En tu piel. [un Capítulo Por Cada Dos Dias]

Capitulo 2. Culpa.

Como ya mencioné mi nombre es Dylan, Dylan Evans Mars.
Tengo 18 años y 3 siendo un asesino, sicario, loco, pervertido como gustes llamarlo.
Mi madre me tuvo a los 20 años y mi padre tenía 27. Mi padre me abandonó cuando tenía 4 años, no estoy afectado por éste motivo tengo que aclarar.
Mi madre después de que mi padre la abandonará, me dejo con mi tía Katerine pues tenía que trabajar.

La tía Kat era dulce y joven, bendecida con una belleza extrema de la cual carecían sus dos hijas: Dakota y Maya.
Dakota tenía 13 y Maya tenía 6 un año menor que yo en ese entonces. Dakota era la chica más dulce que podrías conocer, trabajadora y comprensiva. La quería como a una hermana. En contraste con Dak, Maya era una perra a pesar de sus 6 años. Sé que Dios es el único que nos puede juzgar pero puedo apostar mi alma, que si esa niña hubiera crecido hoy sería una prostituta en algún club nocturno con un salario de porquería.

Para un niño de 7 años, sus juguetes son su mundo. El hecho de que a mi me dieran regalos era una bendición, mi mamá no tenía dinero suficiente para comprarme siempre y la tía Kat era quien regularmente me
compraba juguetes.

Recuerdo que fue un 25 de Julio, eran vacaciones y yo me encontraba en casa de Kat jugando con una figura de acción bastante desgastada.

-¡Damelo!- Dijo sin ninguna pausa y completamente desafiante para una niña de 6 años. Si, era Maya, que como era su costumbre quería mis juguetes.

-Es mío, tienes más para jugar tú.- respondí con temor.

-Mi mami lo compró, así que es mío. No es mi culpa que tu padre te abandonará porque eres raro y ahora nadie te compré juguetes.- Acto seguido me arrebató la figura de acción junto con varios soldados.

Normalmente prefería darle mis juguetes y que después me los regresará, no quería tener problemas con mi madre así que comencé a ver la televisión, era un programa infantil lo que veía bastante aburrido debo admitir.

Dos horas y media después, Dak llegó y nos dio de comer.
Para ser sincero creo que ella recibía más responsabilidades de las que debería tener para su edad.
Justo terminando de comer, fui al cuarto de Maya para buscar mis juguetes.

Lo que encontré era horrible, de verdad horrible. Mi figura de acción tenía el rostro totalmente derretido y de los soldados realmente no quedaba mucho, la maldita niña mimada los había derretido con un encendedor.

"Maldita. Maldita. Mil veces maldita" Era todo lo que lograba pensar en ese momento.

Corrí a la sala y la tiré, de su asiento con tal fuerza que se fue de bruces y se escucho un gran golpe.
- ¿Qué sucede contigo tonta?- Dije mientras agitaba lo que quedaba de mis juguetes en su rostro.

Su reacción fue llorar hasta que Dakota vino a ver que sucedía. Al explicarle Dakota regaño a Maya, sin embargo, yo tenía ganas de verla sufrir al igual que yo.

Fui hasta su recámara, saque tres de sus muñecas favoritas. Acto siguiente me dirigí a la cocina y las metí en el microondas para verlas derretir y salí corriendo hacia mi casa, porque sabía que mamá me mataría en cuanto se enterara.
El problema es que, en una de sus muñecas sus manos eran de aluminio y al meterlas en el microondas, explotó ocasionando un incendió el cual provocó la muerte de mis dos primas.
Un milagro decían, un milagro que me fuera de casa antes de que sucediera el trágico accidente