La película

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Estábamos en el sofá de mi casa viendo una película, él estaba casi dormido, porque la película era de amor, cosa que odiaba. En un momento dejó caer la cabeza y me di cuenta de que estaba totalmente dormido. Hacía tiempo que deseaba besar sus labios, y acariciar su torso bien definido; era un chico de metro setenta, con un pelo de color marrón de corte militar.

Llevábamos tiempo siendo amigos pero nunca habíamos quedado solos porque a mi me daba mucha vergüenza decirle de quedar; el día que me lo propuso, casi salto de alegría delante suya, esa tarde quedamos a ver una película, pero como no sabíamos cual, le dije de ver Yo antes de ti, que era muy bonita, y a la vez quería aprovechar para lanzarme y darle un beso.

Mientras estaba pensando todo lo que pasó y en cómo estaba, no me di cuenta de que él había apoyado su cabeza en mi pierna y empecé a acariciar su pelo suavemente; parecía que estaba soñando porque no paraba de decir cosas, pero no entendía nada.

En ese momento, vi como sus pantalones mostraban en parte lo que estaba soñando, dado que sus partes más íntimas empezaban a reaccionar a estímulos imaginarios: me empecé a molestar, porque seguramente estaba soñando con algunas de sus "amiguitas", pero de forma inesperada escuché  como susurraba mi nombre y me quedé de piedra. No  podía creer que yo me encontrara en sus sueños, y menos unos de esa índole.

Empecé a acariciar su torso y sentí como empezaba a crecer dentro de mi un sentimiento extraño, y como empezaba a notar mis partes íntimas húmedas por el pensamiento de como sería estar con él, con ese cuerpo bien modelado y bien dotado. Empecé a bajar la mano por su torso cuando de repente noté como ponía su mano encima de la mía.

Yo creía que todavía estaba durmiendo, por lo que no le había puesto atención a nada más que no fueran mis imaginaciones, y al sentir su mano sobre la mía me tensé e intenté retirar la mano de la suya, pero él no la dejó escapar de entre sus dedos. Mis ojos viajaron hasta su cara, donde encontraron a los suyos llenos de lujuria mirándome atentamente; nos quedamos así un par de segundos, que me parecieron años, intentando averiguar que es lo que cada uno quería y preguntándonos con las miradas si continuábamos.

Al no tener reacción alguna de mi parte, empezó a mover nuestras manos hacia la parte más íntima de su cuerpo; no hacía falta sentir con la mano, que su miembro buscaba con ansia alivio, pero después de tanto tiempo deseándolo, no sabía si sería capaz de seguir por ese camino, de forma instintiva y casi inconsciente aparté la mano bruscamente y me levanté del sofá.

El me siguió, me atrapó contra la pared al lado de la televisión y me dijo:

- Qué hacías? - se quedó mirándome con cara pícara.

Enseguida bajé la mirada, pero me puso los dedos bajo de la barbilla para que le mirara a los ojos y le contestara.

- No lo sé - contesté ruborizándome.

- Claro que lo sabes, sólo que no lo quieres decir - dijo con una sonrisa aún más grande de la que tenía antes.

- Quería ver como tenías el cuerpo - contesté aun más roja, e intentando apartar mis ojos de los suyos que me miraban de una manera que no podía descifrar.

Apartó las manos que tenía alrededor de mi cabeza y eran las que me tenían prisionera, pero no me moví, no podía; se quitó la camiseta que llevaba puesta.

- Ahora ya lo puedes ver - dijo con una sonrisa - pero eso no era lo que querías ¿Verdad?

- S...S... Sí - logré contestar.

- Vale - contestó y se volvió a sentar en el sofá pero sin ponerse la camiseta.

Me volví a sentar a su lado, intentando aparentar normalidad, pero algo dentro de mi se había encendido, y no había forma de apaciguarlo.

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