Marcos y Paula están sentados en la sala de espera, fuera de la dirección. Él acaricia la rodilla de su hermana y enseguida la puerta se abre, salen su abogado y un señor que no conocen, ambos con traje.
—Chicos, ¿pasáis, por favor? —les pregunta el abogado, que va con los anteojos un poco caídos
Paula y Marcos se ponen de pie. Él vuelve a tomar la mano de ella y entran por la puerta. El otro hombre los recibe con una amplia sonrisa.
—Héctor de la Vega, es el director del colegio y a partir de ahora, vuestro tutor legal. —Los presenta con el desconocido. Él aprieta la nariz de Paula con dos dedos—. Bueno, pues yo ya os dejo aquí. Espero que aprovechéis el tiempo. Cualquier cosa que necesitéis...
—Gracias —le dice Héctor, y le tiende la mano para estrechársela.
—Gracias, ¿eh? —le devuelve él—. Estamos en contacto.
Héctor asiente y cierra la puerta cuando el abogado ya se ha ido.
—Venga, pasad, pasad —dice intentando animarlos—. ¿Qué? ¿Os gustan vuestras habitaciones?
Se vuelve a su escritorio y se sienta en él, frente a los dos.
—Ya veras como enseguida haces amigas aquí —le comenta a Paula—. ¿Te han contado que tenemos hasta caballos?
—Yo quiero irme a casa con mis papás —es lo único que contesta, mirándolo a él y luego a Marcos, con tristeza.
Héctor ve a Marcos con airé desesperanzado.
—Paula, ¿por qué no vas a buscar a tu clase? —le sugiere Marcos, poniéndose de rodillas para quedar a su tamaño.
—Es que no me gusta este cole. ¿Por qué nos tenemos que quedar aquí?
—Venga, tú sé buena —le da un beso en la mejilla y se pone de pie para abrirle la puerta. Ella al final sale.
—Todavía no le has dicho a tu hermana que vuestros padres han muerto —dice Héctor, más que preguntando, afirmando—. Comprendo que es duro...
—Yo no sé si mis padres han muerto —lo interrumpe Marcos—. ¿Lo sabe usted? —pregunta con tono duro.
—Marcos —le dice, compasivo—. Encontraron su yate partido por la mitad.
—¿Y qué? —suelta—. No han encontrado sus cuerpos.
—¿No crees que tiene derecho a saber la verdad? —vuelve al tema.
—Corte el rollo, ¿quiere? —dice molesto—. Mire, es que usted no es ni mi padre ni mi amigo.
—Soy tu tutor legal, el tuyo y el de tu hermana.
—Me importa una mierda lo que digan los papeles, ¿vale? Mi hermana es mi problema, no el suyo. Y sus consejitos se los puede meter por donde le quepan.
Se aproxima a la salida, pero Héctor habla antes de que se vaya:
—Marcos, tengo una mala noticia que darte.
Éste se detiene, aunque ya con la mano en el cerrojo.
—A partir de ahora vas a tener que escuchar mis consejos —continúa Héctor. Marcos aparta la mirada, pensativo—. Y de momento soy el único amigo que tienes aquí dentro.
Marcos asiente con los labios apretados, aún molesto, y luego sale y se va.
Héctor mira por la ventana y observa a lo lejos que uno de los profesores, Alfonso, está atravesando la verja del colegio y saliendo hacia el bosque.
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El Internado
Mystery / ThrillerCuando comienzan a ocurrir cosas extrañas en el internado de Laguna Negra, un grupo de alumnos descubre los oscuros secretos de su pasado.