No me podía creer que ya fuese viernes, a ver, que estaba intentando entrar en una universidad de arte en la que me podían dar beca o sea que no hacía nada de momento, solo dibujaba. Pero los viernes seguían siendo días mágicos por así decirlo.
Mi mejor amigo Mike iba a venir a buscarme, era mi cumpleaños así que iríamos de fiesta o eso pensaba. Pasé por la cocina, abrí la nevera, cogí una pequeña botella de agua, besé la mejilla de mi madre y salí de casa con mi bandolera sabiendo que mi amigo ya me esperaba abajo. Fui corriendo y nos dimos un profundo abrazo, hacía mucho que no le veía, demasiado. Puede que nunca hubiésemos estado tanto separados.
El estudiaba economía en la universidad, no eramos muy parecidos pero nos conocimos un día cogiendo un taxi, desde ahí mantuvimos el contacto y empezamos a hablar a diario, poco después nos hicimos mejores amigos, era una persona en la que era fácil confiar, sabía que nunca diría nada que pudiese perjudicarme, y mucho menos un secreto.
Llegamos a un sitio... Que no tenía pinta de ser para ir de fiesta. Estábamos celebrando mi decimoséptimo cumpleaños yo quería fiesta, estaba en plena adolescencia. En cambio Mike me llevó a un restaurante, no entendía nada.
—¿Qué hacemos aquí Mike? —miraba a mi alrededor extrañada cogida de su brazo, era un restaurante bastante bonito, parecía de esos en los que hay que ir de etiqueta y yo iba de todo menos de etiqueta. Esperaba su respuesta pero no llegaba. Estaba muy raro, con los ojos muy abiertos mirando a un punto fijo, seguí su mirada y vi a una chica. Esa chica le gustaba.
Él no sabía ni como se llamaba, pero le gustaba, se notaba por como se le aceleraba el pulso cuando la veía o por como se quedaba embobado y tragaba saliva. Me quede pensando un momento hasta que me di cuenta que la chica estaba sola. Era su oportunidad.
—Ve y dile que si va a cenar una hamburguesa contigo—sonreí transmitiéndole tanta tranquilidad como pude.
—Pero íbamos a celebrar tu cumpleaños, y hace mucho que no nos vemos.— supe que se sentía culpable al instante, le conocía bien. Sabía que sentía de verdad lo que decía... pero también sabía que quería ir con esa chica y yo le servía de escusa para no hacerlo porque le daba vergüenza.
—Ve, no pasa nada, podemos vernos mañana, o más tarde, vente a mi casa esta noche y me cuentas como lo habéis pasado. Yo estaré bien no te preocupes, pero memorizarlo todo, quiero todos los detalles—. Lo dije todo sonriendo para que no se sintiera mal, lo decía en serio y el supo que no nos iríamos de allí si no le pedía cenar a aquella chica. Me quedé mirando como se alejaba, se paraba justo detrás detrás de ella tomaba aire y lo echaba antes de hablar con ella.
Me fui del restaurante después de ver como se reía la chica con el y aceptaba su propuesta, por lo visto la habían dejado colgada. Bueno me iría a casa antes pero aun así contenta por mi amigo, ya tendría otro día para celebrar mi cumpleaños. Me puse mis cascos con la música a todo volumen y comencé a caminar dando un paseo hacia mi casa.
Estaba tan solo a dos manzanas cuando en un cambio de canción escuché un grito, paré la música al instante, parecía una chica y pedía ayuda, como en todas las películas de misterio y todos los libros hice lo que siempre grito a la protagonista que no haga, me acerqué a un callejón oscuro del que supuse que provenía el grito. Me asome al tiempo que un chico alto algo desgarbado pero fibroso apuntaba a una chica que, pegada a la pared, gritaba que no la matase, a lo que el respondía con gritos que se callase.
La chica estaba temblando fuertemente, no sabía qué hacer, debía ayudar a aquella pobre chica, me fije en que el chico tenía un bolso en la mano, por lo que me imagine que en principio era un atraco.
Llamé a la policía y escuché como pitaba hasta que respondió una voz femenina preguntando que necesitaba, me disponía a responder cuando escuche un ruido ensordecedor..
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Testigo
Mystery / ThrillerSitio equivocado, momento equivocado. Kylie, una joven, es testigo de un asesinato por lo que es perseguida, lo que sus perseguidores no saben es que ella no podía identificarles.