Capítulo 1

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- ¡ Sofía!

Tranquila, hazte la muerta.

- ¡Sofía!

Acabará callandose

¡Sofiaaaaaaa!

-¡ Qué mierda quieres!

Le grite a mi odiosa hermanastra.

- ¡ No tienes derecho ha hablarme de esa manera mocosa!

Irrumpió en mi habitación.

Rodé los ojos y la ignore.

- Mama me ha dicho que seras mi sirvienta esta tarde.

- no pienso servir en pleno siglo 21 a ti y a tus huecas amigas.

- ¡Mama!

- ¿quieres dejar de chillar? Me sangran los oídos

- ¿ Qué pasa pastelito?

Lo que me faltaba, reunión familiar en mi habitación. Yo solo quiero dormir.

- Sofía se niega a servirme a mi y a mis amigas esta tarde.

- ¿ Es eso verdad Sofía?

- Si.

- No puedes desobedecer a tu madre niña

- ¡ Tu no eres mi madre!

No lo vi llegar, todo paso muy rápido. Mi madrastra me dio un guantazo. Me lleve mi mano a la parte dolorida.

- Escúchame bien niñata, vas hacer lo que yo te diga o la próxima vez será peor que un simple guantazo.

Asenti atemorizada mientras que mi hermanastra disfrutaba del momento.

Pensaréis que es el típico cuento de hadas de malvada madrastra maltrata a una pobre chica y espera a su amado príncipe que venga a rescatarla, os equivocais, llevo unos diez años esperando a mi príncipe azul la cual ya me canse y me di por vencida. Mi padre se casó con Franchesca, mi madrastra, y mi padre se fue dejándome en la cueva del lobo, mi verdadera madre murió en el parto así que no la conci.

Me levante de la cama y me vestí con unos simple pantalones cortos, una camiseta corta y mis maravillosos converses.

Sonó la puerta y no tardó en aparecer la voz odiosa de Micaela, mi hermanastra.

- ¡Sofía abre!

Baje las escaleras y fui directa abrir la puerta, eran las odiosas amigas que al verme se rieron y me empujaron de su camino.

-¡ Sofía traenos unas limonadas!

Juro algún día matarla. Fui a la cocina y prepare unos seis vasos de limonada, los puse en la bandeja y subí arriba.

- como iba diciendo, el príncipe Adam ha citado a todas las chicas de 17 años pasado mañana.

- ¿para qué?

- aun no se sabe.

Entre a la habitación y todas se callaron.

- vuestras limonadas

- Mejor tu no te presentes ese día sino quieres espantar al príncipe.

- Tranquila Marisa para eso ya estas tu.

¡ Buum! La deje callada y salí como una diva de la habitación.

¡ A POR EL PRÍNCIPE! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora