Capítulo 4

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       Una música suave de fondo y luz bastante tenue daba el cuarto de baño algo encantador. Alec se encontraba recargado de espalda sobre el pecho de Magnus quien lo tenía entre sus piernas. Magnus pasó sus brazos por encima de los hombros de Alec para tomar sus Alec, quien levantó su rostro hacia atrás para encontrarse con esa mirada de gato verde dorado que tanto le gusta, a lo que le dio más libertad al moreno de acariciar su pecho subiendo al cuello e inclinándose para alcanzar esos labios que lo vuelven loco. Si se sentían cansados de la noche anterior, no lo expresaron; con el hecho de estar uno para el otro; sentían que nuevas fuerzas los alimentaba.


      –Pude haber hecho algo mejor por ti en estos días, Alec –Magnus abrazándolo.

      –Magnus, no importa. Ya lo habías mencionado –Alec giró para verlo de frente –además, si analizamos la situación, sin contar que es una tontería, y es mi culpa. De alguna manera me sentí tan frustrado –.

      –Alexander, cariño, yo no diría que fue tu culpa, ni lo pensara. –Magnus agarró el champú preferido de ellos para lavar el cabello de Alec antes del suyo.

      –Magnus –Alec dejo que lavara su cabello y tallara su espalda quedando en silencio por un momento.

      –Sólo que al verte herido, y toda esa sangre en tu ropa –Magnus continuó al mismo tiempo que dejaba ir todo el agua de la tina para quitarse bien el jabón de sus cuerpos con el agua de la regadera –aunque se que en parte era sangre de las heridas de Jan –.

      –Demasiado vergonzoso –Alec se salió de la tina para ir por las toallas pero Magnus lo detuvo besándolo con ternura sobre sus labios.

      –Alexander, deja de pensar de esa manera, no tenías nada con que defenderte. Lo hiciste mejor que cualquier –Alec escondió su rostro en su pecho Magnus.

      Magnus tomó el rostro porcelana rostro entre sus manos.

      –Lo que sea que esté pasando por esa cabeza tuya; quiero que lo entiendas –continuo hablando Magnus mientras le lleno de besos por todo su rostro hasta llegar al cuello.

      –Magnus –Alec en un suspiro ahogado.

      Con las manos y labios de su magnífico y experimentado novio es muy difícil concentrarse en algo más que no sea él. Cerró los ojos subiendo sus manos por la espalda de Magnus, luego con esos dedos largos bajo por su columna hasta la cadera, mientras que el beso se volvía cada vez más intenso, Alec dejo que lo explore a su gusto dejando guiar estremeciéndose bajo sus brazos.

      Magnus guió entre caricias y besos a su ángel hacia la cama acomodándolo bajo sus brazos. Alec se aferro a su espalda mientras le daba espacio a magnifico novio, correspondiéndole cada beso, Magnus haría lo que sea hasta ver satisfecho al más hermoso de los hijos de Raziel.

      Y así se les fue un día completo para ellos sin ser molestados por nadie.

      –Alec. ¿Cuál camisa te gusta más? –Magnus al verlo entrar a la habitación –camisa naranja con letras doradas o azul con lentejuelas y. Alexander pero ¿Que traes puesto? –.

      Alec dejó un vaso con agua en el tocador para ver a Magnus vistiendo pantalones. Habían quedado con los demás de ir a comer en Tikis. Solo se había puesto lo primero que agarro su mano en el armario. Magnus se acercó levantándole el suéter gris viejo.

      –Ey. Yo no me meto con tu ropa –pero Magnus ya estaba ganándole en quitarle aquello de su cuerpo.

      –Pero eso ya lo traías el día anterior –Magnus terminando de quitar aquello que alguna vez fue llamado suéter a su vista.

Fic Malec IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora