II

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La luz del sol de un nuevo día entró a la habitación del menor, en cuanto ésta alumbró el rostro de Edward, él no dudó ni un minuto en abrir sus hermosos ojos verdes, frotó los mismos con suavidad y sin esperar más, se sentó en el borde de su pequeña y cómoda cama. Un delicado bostezo escapó de entre sus labios, ya estaba listo para un nuevo día.
Harry, por otra parte, se encontraba preparando el desayuno para ambos. Cuando el pequeño, aún adormilado, bajó las grandes escaleras del hogar en dirección a la cocina, lo primero que vió, fue a su padre moviendo las caderas al compás de una suave y relajante música, el pequeño, al no poder aguantar la risa, soltó una fuerte carcajada que hizo dar un brusco giro al mayor. Éste, lo miró con el ceño fruncido, no, no se encontraba enojado, simplemente lo finjía para intimidar al pequeño. Harry siempre decía que él jamás podría enojarse con su hijo.
- ¿Te estás riendo de mi, jovencito? - Preguntó observando al menor fijamente, éste hizo una mueca de asombro y en cuanto el padre soltó el tenedor sobre la meseta, no dudó en salir corriendo - ¡Ven aquí, ya verás cuando te agarre!

- ¡No papi, no me estaba riendo de ti! - Gritaba el niño de cabellos castaños mientras intentaba escabullirse de los fuertes brazos de su padre, el cual, ya lo había atrapado entre éstos -

- Mhm... Y dime, joven Styles ¿Que castigo debería ponerle? - En cuanto Harry mencionó la palabra castigo, Edward tragó en seco mirando con inocencia a su papá. Después de unos pocos minutos pensativo, Harry hizo una mueca y levantó el dedo índice de la mano que tenía libre - ¡Ya lo tengo! Deberás... - Edward esperaba ansioso la sentencia de su padre mientras que el mayor con pasos lentos entraba la cocina. Dejó al niño sentado sobre la mesa del comedor y apoyó sus manos sobre los muslos del pequeño - Deberás comerte todo el desayuno de hoy

- Ay papá, que tonto, creí que era más grave. Claro que cumpliré tu castigo, amo los desayunos que haces - ¿Ahora entienden por qué Harry no se podía enojar con él? El hombre dejó un corto beso en la frente de Edward y se dirigió hacia los platos que se encontraban sobre la meseta, no sin antes haber bajado a su hijo de la mesa - Papá... ¿Hoy tienes el día libre? Me gustaría pasar un rato contigo - Preguntó el pequeño mientras se sentaba en una de las sillas, esperando pacientemente a que su padre sirviera el dasayuno -

- Bueno, no tengo todo el día libre, pero si tengo la tarde. ¿Que te parece si vamos a tomar un helado? - Harry tomó los dos platos, en éstos habían tostadas con mermelada de fresa y un tazón de chocolate caliente, a diferencia de su plato, en el del pequeño había una rica manzana roja -

- Si, pa, me parece genial, así podré contarte sobre la niña nueva de clase, es muy bonita - Al pequeño se le tornaron las mejillas un poco rosadas al hablar del tema. Agarró con su diminuta mano una de las ricas tostadas que su padre le había preparado, él, copiaba las acciones del mayor, ya que también se encontraba comiendo de sus tostadas -

- ¿Una niña nueva, campeón? - El de ojos más claros le dedicó una sonrisa pícara a su hijo, la cual el niño, no entendió muy bien. El menor decidió cambiar de tema y contarle a su papá algo que le había pasado ayer en el colegio - Pa ¿Recuerdas a Rocky?

- ¿El abusón del colegio? Claro ¿Cómo olvidarlo? Manchó mi traje con pintura amarilla - Dijo el rizoso dando un sorbo a la taza de chocolate que yacía entre sus manos. Relamió sus labios y observó atento al pequeño frente a él que se disponía a hablar -

- Sí, ese. Bueno, ayer el hermano mayor de Nico, lo humilló delante de todos, fue genial, Rock salió corriendo y llorando - Edward hablaba con emoción, al parecer le había gustado el hecho de qué dejaran en ridículo al que en su tiempo lo dejaba en ridículo a él - ¿Acaso no es genial, pa?

- Pues sí, ya era hora de que alguien lo pusiera en su sitio - Comentó el mayor terminando de tragar el último trozo de su segunda tostada. Bebió el poco de chocolate que quedaba en su tazón antes de levantar las lozas que había utilizado. Las dejó en el lavaplatos, se disponía a fregar las mismas cuando su teléfono comenzó a sonar -

- Respiró hondo, sacó su móvil de uno de los bolsillos de su pantalón y tras mirar de quien era la llamada, lo cual no lo supo, aceptó la misma colocando su teléfono contra su oído y mirándo a su hijo, el cual seguía comiendo - Termina rápido, cariño, tengo que llevarte a casa de tu tía - Le comentó al menor antes de salir de la cocina, su ceño se frunció de inmediato al escuchar un fuerte estruendo desde la otra línea. Entró a su pequeño despacho con rapidez escuchando atento todo lo que pasaba al otro lado del teléfono. Eran ruidos de golpes y gritos de mujeres, lo cual hizo hablar al rizado - ¿Hola? ¿Hay alguien ahí?

- Tras unos cuantos segundos de silencio pudo escuchar la respiración de alguien al teléfono, la persona, aún de sexo desconocido, decidió hablar - Quiero que abandones la investigación sobre la muerte de tu esposa. No seas imbécil, jamás sabrás quien fue. Abandona ahora o atente a las consecuencias en un futuro. Recuerda ésto, yo te estoy observando día y noche, a cada segundo, cada paso, me sé toda tu vida y si no quieres que a tu único hijo Edward le pase algo mejor abandona es estúpida investigación - Tras esas palabras la llamada fue finalizada. Harry tragó en seco y dió un pequeño brinco cuando la puerta del despacho se abrió de golpe, ésta dejó ver la silueta de su hijo. De inmediato guardó su móvil, tomó aire para calmar los nervios que en aquel momento se apoderaron de él, con la intensión de dejar de temblar -

- Papá, ya terminé ¿Podemos irnos? - Preguntó el castaño apartando unos pocos mechones de pelo que caían por su frente. El mayor negó con rapidez y se acercó a su hijo, se inclinó hacia él y posó las manos sobre sus estrechos hombros. Éste se ganó una mirada fija por parte del de ojos verdes oscuros, confundido por el comportamiento tan repentino de su padre -

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A veces, las cosas del pasado es mejor dejarlas atrás, pero no se iba a rendir tan fácfil, daría con esa persona, cueste lo que cueste.

Infront of youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora