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Osomatsu se dejó caer rendido sobre la espalda del segundo hijo, jadeaba todavía y su corazón estaba acelerado, Karamatsu también tenía la respiración agitada, se sentía lleno nuevamente gracias a su amante idéntico a él, era gratificante cuando terminaban de tener relaciones, el primogénito siempre encontraba la manera de hacerlo sentir en el cielo a pesar de todo el dolor, era lo mejor del mundo para él. Osomatsu salió del interior de Karamatsu y a éste volvió a dolerle su ano, lo habían hecho ya alrededor de diez veces y aún le seguía doliendo, claro que lo disfrutaba más que antes e incluso llegaba a sentir placer cuando Osomatsu encontraba ese punto sensible que lo hacía suspirar, pero el dolor seguía persistente, a veces hasta el punto de no poder sentarse al día siguiente. —Me encanta cuando lo haces de esta manera, Osomatsu...

El mencionado sonrió de manera maliciosa y acercándose al oído del menor susurró. —Lo haré de esta manera las veces que quieras, Karamatsu.— Acarició el hombro desnudo del chico que se encontraba aún debajo suyo y besó esa suave piel, se tumbó a su lado en el futon vacío para para así poder dejar pequeños besos en esos labios que tanto amaba.

—Te amo, Osomatsu.— Susurró entre besos con una sonrisa.

—Yo también te amo, Karamatsu.— Se levantó del suelo para volverse a vestir, sus demás hermanos no tardaban en llegar, y el mayor en especial no quería que lo vieran en una situación tan... Sexual con el segundo. —Vamos, si alguien nos ve así seguro tendremos problemas.

—Yes, brother.— El menor asintió imitando a su chico, éste le dio una sonrisa de medio lado mirándolo con ternura, le parecía bastante agradable el que Kara le hiciese caso, lo hacía sentirse el mayor por lo menos estando con él.

—Voy a salir un rato... Nos vemos más tarde.— Le revolvió el cabello y salió sin prisa de casa mientras Karamatsu lo miraba partir colocándose su sudadera.

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Osomatsu paseaba por las calles del centro, buscando nada exactamente, sólo quería despejarse, pensar un poco y respirar aire del exterior. No faltaba mucho para que él y Karamatsu hicieran su primer mes de relación, un maravilloso mes lleno de palabras de amor, besos dulces y mucho sexo. Sobre todo eso último. El mayor quería regalarle algo bonito a su hermano, pero era complicado pensar en algo ideal para él, ¿qué podría regalarle a su hermano/novio/amante?... Demonios, se oía muy extraño.

Intentaba recordar algo que Karamatsu quisiera o algo que necesitara, ¿unos lentes de sol nuevos?... No, tenía demasiados. ¿Ropa?... No, él era malo escogiendo ropa y más siendo ropa para el doloroso de Karamatsu. ¿Condones?... Eso ni siquiera era un regalo, además de que no los necesitaba.

Suspiró pesadamente deteniéndose frente a una tienda de regalos, miró el aparador sin mucho interés, paseando sus ojos cuidadosamente por el largo de esa mesa de madera con la vaga esperanza de encontrar algo. Se detuvo en una esquina de ese tablón, había una caja de plástico con un reloj precioso dentro, era color azul y tenía unos diamantes color blanco en la parte de abajo luciendo radiantes. ¿Karamatsu no había dicho que quería un reloj?, no tienen teléfonos celulares y no hay manera de saber la hora que es, a menos que le preguntes a alguien desconocido y eso estaba comenzando a fastidiarles a todos ellos. Entró en la tienda con determinación, ¡el regalo perfecto!

No llevaba mucho dinero, pero su costo no era tan elevado por lo que podría comprarlo, le pidió amablemente a la señorita, y con amable nos referimos a "señora, deme ese reloj", que se lo envolviera y le colocara una tarjetita con la leyenda "Feliz primer mes, ¡te amo!".

El mayor salió contento de la tienda, por fin tenía algo que darle a Karamatsu y era algo que probablemente lo acompañaría para siempre... si es que sus hermanos no lo descomponían primero. Era algo significativo para él, algo que había conseguido con amor y en serio esperaba que a su segundo hermano le gustara ese pequeño detalle, tal vez no era lo mejor que podía haberle regalado, pero desde su punto de vista, por lo menos lo había intentando.

Lástima que a quien amo, no es a ti - [OsoKara] [OsoChoro]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora