1. LA CREACIÓN DEL GRUPO
Sonó la alarma del despertador. Qué sonido más pelotudo. Cómo odiaba ese maldito sonido. Boludo y medio.
Noelia se levantó de muy mala gana, porque odiaba madrugar y para rematar su mala suerte, tenía parcial. ¿Y quién había estudiado? Pues nadie, o por lo menos ella no.
Se metió a darse una ducha caliente maldiciendo su puta vida, hasta que lo recordó, hoy la autora Gabriela subiría el último capítulo del libro que estaba escribiendo por Wattpad. Saltó de la alegría porque por fin sabría qué pasaría con Fer y Sara. Por fin terminaría su tormento por esa novela que tanto la había cautivado.
Al salir de la ducha lo primero que hizo después de envolverse en su toalla, fue llamar a Cris, para recordarle que hoy tendrían un final, o por lo menos un final de la historia, porque para ellos esto aún solo comenzaba.
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Joder, tío. Había esperado todo el puto día por el capítulo final y nada que llegaba la actualización. Estaba malhumorado porque para Alejandro no había nada peor que estar esperando. Odiaba esperar. ¡Hostias!
De lo sumido que estaba en su celular mirándolo fijamente esperando la puta actualización, no se dio cuenta que alguien se había sentado a su lado. Y tampoco le importaba quién estaba al lado suyo. Lo único importante en ese momento era el último capítulo de la historia de Fernando, nada más.
-Joder, sí que andas metido en eso.
Habló un joven rubio, muy delgado, que lo único que resaltaba era su sonrisa.
Ale de muy mala gana volteó a mirar, aunque ya había conocido su voz. Era imposible no identificar la voz de su mejor amigo.
-Daniel, estoy que no puedo de la puta desesperación. Gabriela nada que sube el capítulo.
Daniel vio lo alterado que se encontraba y conocía muy bien que cuando Ale estaba de mal humor, era mejor dejarlo. Pero algo pasó por su mente.
Se acercó seductoramente y le susurró:
-¿Ya decidiste lo del otro día?
Alejandro soltó el celular, el cual cayó al suelo de un gran golpe, y para su mala suerte, la pantalla se partió. ¿Ahora cómo leería el último capítulo? Joder, joder y más joder. Qué puta mala suerte. Y para colmo su mejor amigo le volvía a preguntar eso.
¿Cómo responder a algo tan difícil cuando él ni siquiera sabía si verdaderamente le gustaban las mujeres?
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La pequeña pelinegra se dirigía muy contenta a su colegio. Era una fría mañana en la ciudad de Bogotá, pero parecía que iba a ser un gran día. ¡Claro que lo sería!
Hoy conocería el final de la historia y además recogería la entrega de notas, la cual ya sabía que serían excelentes.
Iba con su mejor amiga, hablando de clases, pero la morena le preguntó a la pelinegra:
-Oye Karen, ¿por qué estás tan contenta? No me digas que hay un hombre por ahí.
Ambas se rieron, la morena de emoción porque su amiga tendría algún pretendiente, y Karen porque sabía realmente el motivo de su felicidad.
Sin dudarlo respondió seguramente:
-Ay parce, son muchos hombres los que tengo en mi vida. Literarios, pero de que los tengo los tengo.
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A un kilómetro del verano
HumorSiete jóvenes de diferentes partes del mundo, ingresan a un grupo de Facebook y un chat de Facebook Messenger, en el cual compartirán grandes cosas. Incluyendo su amor por la lectura.