Mi nombre es Kate, soy una chica de 17 años, vivo con mis padres y mi hermano Mateo de 19 años, mis padres hoy se habían ido a cenar con unos amigos y no volvían hasta mañana a la mañana, mientras tanto yo me quedaba con mi hermano, siempre me resulto un tanto atractivo, lo se, tal vez parezca algo enfermizo pero así soy yo, el miraba Hentai, Yuri, Yaoi y esas cosas, era como un otaku, a mi esas cosas me resultan un tanto extrañas.
Ya era de noche y pase por el cuarto de mi hermano, abrí la puerta un poco sin hacer ruidos y vi que estaba en su ordenador viendo Yuri, y se estaba... ¿Masturbando?, No se porque pero, al ver tal escena me excite un poco... al abrir la puerta un poco más para seguir observando la puerta hizo un ruido... mi hermano se dio la vuelta, estaba completamente roja y como vi el también...
-¿K-kate?...- dijo nervioso y completamente rojo
-Emm... ¿Que haces?- pregunté enrojecida y apenada a la vez, el se levantó y se dirigió hacia mi, yo lo mire y comencé a excitar me... el me tomo de la mano y me hizo entrar a su cuarto, me tiro sobre la cama y yo solo lo mire, se desvistió y sólo quedó en ropa interior, se acerco a mi y comenzó a masajear mis pechos...
-Ahh...- di un gemido de placer mientras el baja por mi abdomen, comenzó a sacarme las bragas y a lamer mi feminidad... Yo no paraba de gemir y gemir... luego de unos segundos el saco su miembro de su ropa interior y comenzó a introducirlo en mi feminidad...
-ahh... ¡¡duele!!... ¡para!- dolía mucho, sentía algo que se rompía dentro de mi, pero no dejaba de gustarme, después de todo yo aún era virgen... el me beso para callar mis gemidos y yo correspondí ese beso... luego de unas cuantas embestidas y de correrse dentro de mi los dos llegamos a el climax, el saco su miembro dentro de mi y se acostó a mi lado, los dos estábamos con la respiración agitada... apagamos la luz y nos acostamos a dormir...
Al día siguiente, desperté escuchando una voz chillona que decía mi nombre, era mi madre... me senté en la cama y descubrí que estaba completamente mojada y en mi habitación, sólo fue un simple y estúpido sueño... no era el primero, ya me había acostumbrado a tener sueños sexuales con mi hermano, de distintas y diferentes formas, una y otra y otra vez repetidamente...
