El ahora

Prólogo

- No entiendo porque tiene que vivir aquí- dije golpeando fuertemente la puerta al cerrarla, mi mamá inmediatamente despego la vista del papeleo de su escritorio.

- Te calmas primero, luego hablaremos, antes no- dijo serenamente.

Odiaba cuando se ponía así, ella también tenía sus momentos de frustración y yo estaba sin duda a punto de detonar, solo era una bomba de tiempo.

- Es que ella es tan molesta- bufe sentándome pesadamente en el sofá.

- Bueno pues yo recuerdo perfectamente que solías jugar y amar a esa molesta chica cuando tenías cuatro años- rodee los ojos- no pongas esa cara, te pedí madurez para esta situación y estás dando todo lo contrario.

Mi mamá se empeña en restregarme y hacerme recordar cuando era pequeño y esperaba con ansias a que Christine llegara para poder verla y jugar con ella, a veces fragmentos de recuerdos vienen a mí, pero no más que eso, supongo y según mi terapeuta mi cerebro bloqueo los recuerdo de mi infancia debido al maltrato que mi padre nos infringió. Sinceramente tampoco me emociona mucho recordar, la chica es lindamente molesta, frustrante, tierna y cuando le grito sus ojos se ponen vidriosos lo cual me hace querer golpear mi cabeza contra la pared debido al maldito cargo de conciencia por haberle gritado. Ella derriba mis paredes.

- ¡Es que túno entiendes!- grite poniéndome de pie, caminando de un lado a otro mientras pasaba constantemente las manos por mi cabello- ella... ella es tan inmadura a veces, tan exasperante, torpe, entrometida, y hecha a mis invitados, es...

- ¡ya basta!- dijo mi mama golpeando sus escritorio y poniéndose de pie a la vez.

- No sé porque tú te haces cargo de ella, ¡que vuelva a su hogar con su mamá que puede cuidarla perfectamen...

- ¡Su mamá tiene cáncer!- me interrumpió, inmediatamente quede helado- Eleonor va a morir y no quiere que su hija la vea consumirse por esa maldita enfermedad, ahora por fin logras comprender lo desconsiderado que fuiste Dylan.

- Mierda - susurre.

La había jodido, y a lo grande esta vez.