Lo mire de reojo, con el ceño fruncido y una gran confusión en mi cabeza. ¿Esto significaba tener que aguantar mas amistades?- Blue, me llamo Blue - Respondí bajo y desganado, viendo como asentía con una imborrable sonrisa. Al sentarse, empujó mi brazo con su codo, lo que por alguna razón me irritó más, pero enderecé mi espalda, mordí el lápiz y decidí ignorar el mundo dejando ir mi mirada a la ventana.
- ¿Cuantos años tienes? - La tranquilidad no duró nada. El niño nuevo seguía con la misma sonrisa, que sorprendentemente no tenía pinta de ser forzada.
- Umm, 15. Los cumplo en noviembre. - Nos quedamos callados, envueltos en un incomodo ambiente en el que los dos sabíamos que debía seguir la conversación angustiante y trivial. Suspiré. - ¿Y Tú?
Juro que sus ojos brillaron.
- Tengo 16 , los cumplos en septiembre estoy en este país desde hace tan solo dos meses. - Fue en ese momento que me di cuenta del interesante acento que decoraba su voz. Fruncí un poco el ceño, y pregunté, olvidando porque estaba enojado antes.
- Espera, ¿De donde venías?
- Noruega, junto con mi hermana, Sofi. - Por fin dejó de mirarme tan fijo, sólo para dirigir esos ojos al puesto de su hermana, mucho más adelante que nosotros.
- Ooh, y ¿Por qué tuvieron que venir? - La pregunta me salió de la nada, con la intensión de hacer de esto una conversación igual de casual que todas. Pero fue la mirada en su rostro la que me indicó que había metido la pata, y hasta el fondo.
- P-problemas familiares. - Susurro de pronto, sin sonrisa ni ojos brillantes decorando su persona. La energía que lo envolvía de pronto se esfumó y ahora eran dos las personas apagadas en este lugar. Me encogí de hombros, y solo asentí. La clase pasó lenta, aburrida e inútil, como todas las demás.
Aunque la verdad, no sabría decir.
Porque no escuche ni la mitad, pues mi mente estaba muy ocupada ahogándose en curiosidad.¿Por qué el niño lindo parecía tan triste cuando me dijo lo de su familia? ¿Habrá pasado una tragedia muy fuerte, y no quiere hablar del tema?
Inevitablemente mis ojos se posaban en él. Y luego en mi mesa, y de vuelta a su persona. Y así pasaron dos horas, hasta que la campana del recreo decidió sonar y librarnos a todos de más aburrimiento.
Me paré dispuesto a buscar a Luke, o solo ignorar a todos y salir al exterior, cuando una mano me da un pequeño toque, llamando mi atención. Me giré, solo para ver al que llevaba horas observando.
- Hey, ¿Podrías mostrarme el colegio? Soy... -
- Nuevo, eres de Noruega y no conoces a nadie. Lo sé, Mateo, lo sé. - Sentí que no merecía la sonrisa que me acababa de dedicar. Pero asentí de todos modos, y salimos juntos de la sala.
Le mostré el baño, biblioteca, enfermería y finalmente el conjunto de arboles y tierra que forma el patio. Mateo nunca borro su sonrisa, a diferencia de mi constante cara agotada. A lo largo del recorrido, no hablamos de otra cosa que no sea el colegio, pues era lo que había que hacer, estaba impuesto. Pero ahora que terminamos, pero el recreo aun no, sentí que el silencio incomodo me ahogaba.
Y el sentimiento fue a peor cuando vi que yo era el único incómodo aquí. El seguía con su puta sonrisa, con su imborrable alegría.
- Hey... - Mencioné, mientras lo veía sentarse bajo uno de los arboles. Rodé los ojos, pero me senté a su lado igual. La curiosidad ya dolía. - Por qué... Eh, a que te referías al decir...
- ¿Lo de mi familia? - Soltó Mateo, dejándome en blanco de nuevo. Asentí, mirándolo jugar con sus dedos en la tierra, sacando pastos y tirándolos. Tomó aire. - Sofi y yo perdimos a nuestra madre hace unos tres meses.
No me quedé inmóvil. Rápidamente me moví para estar sentado frente a el, y no a su lado. Fruncí el ceño, bajé la mirada, y la volví a subir.
¿Qué?
Yo miraba directo a sus ojos, cuando el solo miraba el piso. Un dolor horrible invadió mi pecho, dejándome mudo, tenso.
- Ella... Siempre era cariñosa con nosotros, ¿sabes?, pero un día ella dejó de serlo, simplemente dejo de sonreír y, - Su labio tiritaba y no dejaba de mover las manos, limpiando y limpiando sus uñas una y otra vez. El odio que sentía yo por el mundo de pronto se incremento al triple, ¿Por qué estas cosas simplemente pasan? - Y bueno, decidió quitarse la vida.
Olvidé todo lo que me había puesto de mal humor ese día, y solo le concentré a abrazar al chico que tenía al frente. No dije nada, porque no sabía que decir. Los dos sabíamos que las palabras no arreglarían nada.
Sonó el timbre, y me separé de Mat. Me paré yo primero para ofrecerle la mano, y cuando los dos estábamos en pie, solo caminamos en un silencio vacío de sentimiento. Al llegar a la sala, Luke me miro extraño. Lo ignoré completamente, y me senté en mi puesto junto a Mat. Lo pillé mirándome, y le dedique una especie de mueca que debió ser una sonrisa de consuelo (pero hace mucho no sonrío, y por supuesto fue un fracaso).
Mis ojos se dirigieron a Sofia cuando la escuché reír a carcajadas con alguien, y me hizo pensar en lo fuerte que era esa familia, para seguir sonriendo a pesar de perder a su mamá.
...
Las horas de clase parecieron renovar la energía del chico muevo, y moler mas las mías. Pues para el final del día, me encontraba durmiendo en plena clase de física, cuando Mateo me dio un empujón para despertarme. Sentí una especie de alivio al verlo con su ya característica sonrisa.
- Hey, psssst - Susurró, y casi me río. Tendió un papel frente a mi cara. - Ten, para que hablemos después. - El profesor pareció mirarlo, porque se calló de inmediato, y se puso a tomar apuntes. Tomé el papel, para ver un conjunto de números y un dibujo de un pequeño celular.
Ahora sí, me permití sonreír ante lo infantil que parecía ser el niño nuevo............
Yo: Holaa
Mat: ¿Quién es?
ESTÁS LEYENDO
Cuando Cae El Invierno(Yaoi)
Novela JuvenilBlue es un chico gay con depresión que al conocer a Mateo y su vida toma un gran cambio