Capítulo 1:

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Capítulo 1:
No pude volver a pegar el ojo en toda la noche , así que revise el equipaje para ver que no se quedara nada, en cuanto me di cuenta ya eran las 6:30 de la madrugada y tengo que estar a las 8:30 de la mañana en el aeropuerto, nunca me ha gustado llegar tarde a ningún lado, llamo al sitio de taxis, mi madre me dejo muy claro que si me iba no contara con ella.
Solo tardo 15 minutos en llegar el taxi a mi puerta, el señor amablemente me ayudo a bajar mis maletas y colocarlas en el carro, un vistazo más a mi pequeño hogar, de pensar que solo han pasado 2 años desde que me mude, pero este pequeño departamento se ha ganado mi corazón, fue mi primer logro, en cuanto llegamos al aeropuerto me doy cuenta que apenas son 7:45, todavía me da tiempo de ir a desayunar algo, en realidad no tengo mucha hambre y no tardare demasiado en llegar a la terminal de Seattle pero en cuanto paso junto a Krispy Kreme no dudo en comprarme una dona de doble chocolate y un latte caliente, mientras termino mi pequeño desayuno decido llamar a mi madre, como debí imaginarlo ni siquiera tomo la llamada. Entonces decido llamar a mi mejor amiga Helen. Como es de costumbre contesto al tercer tono.
-¡Hey! Alba ¿Cómo va todo?
-Muy bien, estoy a punto de pasar al avión, solo llamaba para avisarte.
-Gracias, te deseó muchísima suerte, ¿Tú mamá al final te perdono? ¿Está contigo? ¿Ya te apoya en tu decisión?
Helen como de costumbre haciendo muchas preguntas sin dejarme contestar una sola, no se que haré sin ella, hemos sido amigas desde segundo de secundaria, estuvo conmigo cuando mis padres se separaron, cuando mi hermano menor decidió irse a vivir con mi papá, no lo juzgo, lo amábamos muchísimo, aun tengo contacto con él, cuando le conté que me habían aceptado le dio una tremenda alegría.
-No, le marque a mi mamá cuando llegue al aeropuerto pero ni siquiera tomo la llamada, debe de estar demasiado molesta, la entiendo, a pesar de que vivía a unas cuadras eramos muy unidas.
-Ella lo entenderá, algún día.
-Eso espero.
Ni siquiera me había dado cuenta, las lagrimas inundan mi cara.
-Me tengo que ir, llego la hora.
-De acuerdo, me llamas cuando estés instalada.
En cuanto cuelgo me dirijo al avión, una vez adentro me busco mi asiento y me coloco a lado de la ventanilla, me duele que mi madre ni siquiera se haya despedido de mí, sé que se enojaría, pero por un instante pensé que estaría contenta por mí. En cuanto me doy cuenta un chavo con cabello chino, ojos cafés claro y piel blanca toma asiento a lado mío, noto que lleva una sudadera de la universidad pero decido guardar mis comentarios, me saluda con una sonrisa amable y toma asiento. 20 minutos después del despegue siento que alguien me habla así que me quito los audífonos y el chico de alado me pregunta:
-¿También iras a la universidad de Seattle?
- Si, ¿Por?
-Bueno, tus papeles salen de tu bolso, yo igual asistire, me dieron una beca y ¿Quién podría rechazar una oportunidad así?
-Cierto.
Los dos sonreímos al mismo tiempo, su sonrisa es muy bonita, tiene los dientes blanquísimos, supongo que uso brackets un tiempo porque sus dientes están más que perfectos, están alineados y limpios.
-¿Tú también tienes una beca?
-No, yo solicite entrar y me aceptaron, una vez que esté allá iniciare los tramites de mi beca.
-Interesante, por cierto mi nombre es Ricardo.
-Mucho gusto el mío es Alba.
Después de presentarnos hablamos sobre lo que queremos estudiar, le comento que quiero ser una escritora realmente famosa, hasta le paso un escrito que hice hace 3 días.
Las 3 horas de vuelo se pasan volando realmente y cuando me doy cuenta ya estamos aterrizando, tomamos el mismo taxi y nos dirigimos hacia la universidad.
Una vez que llegamos me asombro de lo grande que es realmente el campus, es como un castillo de ladrillos rojos y ventanas cafés, decidimos intercambiar números y separarnos ya que aún tenemos que ir a dejar nuestras cosas a nuestra residencia, se me hará extraño compartir habitación con alguien más.
En cuanto abro la manija de mi nuevo dormitorio observo que está decorado de un color hade y hay cuadros de bandas de Rock en todas partes, es muy extraño cuando miro hacia una de las camas esta una joven tomando al parecer un café, rodeada de libros, tiene el cabello naranja y lleva un vestido demasiado corto, jamás usaría algo parecido, mi madre siempre me ha hecho usar faldas justo por encima de la rodilla y playeras no muy descotadas, cuando levanta su vista sus ojos son de verdad hermosos, tienen un color gris, entro a la habitación y decido empezar la platica.
-Hola, mi nombre es Alba, soy de nuevo ingreso.
-Hola, me llamo Valeria, esa es tu cama y tu closet.
Señala hacia la cama vacía y un closet abierto, supongo que acaba de dejar espacio para mi, pues hay zapatos en la parte de abajo, antes de que pueda decir una palabra alguien toca la puerta y entonces aparecen 2 chavos, uno de mediana estatura y el otro más alto, el primero lleva un arete en la ceja y va vestido con pantalones obscuros y una camisa roja, tiene ojos realmente grandes y una nariz muy bonita sus ojos son de un color muy extraño, podría jurar que son un café que se apega al rojo. El otro chico tiene músculos lleva aretes en su ceja y en la parte superior de su labio, sus ojos son mucho más bonitos que el del otro chico estos tienen un color azul, y tiene unos labios muy carnosos de color rojo, su piel es blanca y tiene los dientes muy relucientes.
Sus voces me hacen volver a la realidad, están hablando sobre salir a una fiesta, leí de esto en internet, en Estados Unidos las fiestas son muy comunes hay una cada fin de semana.
-¡Hey! ¿Estas ahí?
-Perdona ¿Qué dices?
-Te pregunte tu nombre.
Me dice el chico más bajito
-Perdón mi nombre es Alba.
-Genial, mi nombre es Diego y mi amigo se llama Edgar. Te preguntaba si gustas ir a la fiesta.
El chico de atrás me observa como bicho raro, se que ha de pensar de mí, estoy vestida muy formal, llevo una falda negra y una blusa de color blanca, mi cabello esta recogido en una coleta y no llevo demasiado maquillaje como mi compañera de cuarto.
-Deja la, no creo que ella este acostumbrada a ir a fiestas.
Edgar entonces por fin dijo una palabra, no me suena grosero su tono, en cierto modo tiene razón, solo he salido a 2 fiestas y en realidad han sido reuniones, siempre he salido con Armando y no recuerdo que nos hayamos quedado más allá de las 8:00 de la noche.
-Él tiene razón, además acabo de llegar y me gustaría desempacar y poner todo en orden para las clases.
-De acuerdo, entonces nos vemos luego.
Ellos y mi compañera de cuarto salen de mi habitación y me recuesto en la cama, observo el reloj y apenas son las 2:30 de la tarde, el día realmente esta transcurriendo demasiado lento.
3 horas mas tarde ya que desempaque y ordene mis cosas para el lunes, reviso mi teléfono y observo que tengo un mensaje de un número no registrado, es de Ricardo.
Me preguntaba si querías salir a comer algo.
Le contesto que sí y nos quedamos de ver en la cafetería de la universidad, ese chico realmente es guapo y me agrada mucho. En cuanto llego a la cafetería, todos me observan, no se si es porque soy nueva o porque realmente voy demasiado arreglada, tomo asiento y espero que llegue Ricardo, en cuanto llega decidimos comer comida china y el me platica que no ha sido nada fácil tomar la decisión de venirse a Seattle, su familia lo apoyo en todo pero dice que los hecha tanto de menos no se por qué razón le cuento lo de mi madre y mi ex novio,
-Tu madre lo entenderá es tu futuro, en cuanto Armando¿Así se llama verdad? Bueno creo que somos jóvenes, llevaban mucho tiempo, creo que el destino quiso que se separan por algo y me alegro de que seas muy madura para saber llevar las cosas.
-Si, bueno y ¿Tú? ¿Ningún amor perdido?
-No, en realidad termine con mi novia ya hace 7 meses.
-Lo siento mucho.
-No sientas nada, ya tiene mucho tiempo.
En cuanto terminamos de cenar me acompaña a mi dormitorio, nos despedimos y cuando entro veo que las luces están apagadas, aun no llega Valeria de la fiesta, me imagino, han de durar toda la noche.
Me quito la ropa y me coloco la pijama, observo mi celular, 0 mensajes, 0 llamadas, ya me lo esperaba, la comida ha sido demasiado agradable, aunque hizo un comentario demasiado lindo pero incomodo a la vez sobre mis ojos, en realidad no son nada del otro mundo, tengo unas pestañas demasiado largas y el color de mis ojos son azules y demasiado grandes.
Pero quien termina de robarme el pensamiento es Edgar, ese chico con el que solo cruce una palabra, se me hace demasiado extraño, no se me hace mala persona, solo pienso que hay mucho sufrimiento detrás de su mirada, realmente es muy guapo y su sonrisa es muy bonita. De repente siento que mis ojos me pesan y en menos de lo que me doy cuenta caigo dormida.











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