Prueba

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Era tarde...era demasiado tarde, corrí apretando los apuntes bajo mis frías manos me quedaban dos calles para llegar, me acomode mi mochila durante el semáforo que estaba en rojo y durante esos pocos segundos que otorgaba este abrí mis apuntes de esa asquerosa materia.

Con solo ver de qué trataba la prueba me daban ganas de golpear a ese profesor.

Odiaba poesía, la detestaba...el solo hecho de explicar esos dichosos poemas esos textos con palabras confusas hacían mi cólera subir de forma impresionante.

-Yo no necesito saber en mi vida diaria si el autor quería expresar su pena y dolor por perder a su novia- expresé al aire mientras adelantaba a la gente que se interponía en mi camino hacia la escuela.

Gruñí internamente al no poder hacer entrar esas definiciones que en estos momentos me comían la cabeza, eran igual de fastidiosas que la pulga.

Pulga...pulga...

Levante mi cabeza en busca de ese odioso olor que carcomía mi mente.

Ahí estaba.

A solo unos cuantos pasos adelante mío estaba el odioso de Izaya, caminaba cabizbajo y llevaba una bufanda roja junto con su bolso en su hombro izquierdo. Arrugue mis notas y las deje en mi bolsillo, me acerque cuidadosamente al pelinegro para asestarle un buen golpe por la espalda.

-Ni se te ocurra bestia -mire hacia mi estomago y ahí estaba la navaja del desgraciado, lo mire iracundo esperando que la sacara, cosa que no se digno a hacer.

-¿Vas a sacar tu odiosa navaja?-pregunté rabioso.

-Si dejaras de ser una bestia lo haría...pero hoy seré benevolente y cumpliré tu petición -guardó su navaja y siguió caminando retomando lo que estaba haciendo antes de ir a molestarlo.

Vi como avanzaba hacia la escuela, si había algo que me molestaba era que me jodiera la vida...el que no opusiera resistencia me ponía iracundo, metí mis manos en el bolsillo y apresure el paso hasta estar a su lado, el solo desvío su mirada hacia mi y luego volvió a sus escritos que tenía en sus manos.

¿Qué tan importante era lo que leía?

-Oye pulga ¿Qué tanto lees? -pregunté haciéndome el desinteresado, mientras que el con su mano derecha bajaba su bufanda roja para dejar su boca libre.

-Vaya cada día me sorprende mas tu idiotez Shizu-chan -vi esa sonrisa arrogante en su rostro, apreté mis puños dentro de mis bolsillos conteniendo mis ganas de volarle el rostro.

-¡Cállate pulga y responde! -exclamé, el solo empezó a reír mientras vapor salía de su boca por el frio de la mañana- Como esperas que responda si me obligas a callarme, de verdad no piensas Shizu-chan, pero para iluminar esa pequeña mente tuya solo diré que tenemos prueba de la unidad de poesía bestia estúpida -explicó como si tuviera todo el conocimiento del mundo.

Y como si una luz se encendiera en mi interior y me hiciera reaccionar recordé que tenía que rendir una prueba todavía e iba bastante tarde.

-¿Por qué tienes que dar la misma prueba que yo? -Dije extrañado, el solo arrugo su frente -Idiota, la clase de literatura es la única que tenemos juntos... ¡bestia estúpida! -Avanzó rápidamente para luego entrar al establecimiento.

Soy yo o la pulga sonó ¿molesta?

Seguí algunos pasos atrás a Izaya, subí al segundo piso hasta que lo divise, había sido detenido por el director. Baje un escalón para darme a la fuga.

-Heiwajima! ¿A dónde cree que va? -Gritó el director, exhale fuerte y lo encare mientras veía la cara de la pulga que se reía a espaldas del director -Orihara no se ría lo estoy viendo -el director me hizo una seña y nos sentó en su oficina a los dos -Ustedes dos deberían estar dando una prueba ¿estas son horas de llegada?

Shot's Au ShizayaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora