Soul's Awakening

Prólogo

El frío calaba en mis huesos. El olor a humedad inundaba mi olfato y el viento azotaba mi espalda en medio de este paisaje hermoso. Era imposible saber cuánto, alrededor de un kilómetro. Probablemente más, era todo lo que la vista alcanzaba a observar pero tal vez se extendía hasta la inmensidad. Una vista parecida a una manta verde y delicada de árboles de pino, majestuosos y frondosos extendía sus ramas unos cuantos metros. Bajo este ocaso plateado, una interminable nube gris cubría todo lo que la vista alcanzara a observar; de la cual cada cierto tiempo descendían unas cuantas gotas de lluvia. En la amplitud del panorama, en medio de todo, se encontraba la figura de una persona. La silueta de un hombre.

Alzo mi vista mientras me paraba lentamente del suelo. Tratando de apoyar mi peso, pongo mi brazo sobre una roca que se encontraba justo al lado de mí e intentó recuperar el aliento. Volteo la mirada hacia el lado derecho y entonces:

-    "Y bien, ¿En dónde debería hacerlo? Tal vez en un lago, Apartado de todos. Quizá lo haga aquí. Después de todo, ¿Quién me extrañaría?"

Mi vista nublada tardaba en reconocer. Aun así, me sorprendió lo que se había dibujado en su rostro inexpresivo. ¿Una sonrisa? No. Era más que eso. Su mirada cabizbaja se alzó ante las gotas de lluvia y volteo hacia arriba.

-    "Quizá debería permanecer solo. O el hecho de regresar en este estado en el que me encuentro y representar un peligro para todos. No. ¿En qué clase de sueño habré vivido?"

Las gotas de agua se habían intensificado y era difícil poder diferenciar. Lo único que podía contemplar con claridad era aquel espeso vapor el cual salía de su boca ante tal frío. A pesar de todo, era obvio. Lo que bajaba por entre sus mejillas... Eran lágrimas.

Sus labios pronunciaban algunas palabras las cuales no alcanzaba a escuchar. Quizás se debía a mi estado físico actual. Estaba exhausto lo cual para cualquier persona puede resultar difícil mantener la cordura cuando se ha estado tan cerca de la muerte. Sin embargo, no estaba imaginando.

Haciendo un gran esfuerzo, como si mi vida entera dependiera de ello, intente entender lo que sus labios decían pero me era imposible.

Entonces note que un viento fuerte se formaba alrededor de aquella misteriosa persona. Un viento lo suficientemente fuerte como para mandarme nuevamente al suelo. Sin más fuerza para poder ponerme de pie, me resigne a permanecer en aquella posición. Gire mi cabeza hacia el lado intentado no apartar mi vista de lo que acontecía ante mí. Pero fui emboscado por una fuerte y cegadora luz de color blanco. Un blanco tan blanco como la misma nieve de Diciembre. Una luz blanca tan blanca como la lana pura la cual me encandilo obligándome a cubrirme de ella. Como cuando en la oscuridad, eres enfrentado por la luz, y esta te obliga a buscar alejarte de ella.

Cuando aquella ventisca y aquel resplandor cesaron, mi instinto me obligo a buscar con la vista el origen de aquel suceso. Mis ojos buscaban consciente o inconscientemente a aquella persona que hasta hacía apenas unos instantes, es encontraba delante de mí. Sin embargo, aquella misteriosa persona no se encontraba más de pie. No se encontraba más.

Me pareció imaginar. ¿Abre imaginado todo? No se encontraba más aquella persona. En su lugar, un cráter en la tierra de varios metros de amplitud. Trozos de árboles en el suelo. Y quizá, aun sus palabras en el aire las cuales me parecieron resonar suavemente en el oído. Aquel hombre misterioso había desaparecido en medio de una ventisca y un gran resplandor. Y Yo fui testigo de su existencia.