Lisa Kilers:
El frío del viento en mi espalda, mis rodillas contra mi pecho, mis auriculares encendidos al máximo, un sol ocultándose en el horizonte. En ese momento nadie me molestaba, nadie existía más que yo, nadie más que el sonido de la música recorriendo mis venas. El sonido de la música es algo así como mi único amigo en el mundo, así como, lo único que apaga mi mente y a todo lo que me rodea. ¿Quién soy? buena pregunta, porque yo también me la hago muy seguido. Lo único que me limito a decir es que yo soy nada más y nada menos que una perdedora, un cuerpo mas en un mundo equivocado. En mi mundo soy solo yo, sin sentimientos, sin heridas, sin criticas ni comentarios. Muchos creerían saber quién soy, y según ellos: estoy básciamente loca, soy única chica que solo quiere llamar la atención, eso es para las demás personas. Nunca entenderán que nadie puede ayudarme. Estoy sola, soy yo contra el mundo, la gente me evita y yo los evito a ellos. Odio a todos, me odio a mí. Odio mi cuerpo delgado y lastimado y solo quiero volver a ser aquella divertida niña pequeña que disfrutaba de la comida y no perdía el apetito, que jugaba sin parar debajo de la lluvia y no una tonta que se sienta a observarla por la ventana. Para muchos soy una especie de monstruo, un bicho en un salón, uno de esos que los aplastas. Soy un asco. Lo que los demás dicen, es verdad. Nunca podré ser una buena chica, nunca seré lo que todos quieren, nunca me cambiarán, nunca dejare de sentir el dolor que siento. Soy una persona débil, muchos me preguntan el por qué con dolor en sus ojos, pero mi única respuesta es mirar al suelo ya que yo me pregunto lo mismo, las cosas pasan, el tiempo cambia y las personas también. Digo que soy débil por el simple hecho de intentarlo pero luego abandonarlo, de rendirme y querer de una vez por todas desaparecer . Muchos dicen que es algo de la edad, pero yo sé que no. Creen saber qué me sucede... ellos no saben nada sobre mí.
Ya había caído la noche en aquella playa de aquel pueblo de veraneo costero, un pequeño pueblo al sur en el cual solo se llena en las vacaciones de verano y como aún estamos en primavera, el pueblo anda algo vacío y hace bastante frío. Siempre visito esa playa, una hermosa playa encerrada en tierra, con un muelle abandonado no muy lejos. Esa playa es un lugar tranquilo, un lugar donde nadie nunca va, excepto yo y por lo tanto debía volver a mi casa antes de que vengan a buscarme. Por mi me quedaría ahí toda mi vida, pero no podía, debía ir a cenar con la abuela Margaret quien es mi único motivo para vivir desde que mamá se fue.
Volví caminando ya que eran solo unas simples cuadras. Eran los últimos días de la primavera pero yo igual llevaba una blusa de manga larga, no quería que la gente se acerque a preguntarme que me sucedió por todo mi brazo, creerían que me golpean en mi casa o soy tan tonta que me lastima cortando papas pero a veces, la gente no es tan tonta como para creerse esos versos. Tenía muchos cortes... cada mal sentimiento era un corte, así que... no eran para nada pocos
-Lisa - dijo mi abuela Margaret desde la cocina una vez que cerré la puerta del apartamente- llegaste cariño- odio que me digan cariño. Cuando tenía doce años, mandaron a mamá al hospital psiquiátrico ya que se volvió completamente loca, y papá nunca estuvo ni para mí ni para mi hermano mayor Nathan. Entonces, mi abuela, se encarga de nosotros dos. Vivimos en un apartamento dell viejo pueblo perdido en la costa, el pueblo se llama Pavertoon, no muchos lo conocen pero es un bonito centro turístico en el verano.
-si nana- dije fría, con mi voz hecha un hilo de voz- Iré a mi habitación...- hablé mirando sus ojos, esperanzados, sus mejillas arrugadas al igual que sus manos y su tierna sonrisa. Apretó sus labios y me miró con dolor, como si todo fuese su culpa.
-Lisaa... primero tengo que hablar contigo-soltó un largo suspiró, otro de sus largos suspiros- mañana iras a conocer a tu nuevo psicólogo...- dijo.
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Help n.h(editando)
Fanfiction"Bueno, mira. Cada vez que intento acercarme a ella, solo se oculta, ella esta ahí todo el tiempo iluminándome, llamando mi atención, y mostrándose al mundo sin que lo note, pero cuando logro verla por la oscuridad que la rodea ella solo se esconde...