Desperté a mitad de la noche por los gritos fuera de mi ventana. Me levanté y me cubrí con una bata de seda que apenas me cubría del frío. Me asomé por la ventana y me descubrí en medio del festival durante el aliamm que se celebraba todos los años en honor a la erradicación de las protestas hace 12 años. La gente fuera del castillo lanzaba fuegos pirotécnicos que, de seguro, no tardarían en despertar a todas las personas de Illonee con el claro propósito de anunciar la llegada del festival de protesta. Cuando las protestas fueron erradicadas y mucha gente murió, mi padre decidió celebrar el día en que la mayor masacre fue realizada y vengada. Donde los Illonees lo veían todo a favor del rey, la mayor amenaza había sido destruida. Y ellos no sabían ni la mitad de la historia.
Me senté en mi cama mirando el resto de Illonee, todo fuera del castillo se veía majestuoso. Todas esas luces a lo lejos, las decoraciones por el festival y la alegría que emanaba, me hacían desear estar allí. A pesar de que la mayoría de los que estaban fuera desearían estar dentro, era claro que yo no. Miré mi reloj, eran las 2:00 am exactas. Cerré los ojos y traté de imaginarme en el festival, bailando con las demás personas, sin preocuparme por las comunicaciones internacionales o la economía de Illonee. Me imaginé bailando con un atractivo chico que no se intimidaba por ser princesa, que solo bailaba conmigo sin importar quién era yo ni quiénes eran mis padres, me reía con las chicas y me divertía.
Un golpe me sacó de mi ensimismamiento. Me levanté lo más rápido que pude y volví a tumbarme en la cama con la bata puesta, me tapé con las cobijas y simulé dormir. Escuché la puerta abrirse y cerrarse segundos después.
Traté de dormir pero era inútil, comenzaba a sentirme impotente y sola. Tenía tantas ganas de disfrutar tal y como lo hacían los Illonees, acompañarme y regocijarme con todos y divertirme como solo una persona normal podía hacerlo. Pero yo no era una persona normal.Una persona normal no tiene un día completamente dedicado a ella, tampoco tienen alcobas de cientos de gelles. Y por supuesto no tienen la presión de tener que gobernar algún día. Decidí que en vez de dormir lo mejor era pensar, y meditar, agradecer por la vida que tenía, llena de lujos y comodidades.
Cuando llegó el amanecer no me esperé a que las doncellas llegaran para decidir mi atuendo, en vez de eso me vestí y duché sola así que, cuando las doncellas hubieron llegado yo ya estaba lista para salir de mi cámara. Se veían sorprendidas y un poco decepcionadas de no haberlo podido hacer ellas, aunque a mí ya no me importaba en absoluto. Bajé por la escalera de caracol dorada hasta llegar al comedor del castillo, estaba vacío debido a la hora. Los cocineros al verme pegaron un grito, pues ellos no me esperaban hasta dentro de dos horas y era de esperarse que no tuvieran el desayuno listo. Pronto me sirvieron un platillo apresurado, eran galletas de tierra con fruta y yogurt con una hoja de menta como decoración. No era lo que me esperaba para el comienzo del festival en el castillo pero me conformaba.
La mesa no tardó en llenarse, primero llegó mi madre, la reina Marie y después mi padre, Aleheb que me saludó con un abrazo y un beso en la frente. Después llegaron los invitados reales, la hermana de mi padre Sabella con sus dos hijas, Leonnere y Patricel y su esposo Rombee. Era bien sabido que al anochecer en los festivales de la erradicación de las protestas se hacía una fiesta en el castillo en honor a los caídos, también era una fiesta para la familia era que no podía salir del castillo al festival de las calles. Por esa razón estaba la familia más cercana reunida.Nos sirvieron a todos un desayuno general, primero a mis padres y a mí y después al resto. Mi padre estaba sentado en una punta de la mesa, a un lado de él estaba mi madre y al otro me encontraba yo. Mi madre no tardó en reprenderme por haber llegado inusualmente temprano a la mesa. A lo que yo respondí:
- Yo nunca llego temprano madre, ustedes llegan tarde. – Cosa que le causó tal gracia que comenzó a reírse más de lo que una reina debería hacer. Aunque en sí no causara demasiada gracia pero eso alivió la tensión que tenía.
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SECRETOS EN LA REALEZA.
Mystery / Thriller"Incluso en los cuentos de hadas hay monstruos que nunca mueren, peleas que nunca ganas, secretos que una vez encontrados, nunca terminan". Mi nombre es Emmalya Pervinca Sannliss Ratle, y soy la siguiente en la fila para el trono Illoneé. Mi padre...