La Fotografía

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Vivía en una ciudad cosmopolita un chico muy popular que lo tenía todo, a sus 13 años ya contaba con una gran fama ganada por medio del deporte, siendo capitán de su equipo de foot-ball. Era también muy afortunado, sin importar que no hiciera bien las cosas, todo le resultaba perfecto; además era bien parecido: tenía toda su habitación repleta de fotografías de él mismo para recordarse a diario lo lindo que era.

Esto molestaba mucho a su hermano menor, de apenas 11 años, quien había acumulado en poco tiempo celos y resentimiento ante las constantes comparaciones que sus padres hacían del par de hermanos. Un día, el pequeño ya no pudo soportar más la carga de aquella situación, esperó a su hermano mayor escondido en el armario de su habitación y cuando este entró, le dio un golpe con su bate de béisbol, para después torturarlo con un cuchillo y matarlo.

Lo había planeado ya muchas veces en su mente, así que fue casi como un acto natural. No sintió remordimiento alguno: tal era su gusto que mientras su hermano estaba ensangrentado y agonizante le sacó una foto, la cual con total descaro imprimió después para colocarla en su habitación como trofeo de su terrible acto.

Ignorando la preocupación de sus padres que buscaban a su hermano, simplemente se fue a dormir, viendo la foto de su hermano torturado colgando de la pared. Pero a mitad de la noche fue despertado por un susurro:

–Muerto soy más lindo.

El pequeño saltó de la cama y encendió la luz de inmediato. Veía incrédulo cómo la fotografía de su hermano lucía diferente: tenía los ojos rojos, y lo miraba furioso. Por donde sea que el hermanito se moviese, los ojos de la fotografía lo seguían.

El chiquillo algo asustado se fue al baño, se lavó la cara y cuando se vio al espejo, no era su reflejo el que veía, sino el de su hermano. Corrió hasta su habitación, donde la fotografía dejaba notar una sonrisa malévola; en ese preciso instante, el chiquillo, poseído por una fuerza diabólica, con el mismo cuchillo con el que había asesinado a su hermano, se rasgó el rostro, se sacó una foto, y después, la clavó en su pecho.

Misteriosamente, había en la pared una fotografía, en la cual estaban los dos juntos y se mostraban más lindos que nunca. Los padres, afligidos por las extrañas desapariciones de sus hijos, llevaron dicha fotografía al salón principal donde ahora los dos hermanos observan a todos. Pareciera que sus ojos te siguen adonde vas.

Treehouse Of HorrorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora