las pagamos entre los dos, esta vez no, él lo hizo.
En cuanto a refresco y palomitas cabe decir que nosotros metíamos en mi bolsa: dulces, papas y refrescos, sin embargo esta vez, él compro las cosas sin siquiera preguntar sí quería. Nuestra salida no fue de a michas como nosotros y aun así me gusta más salir contigo. Porque es la persona, no los lujos que se dan.
Después de ver la película me llevo a comer a un restaurante donde había superhéroes; ¿Sabes? fue de lo más divertido porque me gustaba el estilo del restaurante, no es como a los que hemos ido, de todos modos siento que llevar a alguien a donde hemos ido sería traicionarte, no busco eso, solo deseo olvidarte.
Pero siendo honesta el chico es lindo, quiero darle una oportunidad, pero no estoy segura; le hablo desde hace dos años, nos conocimos en Veracruz, tuvimos unas vacaciones interesantes, fue un amor de verano (no te confundas, recuerda que cuando te conté de él, especifíque que ni siquiera pude besarlo y te dije la verdad, no lo besé hace dos años porque tu recuerdo me vino a la mente justo en ese momento, ya lo ves, soy una gran tonta y en esta cita tampoco porque es un caballero y respetó el sólo "vamos como amigos"), pero supongo que a él le sigo gustando.
La película me recordó bastante a ti Damián, también fuiste un maldito egoísta aquella tarde.
Deja que te refresque la memoria...
Cuando ya teníamos años de conocernos, hice mi examen para la Universidad, al terminar de hacerlo porque solo duré una hora, marque tu número y fue algo así:
-¿Damián?
- Sí, bueno
-Soy Lucy-dije nerviosa y pegándome a la bocina
-Hola Lucy...¿qué pasa?- dijiste despreocupado, pues sinceramente te llamo tan seguido que ya no es novedad.
-Nada, es sólo que...- no pude terminar la frase cuando pregunte algo más-¿estas ocupado?
-No exactamente, ¿por qué?- sonabas distraído, pero siempre he amado tu voz, un tanto ronca, a la vez suave, despreocupada como toda tu actitud.
-¿Puedo ir a tu casa?, estoy muy nerviosa por el examen que hice... ¡Quiero un abrazo.!
-Con gusto... Ya sabes- dijiste tiernamente
-Voy para allá- dije y colgue, no necesito decir que te extraño o que te quiero, que te cuides; son palabras implícitas cariño, no quiero despedirme de ti; es algo tonto pero alguien alguna vez me dijo que no le dijiera adiós a las personas que quería, sí tenía la esperanza de que después hablaría con ellas, ni ahora te diría adiós porque aún con toda la historia, quiero que seamos amigos.
Y fue así como tome el camión; pasado los 33 minutos de aquella llamada, baje por la gran avenida dónde vives y camine desde esa glorieta tan peculiar hasta tu casa, sin dejar de pasar por una de nuestra tiendas favoritas, la panadería, donde hacen esos cuernos de chocolate que tanto nos gustan, no tenía mucho dinero, me faltaban dos pesos para ajustar los dos cuernitos, así que sólo compré uno, el que te di al llegar a tu casa.
El cancel estaba abierto, supe que era por mí, ya que nunca está así, toque tu puerta y tu te asomaste de reojo por la ventana, sonriendome.
Abriste esa puerta blanca, te abrace porque bien lo sabes; tus abrazos me calman, me siento segura en ellos, como si estuviera a salvo de cualquier persona o de los mounstros que viven bajo mi cama imaginaria.
Te di el cuernito y vi como comías, estabas en casa solo, viendo una película de una serie que te fascina, no es que sea mi favorita, antes la veía, pero ahora me aburre; sin embargo me sente en el sillón más grande de la sala, a tu lado mientras veíamos el final, ¿cuántas películas hemos visto?
No lo sé, Damián, juro que no lo sé.
Llego tu hermana, espero que no piense que me acuesto contigo, pues se vio demasiado sospechoso: "un chico y una chica en una casa sola."
Ese día no paso nada, ni siquiera un beso.
Pero conocí tu cuarto, ¿recuerdas que no me dejabas verlo?
Te hice cosquillas y jugueteamos, siempre soy así, coqueta y juguetona; tal vez por eso tú tampoco me tomas en serio.
La película la vimos en tu computadora que después de un rato empezo a fallar y decidimos llevarla al técnico, estuvimos un buen rato en esa tienda hasta que mi madre me marco para saber donde estaba, decidiste que me acompañasarías a casa.
Mis padres te amaban.
Antes de que fuera tu cumpleaños, antes de ese día.
Ellos te amaban.
Yo te amaba.
Yo quería creer que eras el amor de mi vida.
Pero ahora no sé quién eres, quién soy, sigo enamorada de ese chico de 17 años, no del hombre que eres.
Al llegar a casa, comimos y reímos un rato en la mesa, la comida estaba muy rica y decidí ver una película acostados en el piso de mi sala, vimos una película de amor juvenil sobre una chica que se enamora de su mejor amigo después de salir embarazada de él.
Y yo lloré en una parte, no lo puedo evitar el papá de ella decía qué: "Amar es que te quieran absolutamente con todos tus defectos y crean que eres especial aún con ellos" o algo así, no me imagino a alguien amandome. Sólo me imagino amandome a mi misma; lloré porque soy una sentimental, pero siempre tratas de consolarme y ese día no fue la excepción.
Me preguntaste:
-¿ahora por qué lloras preciosa?
- No sé, es increíble que alguien te ame como eres, no creo en ello- es mentira creo en ello desde que siento esto por ti.
-Existe y es de lo más bonito- sonreiste y sé que en ningún momento te habrías aferrado a la idea de pensar que por mí, eres un espíritu libre y yo un espíritu acostumbrado a estar más al lado de su pareja que al mío. Estábamos teniendo esta conversación en el marco de la puerta y no supe que contestar:
-Siento mucho no poder enamorarme de chicos que me quieren.... No darles una oportunidad- lo dije quedito,sin voltear a verte, como cuando dices algo que piensas por equivocación pero no deseas que lo oigan, lo dije tan bajo que no me oiste.
-¿qué dices?- dijiste acercandote más- no te escuché.
-Nada importante, sólo pensaba, está todo en orden... ¡Bueno que te vaya bien!. Te quiero, adiós- dije dandote un abrazo y un beso en la mejilla.
-¡yo también! - me diste otro abrazo de despedida y caminaste al cancel, cuando estabas ahí a punto de irte, diste media vuelta y dijiste claro y fuerte:
-Deberías darle una oportunidad a alguno de esos chicos.- otra media vuelta y desapareció tu imagen, entonces me di cuenta de un gran error, si me habías oido, no esperaba respuesta, me quede pensando y confundida no sabía que hacer, me dirigí a mi cuarto, me senté en la cama, miré a la pared, (una de mis amigas ha hecho de mi pared algo artístico; está llena de fotografías que me recuerdan momentos juntas y con las personas que quiero, ha pegado una foto nuestra abrazados en la parte inferior izquierda, supe la respuesta al ver esa foto, debía hablar contigo... Eso haría, no tenía nada más que perder, total mis sentimientos ya los sabías.
Me he puesto tenis lo más rápido que he podido, he dicho a mis padres una mentira: "habías olvidado algo", la verdad estaba en pijama, pero no quería perder tiempo, con suerte estarías a unas cuadras, si es que no habías corrido, ya que te encanta hacer ejercicio, no te encontré en las primeras dos cuadras, estaba desesperada... así que corrí muchas cuadras más, esperanzada por encontrarte, necesitaba decirte algo y lo iba repasando como un mantra en mi cabeza:
"No quiero otro chico, te quiero a ti, puedo esperar más, yo te amo", lo podía imaginar, al terminar de decir aquello te besaría, te haría entender lo mucho que te quiero, pero estaba a una cuadra de tu casa y aún no te veía, no te encontré, estaba oscurenciendo, llegue a tu casa, no me atreví a tocar la puerta a pesar de que solo estarías tú, di media vuelta después de contar tres segundos y corrí dos cuadras, regresaría a mi casa derrotada, se acomularon tantos sentimientos en mi garganta que las lágrimas recorrieron mi cara en más de 15 cuadras; Damián, me veía patética, una chica con pijama, tenis viejos, maquillaje corrido, mocosa e incontrolable, lloraba como si me hubiera realmente pasado algo malo, se me quedaban viendo en la calle, pero por primera vez agradecí que nadie fuera solidario, que no me preguntarán si estaba bien, aunque siendo cien por cierto sinceros, si tú o yo, hubieramos visto a alguien llorando le hubieramos dicho "¿está todo bien?, ¿puedo ayudarle en algo?", es justamente la forma en que tratas a los demás y a mí, lo que te hace imposible de olvidar, amo tu alma bondadosa, sentí que todo había sido la escena romántica de una película, solo que no te encontré en la calle, así que supongo que el escritor de esa película quería tomarme el pelo, ese escritor llamado "vida o destino", total para mí son casi el mismo, se apoyan mutuamente. Es la vida real y tú, tú no me quieres de está manera, y a mi me dolía y me duele aún no entenderlo.
Días después supe que te habías quedado comprando en la tienda de la esquina.
Nunca me querrás como mujer.
Este chico con el que salí ahora, fue un caballero y deseo enamorarme de él, pero no sé que pase, no quiero presionar las cosas.
Sólo sé que mire la película con él; pero tu estabas en mi mente mientras la veía; el protagonista era demasiado frío (como tú) y pedía su eutanasia a pesar de que la protagonista le pedía que no lo hiciera, que intentaran hacer una vida juntos, le dijo que era un egoísta que solo pensaba en sus sentimientos, él le contestaba que esa no era su vida y que aunque realmente la quería, tenía miedo de que fuera todo un cierto tipo de lástima, lo abandonaría a un futuro, lo que más le pesaba era que quería hacer mil cosas con ella pero no podía moverse, sólo del pecho para arriba y un pulgar movía.
Al final tenían un romance no muy bien definido, pero supongo que grande; algo así como un pequeño infinito, que pudo haber sido grandioso en otras épocas, pero que como lo vivían no era el momento correcto.
Y así, así recuerdo a nuestro historia,te recuerdo a ti como un egoísta, pero no más egoísta de lo que yo fui, sólo me gustaría que pudieras haberme querido como yo, que también te diera miedo perderme, que me vaya, quiero creer que lo sientes.
Esperas que me enamore de un buen chico, pronto cuando mi corazón sane y el escritor (destino) lo decida, lo haré.
Por ahora sólo quiero que sepas que es mi decisión el no querer darle una oportunidad a nadie.
Ni siquiera a ti.
Pd: Tus caricias.

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La Historia De Ti
Novela Juvenil"Es simple y sencillamente una novela para alguien que alguna vez conocí; A un gran amor que no quiero olvidar." Lucy Linsfich