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Me encontraba boca arriba en la cama, a mi lado se encontraba Aurean, yo meditaba en mi vida y en los cambios que había dado de la noche a la mañana, el descubrir cosas que jamás pensé que me involucrarían era una de ellas, siempre trate de ser transparente, pasar inadvertida y no es como si tuviera algo de que avergonzarme si no todo lo contrario, tenia un estatus social muy elevado, tal vez no usaba ropa de acurdo a el mismo pero eso no significaba que me vistiera mal solo, omitía las ropa de marca, y todo lo que fuese costoso, no lo necesitaba para sentirme completa, lo que necesitaba para eso, lo descubrí cuando él llego, y fue una conexión tan indescriptible que no hallaba una explicación más racional que, el destino, ese que nos juega las más crueles pero también hermosas jugadas.
Escuche un quejido ronco por parte de Aurean, este se volteo y se quedo mirándome fijamente.
_¿En que piensas, pequeña?
_En todo- respondí dubitativa- En la extraño que es el destino y el ridículo modo en que trabaja- continué
_Lo se, pero acaso ¿no eres feliz?
_No, no es eso, es solo que pensar en nosotros y todo lo que hemos pasado para estar juntos es... Como decirlo.
_¿Extraño?
_Si, exacto.
_No tienes porque pensar en eso, todavía hay muchas cosas los cuales debo mostrarte- eso me causo curiosidad.
_¿Que clase de cosas?- pregunte.
_Cosas- fue lo único que respondió con una sonrisa- Vamos debes comer.
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Hola chicas.
Ahora dirán, como ¿que rayo? pero así comienza nuestra historia y pues poco a poco se les ira revelando todo.
