Guardianes del desastre

Capitulo 1: Vision

Todo comenzó -según lo que creía-, fue con mis visiones...claro, si lo eran. Aunque parecía real, la mayoría de las personas no me creían -en realidad nadie lo hacía-. Decían que yo era una niña con una gran imaginación y que probablemente lo estuviese inventado todo para llamar la atención; era cierto, los compadezco, ¿quién le creería a alguien -y más a un niño- que decía haber visto a un espeso pero grande humo negro en forma de persona -sin rasgos- y que dejaba una estela al caminar, con apariencia siniestra, que quizá este fuera la causa de todos los accidentes?

El primero de "ellos", lo observe a mis 6 años, en una tienda del puesto de gasolina donde mi padre solía ir. Creí que era parte de mi imaginación, lo observe cuando me baje del coche; Y la verdad es que no me acuerdo con detalles que fue lo que sentí cuando "eso" se encontraba a tantos centímetros de mí, pero sí sé que todo niño de asusta y eso fue lo que probablemente me sucedió, e incluso sin poder creerlo me frotaba los ojos para asegurarme de que estos no estuvieran distorsionando cosas o que tal vez estos no estuviesen sucios. Pero, seguía ahí... solo parado. Al encontrarme con su rostro fue como una explosión de emociones, no sé si quería gritar, llorar o salir corriendo de ahí, lo que si se, es que solo cerré los ojos fuertemente, evitando las ganas de gritar, y me aferre a mi padre hasta que entramos en la tienda. Ya en el lugar lo miraba impaciente, no sabía que hacer ¿decirle a papa? respirando hondo, jale de su manga; me miro y con su mirada me pregunto qué quería, yo le señale donde se encontraba "esa cosa" y le pregunte que era. Volteo, y me dijo que se hacía tarde y que ahí no había nada, sin expresión en su rostro, dejo lo que iba a comprar y me agarro de la muñeca, me metió al coche. En ese momento me pregunte ¿qué había pasado?, ¿por qué él había entrado a la tienda si no iba a comprar nada?. Por última vez lo observe y ya no estaba, me pareció extraño que "esa cosa" cuyos ojos eran agujeros negros con un punto blanco en el centro, sin boca y sin nariz, había desaparecido de repente y en cuestión de segundos -o eso me pareció a mí-. Le insistí a mi padre de camino a casa, si lo había visto y siempre me miraba por el retrovisor, sonriendo y contestando con un "no" sin pedirme explicaciones.

Recuerdo que cuando llegamos a casa, pensé que si mi padre no me creería, mi hermano mayor si lo haría. Siempre lo hacía cuando le contaba cosas raras como estas; creo que fue la única persona que lo hizo. enseguida salí disparada a su habitación, ya que mi padre ahora si me dejaba entrar; le conté todo, de principio a fin y se quedó mudo, mirándome inexpresivo, lo miraba raro y le gritaba exigiendo que hablara o dijese algo, pero solo se limitaba a llevar sus manos a su boca y mordisquear sus uñas. No comprendía porque nadie me creía -ni siquiera el-lo sacudía de un lado a otro y en un momento vi preocupación y miedo asomándose por sus ojos, enseguida aparto la cara y decidí rendirme. Fui a mi habitación y pensé, que si nadie me quería creer lo dibujaría para aunque sea mostrárselo a mi amiga. Eso fue lo que hice, al cabo de un minuto mi padre yacía en la puerta exigiéndome que fuese a comer.

En la cena, mi hermano se sentó a mi lado y me miraba de reojo, se notaba que estaba nervioso, porque ni siquiera había tocado la comida. Mientras yo me preguntaba ¿Qué estaba pasando? Mire a mi padre, quien se encontraba con la mirada perdía y con nerviosismo, movía la comida con el tenedor. Empezó a comer sin darle importancia y sin preguntar... pero la verdad, como era una niña no podía entender que les pasaba, no sabía que hacer o que decir. Todo ese rato fue así, hasta que mi hermano se harto

—¡Estoy harto de esto!— dijo este, parándose de la mesa, cerrando los ojos fuertemente y con los puños cerrados, escapándose pequeñas gotas de sudor del cabello. Mi padre aparto la vista de su plato y lo miro con el ceño fruncido, mi hermano me miro y pude ver en su cara, dolor y furia a la vez; un color rojo que provenía de su cuello se hacía presente en toda su cara, dejando escapar suspiros y parpadeos a una velocidad que hacía que de sus ojos salieran gotas de lágrimas. Hasta que llevo su antebrazo a su cara y se restregó varias veces los ojos, le pregunte que le pasaba con cara de tragedia. El solo se limitó a observarme... en esos pequeños ojos que en ese momento se veían morados, reflejaban mucha preocupación.

Aparto su vista y miro al suelo, en ese momento cedieron aún más las lágrimas, y estas caían como gotas de lluvia en la cerámica, sin parar; Mi padre dejo caer el tenedor fuertemente haciendo un fuerte sonido que nos obligó a observarlo, mi hermano siguió hablando después de eso, secándose las lágrimas –eso... no se va a detener ¿verdad?— le pregunto tartamudeando a mi padre, quien lo miro con furia. Cuando mi hermano se disponía a seguir hablando este lo interrumpió en seco. Levantándose de la mesa, tirando el paño de cocina y haciendo un fuerte ruido... me asuste, Salí corriendo hacia la cocina y me asome desde el marco de esta.

—Rox creo que es mejor que cierres la boca... ¡para ya de una vez!— grito mi padre desde el comedor. Su voz no era de furia, si no de tristeza como si también fuese a llorar; me dolía desconocer la razón por la cual ellos estaban así

observando aquella escena, me disponía a incorporarme mucho mas cerca de ellos, cuando una de mis manos que estaba en el marco resbalo y cause un fuerte ruido al caerme, ellos me miraron y fueron a ayudarme. No me había hecho daño, pero ellos me levantaron como si me hubiese hecho algo mucho peor

Se quedaron así, arrodillados; Quedando a mi altura. Yo les replicaba que me encontraba bien, y mi hermano aun llorando me abrazo y dijo que lo sentía. Mi padre cogió una de las fotografías que habían a nuestro lado en una mesita de sala y la apretó fuertemente contra su pecho, acto seguido le empezaron a salir lagrimas y posteriormente también dijo que lo sentía, y se unió al abrazo junto con la fotografía

Yo los miraba sin saber lo que ocurría, mientras ellos sollozaban, me preguntaba si era por que me había caído. Trate de zafarse de sus agarres, pero la tristeza en mi se hizo presente cuando observe la fotografía...