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Ya estamos cerca de nuestro nuevo barrio, muy exclusivo, que duda cabe. Esta situado en una zona residencial. Todo el formado por grandes y lujosas casas.

El taxi se detiene frente a una enorme casa que, dentro de su recinto privado, cuenta con dos edificios auxiliares, uno a cada lado de la construcción principal. Cuenta con una gran piscina situada en el extenso jardín. La finca está rodeada por una valla para que sea más segura y Zor, mi rottweiler, y Pantic, mi amor de braco alemán, puedan correr libremente por ella.

La pesada puerta de la entrada se abre de forma automática. Dan y Karen nos esperan tras ella.

-¡Tía Karen, tío Dan!- les saludo tirándome a sus brazos. Karen besa mi rostro como lo haría una abuela mientras Dan recibe a mi padre.

-Señores, todo está dispuesto, les damos la bienvenida a su nueva casa- dice Dan.

-Gracias- le responde amablemente mi padre- dirijámonos al interior.

La casa es muy espaciosa. Por fuera tiene un aspecto clásico, similar al de las mansiones de la zona, pero la decoración del interior resulta algo más moderna. Aunque ésta sea nuestra nueva casa, detalles de nuestra casa de Seattle están integrados aquí. Gracias a ellos no me siento tan fuera de lugar.

Observando mi entorno varias cuestiones invaden mi mente. ¿Cuál será mi habitación? ¿Dónde me habrá ubicado Olivia? ¿En el sótano? ¿En el trastero? Tal vez haya mandado construir unas mazmorras para encerrarme en ellas... Cuantas dudas sin resolver...

Cierto es que Olivia y yo tenemos gustos muy dispares. Una de las cosas que no comparte conmigo es mi concepto de comodidad. No le gusta nada que ande descalza de aquí para allá vestida con unos minúsculos shorts y una camiseta, pero eso no me preocupa. Me preocuparía más que algunos de nuestros gustos coincidieran... 

-Mia, ¿podemos hablar un momento?- me pregunta mi padre.

¡Ay, ay, ay!

-Sí papá- le respondo temiéndome lo peor.

-Salgamos fuera...- dice cogiéndome de la mano.

Mi padre se dirige hacia una de las construcciones auxiliares. Es una pequeña casa de dos plantas con un porche delantero en el cuál hay un balancín blanco del que me enamoro nada más verlo. Tras meter la mano en el bolsillo derecho de su pantalón saca de él unas llaves sujetas por un llavero con forma de M mayúscula recubierto de cristales de Swarovski.

Después de abrir la puerta nos adentramos en la vivienda. A través de un recibidor se accede a una moderna sala con varios sofás. Tiene una gran televisión de pantalla plana colgada de la pared. A un lateral de la estancia se encuentra integrada una cocina funcional delimitada por una barra custodiada por varios taburetes altos. La planta baja es muy luminosa y cuenta con un dormitorio con cuarto de baño propio al que se puede acceder desde el exterior a través de su propia puerta.

Todavía de la mano de mi padre nos disponemos a visitar la planta de arriba. Al lado de un pequeño dormitorio de invitados hay una amplísima habitación con su propia sala de estar, cuarto de baño y vestidor.

Mi padre contempla cada una de mis reacciones antes de dirigirse a mí.

-¡Esta es tú casa!- exclama con ilusión.

-¿Qué? ¡Cómo? ¡Que!- digo sin sentido.

-Es tú casa, pequeña. Y bien, ¿qué te parece?- insiste mi padre.

-¡Gracias! ¡Gracias papá! ¡Me encanta! ¡Me encanta!- aseguro dándole un abrazo.

-No creas que con esto pretendo sugerirte que no quiero que vivamos bajo el mismo techo. He creído que ya eras lo suficientemente mayor para disfrutar de un poco de intimidad pero puedes trasladarte a la casa principal si lo prefieres.

-¡No! ¡Esta casa es genial! ¡Es genial, papá!- repito.

-Karen la mantendrá limpia y en orden y te hará la colada. Puedes comer aquí o en la casa principal. Habla con Karen y pídele lo que necesites. Nadie entrará aquí sin tu permiso, esta es tú casa.

-¡Esta casa es un sueño, papá! ¡te quiero!- le digo comiéndomelo a besos.

-¡Y yo a ti, pequeña! Solo te pondré una pequeña condición para que disfrutes de ella...- me advierte.

-¿Condición?- le cuestiono entre la duda y la expectación.

-Acompáñame a mi despacho- me ordena.


Al llegar a la casa principal Dan se dirige a mi padre:

-Señor Smith, el señor Miller le espera en su despacho.



EL GUARDAESPALDASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora