Siempre está ahí, me vigila, las cadenas de mis tobillos me lo recuerdan cada día. La hora de la comida, pan y agua. Sé que hay algo en ellas, pero como para no morir. Primer mordisco. El efecto es inmediato. Comienza a susurrar, sus voces suenan cada vez mas alto, sólo hay una forma de hacerlas callar. Hay algo en la esquina. Su hoja brilla en la penumbra sobre la madera podrida. No queda otra salida.
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Sangre en los ojos: Microrrelatos de terror
HorrorLos juegos de niños no son más que eso, juegos. Hasta que alguien acaba herido. En su caso a menudo había sangre.