El agente Irwin conduce el auto.
-Bueno Brigitte...- Lo miro con una cara asesina haciéndole entender que no me llame así.- ¿Algún problema?
-Sólo amigos y familia agente. - Digo. Realmente no me gusta que me llamen por mi nombre en el trabajo.
-Creí que yo era su amigo Brooks. -Dice.
Este hombre va a terminar por sacarme de mis casillas.
-¿Ah si? ¿Qué le hizo pensar eso Irwin?
-Porque soy irresistible.- Me río con su comentario para mis adentros.
-Irresistiblemente insoportable.
Irwin se ríe. Yo sonrío ligeramente.
-Es muy grosera Brooks. Creí que te caía bien.
-Nunca le vas a caer bien a todos Irwin.- Digo algo seca.
-Ya veo. Nunca cambias.
-¿Qué?- Digo confundida.
-Nada Brooks. Concéntrese en el caso.
Su comentario me deja confundida. "Nunca cambias". ¿WTF?
Al llegar a la casa Raymonds, toco la puerta. Me abre la señora Raymonds.
-Buenos días señora Raymonds. Agente Brooks y Agente Irwin. Agentes Federales. Venimos por el caso de su marido.
-Pasen por favor.- Me dice la pobre mujer. Se nota que esto ha sido duro para ella.
Nos deja pasar a su casa. Una casa rústica, muy vieja para mi gusto. En la sala de estar tiene fotografías de su familia, decoraciones algo anticuadas y unos muebles muy viejos.
-Tenemos que hacerle algunas preguntas. - Digo en cuando la señora Raymonds se sienta en su sillón invitándonos a hacer lo mismo.
-Adelante Agente. No tengo nada que esconder.- Su mirada reflejaba tristeza y desolación.
-¿Dónde estuvo su marido anoche?
-Salió en la tarde a la plaza del mercado. No volvió.
Frunzo el ceño. Lo dice con tanta naturalidad.
-¿Y qué hizo usted?- Pregunta Irwin igual de extrañado que yo.
-Llamé a la estación de policía. A las 6 de la tarde cuando caí en cuenta que no había vuelto. Pero dijeron que no se podía repostar como desaparecido hasta después de 24 horas. Y vea nada más, amanecío muerto.
Anoto en mi libreta un recordatorio para examinar el historial de llamadas de la estación.
-¿Tiene el nombre de quién la atendió?- Pregunto. Será más fácil si tengo el nombre.
-Un tal Addison.
-¿Sabe si su esposo mantenía alguna aventura?- Pregunta Irwin.
-¿Disculpe?
-Lamento incomodarla señora Raymonds, pero es mejor descartar todo lo posible.
-No, Thomas era fiel. - Dice, aunque se le nota algo de inseguridad en la voz.
-Señora, recuerde que si nos miente no avanzamos y entra directamente en la lista de sospechosos.- Digo.
-Brooks.- Me reprocha Irwin.
La señora Raymonds suspira.
-Sólo hubo una vez. Hace 10 años. Se llama Lauren Collins. No sé cuánto duró. Sólo sé que tuvo una aventura con ella.
-¿Vive aquÍ?- Pregunto.
-Creo que sí.- Responde.
-¿Notó si su esposo tenía alguna actividad anormal?- Pregunto.- Del tipo salía más seguido de la casa o algo por el estilo.
-Sí lo hizo. Antes no salía después de las 5 de la tarde porque tenía su programa, de un momento para el otro lo hizo y regresaba a las 7 en punto. Me decía que se iba a caminar porque necesitaba hacer más ejercicio.
-¿Y nunca había hecho eso antes?
-Nunca.
-Qué interesante- Dice Irwin.
-¿Alguno de sus familiares tuvo actividad sospechosa previamente?-Pregunto.
-¿Está insinuando que mi familia pudo haberlo matado?-Dice ofendida.
-Escuche señora, tenemos que hacerle estas preguntas para formar teorías y avanzar en el caso, y me temo que si no colabora la puedo retener y poner como principal sospechosa. ¿Desea usted eso?- Su silencio es mi respuesta.- Entonces colabore hágame el favor.
-Agente Brooks.- Me reprocha Irwin. Al diablo, este es mi caso.
-Lo siento agente...- Dice la mujer.- No lo sé. No les he prestado mucha atención.
-¿Quién era más cercano a su marido dentro de la familia?
-Sus sobrinos, su hermana y sus hijos.
-Perfecto. ¿Y qué estuvo haciendo usted las últimas 24 horas antes de la muerte de su esposo?
-Hice las compras, y estuve con unas amigas y ya en la noche me quedé en mi casa.
-Necesito las facturas y los nombres de sus amigas, y con ellos sus números de teléfono. Y de paso amigos cercanos del señor Raymonds.
-Brooks.- Dice el agente. Voy a pegarle en las bolas si sigue reprochándome como un robot.
-¿Qué?- Susurro groseramente.
-No sea tan cruel, acaba de perder a su marido.
-Este es mi caso así que cierre el pico y déjeme hacer mi trabajo.- Digo desafiándolo.
-También es el mío.
-Pues no parece.- Digo gélidamente. Miro a la señora Raymonds que interroga con la mirada.- Señora Raymonds, quiero lo que le pido en una hora. La veré en las estación, y cuidado con no aparecer.
Me levanto y salgo de la casa. Irwin va detrás mío y me detiene.
-¿No le parece que abusa de su autoridad?- Dice muy descontento.
-¿No le parece que usted está actuando como un inútil? Escuche agente, necesito respuestas porque el asesino se me puede escapar de las manos. Si usted no aguanta mi manera de trabajar puede ir a llorar con el comandante Tristan. O me deja hacer mi trabajo o tendremos problemas. ¿Entendido?
-Bien.- Me mira muy enojado.
¿No le gusta cómo trabajo? Pues que se vaya al diablo.
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El Crimen Perfecto
Mystery / ThrillerEn el pequeño pueblo de Manningtree la paz y tranquilidad reinaba hasta una noche. El asesinato de Thomas Raymond conmociona el pueblo. Cada noche, un nuevo asesinato es dado, nadie sabe ni porqué ni quien es el culpable. La agente Brooks está dispu...