La chica se encontraba llorando en silencio mientas la lluvia caía a cantaros por sobre ella, empapando completamente la chaqueta negra que llevaba y lo poco que se podía ver de aquel vestido compuesto en su mayoría por encaje negro y alguna pequeña rosa que se asomaba por el escote. De los ojos le corría un poco de maquillaje negro que hacia que sus ojos pudieran verse muy grandes, sus ojos eran de un color negro intenso y gracias a eso se maldecía cada ves que se veía al espejo y quedaba insatisfecha por aquella mirada tan sosa y "asquerosa". En sus manos había un par de tacones negros, de cinco centímetros pero era claro que no estaba acostumbrada a usarlos, pues se veían unas leves llagas en la parte posterior del pie. Se mantenía sentada en la acera con las piernas contraídas cerca del pecho, sus brazos se recargaban entrelazados sobre sus piernas.
-Debo ir a casa...
Se levanto con lo poco que le quedaba de energía, tomo los zapatos y empezó a caminar, no le importaba en absoluto los charcos que pisaba o el hecho de estar descalza, tal ves sentía el frío pero solo lo ignoraba. Aquel leve susurro dejado por sus palabras no fue oído por nadie, en parte debido a la fuerte lluvia, además ya pasaba de la media noche y todo el panorama estaba oscuro sin ningún brillo mas que el de las farolas que se encontraban cada diez metros, mientas caminaba de manera lenta sentía como el mundo se derrumbaba a sus pies y le caía todo ese peso en los hombros.-Pero mira que eres tonta, ¿creíste que podías venir como si nada y todos te trataríamos como si fuéramos amigos?.
-¡Silencio! ¡No quiero oír mas!.Aquellas voces le nublaban la mente, quería dejarlos ir, que desaparecieran como si nada hubiera pasado. Entonces se oyó un tintineo a sus pies... había pisado algo, al parecer metálico y un poco brillante con la luz que recibía de la farola mas cercana.
"¿Naruto?"
Sin dudarlo dos veces se agacho y recogió aquel objeto... una banda metálica sujeta a un trozo de tela negro, en el centro contenía un símbolo negro, familiar para ella, muy familiar. Después de contemplarlo unos segundos lo metió en uno de los bolsillos de su chaqueta. Hacia mucho que no veía algo como eso, tal ves años. Pero fue algo bueno ya que logró distraer su atención a otra cosa olvidando todo lo que había ocurrido a lo largo del día.
Cuando estaba por doblar la esquina próxima algo la detuvo de golpe, como tenia la mirada clavada en el suelo no presto atención a la figura que había chocado con ella, no tenia ganas ni de alzar la mirada, solo se aparto del camino y siguió caminando como si nada hubiera pasado. Pero fue detenida, le había tomado el brazo una mano, un poco grande o al menos mas grande que la suya, alzo la mirada en dirección al dueño de aquella mano.
Un chico alto, tal ves de un metro setenta; en comparación a ella, que media uno cincuenta y nueve; el chico tenia el cabello castaño y alborotado, mechones caían en todas direcciones. Estaba vestido con unos jeans negros y una camisa color carmín mal abotonada. Sus ojos verdes la miraban mientras se cara palidecía cada ves más.
-¿Eh? Ah... No, perdón por molestar.
Le dejo libre el brazo y se apresuro a darse la vuelta, caminaba lentamente mientras observaba con detenimiento los charcos. Ella dejo el asunto y se dio en redondo la vuelta, donde otro chico la observaba y se acercaba lentamente.
-Disculpa...
Se detuvo a ver su cara, tal vez causaba impacto su rostro, después de todo el maquillaje estaba corrido por todos lados y su cabello estaba revuelto en todas direcciones. El chico tenia el cabello castaño pero a diferencia de su compañero, el suyo era de un tono más oscuro. Vestía un traje de un color azul marino que se podía distinguir un poco del negro y por debajo una camisa blanca, rodeandole el cuello había una corbata desatada.
-Tal vez suene raro pero, ¿Has visto una placa metálica adherida a un trozo de tela negro?. Si no, no te preocupes.
El chico sonrió apenado y tal vez un poco confundido. Era obvio que si sabia lo que aquellos chicos buscaban pero al parecer no creían que alguien con su "apariencia" entendiera a que se referían.
-¡Bill! ¡¿Qué estas haciendo?!
El chico de ojos verdes había regresado a toda prisa y mantenía una mano sobre el hombro de el chico que al parecer tenia por nombre "Bill".
-Cómo que "¿Qué estoy haciendo?". Si quieres encontrar esa cosa rápido deberías considerar el pedir ayuda.
Ambos se quedaron mirándose a los ojos, Bill parecía satisfecho con dejar sin palabras a su amigo, mientras que este solo contesto molesto después de unos segundos.
-Pero, no crees que ella es un poco...
Voltearon a ver a la chica al mismo tiempo. Ella reacciono dando un saltito hacia atrás, agachando la mirada con inseguridad.
-Te lo dije, mejor vamos a buscar por allá. Creo que la perdí por ahí.
El chico de ojos verdes avanzo sin ánimos seguido por Bill, que se disculpo con la mirada mientras se rascaba el cuello y alcanzo a su amigo.
Una oleada de nostalgia la recorrió, ese chico era demasiado parecido a...Entonces se armo de valor y para cuando se dio cuenta ya estaba sujetando a el chico de ojos verdes de una de las mangas de la camisa. El chico parecía sorprendido, demasiado para su gusto.
-La banda de... Konoha.
Murmuro débilmente mientras le entregaba aquel objeto que había estado en su mano desde que tomo al chico de la manga. Sin decir nada más, se dio la vuelta y salio corriendo. ¿Por qué corría?, no es como si hubiera hecho algo malo. Pero quería evitar ver el rostro impactado del chico, no quería volver a cometer los mismos errores, así que solo corrió sin pensar.
Para cuando se dio cuenta, ya había llegado a casa. Saco las llaves de uno de los bolsillos de su chaqueta y abrió la puerta principal. El silencio al entrar era horrible, como las ventanas eran anti ruido no se colaba ni un pequeño sonido de las gotas de lluvia que caían cada ves mas fuertes.Espero que hayas regresado a la hora que acordamos, toma un baño y después ve a dormir.
Asegúrate de que la puerta este bien cerrada.La nota que había en la pizarra de la entrada; justo sobre la mesita donde se ponían las llaves junto con un florero que siempre tenia flores, por lo regular amapolas; fue lo ultimo para ella. Ya no lo soporto y cayó sentada en el frío suelo. Parecía que todo en ese día tenia la intención de herirla, hacerla rendirse por completo y caer en la desesperación.
Pero no hubo más lagrimas, al parecer había gastado todas. Solo se quedo sentada, intentando recuperar el aliento y cuando lo logro solo cerró la puerta con llave, se aproximo al baño y tomó una ducha.

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Solo... No lo sé
Ficção AdolescenteAquí Ritsu con una historia no gay o3o Ah ok xD Bueno esta es una historia que me dolio escribir v,: Solo me queda decir que amo la lluvia. Disfruten.