II

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Jack nos hospedó en el más modesto nido de ratas que consiguió en Dimlight Park. Estábamos justo al lado del bloque distrital que estaba siendo asediado por Dynomet. Preparamos todo: las cámaras integradas y nuestras confiables armas. El trabajo era sucio a veces, y rudo más veces aún. Jack tenía ese viejo conjunto de espadas que había modificado. Daishö, decía él, para no perder la tradición y no perder esta "grandiosa" vanguardia que teníamos.

Las había modificado forjando nuevamente las hojas en una aleación de orihalcon y tenían en el mango una modificación que calentaba electromagnéticamente y conducía electricidad. En caso de que se necesitara un poco más que una buena hojilla, también tenía su pequeño revolver de energía, por si no podía usar los métodos de sus maestros. Por mi parte, una buena Beretta Custom con cartuchos fosfóricos, y otra Desert Eagle P, de cátodos alterados. "La crème de la crème" para cosas más pesadas.

A eso de las veintitrés horas, una pandilla grande llegó haciendo mucho ruido, cantando consignas contra los androides y los humanos que los apoyaran. Empezamos nuestro trabajo de inteligencia metiéndonos entre la multitud. Pongo mi mejor cara de malo y unos lentes negros, y empiezo a cantar consignas insultantes contra todo lo que no sea humano... si es que hay una diferencia entre nosotros y ellos.

Johnny se había alejado de mí. Estaba en la turba agresora. Me dispongo a observar desde lejos y a tratar de avisarle a todos los que podía que se alejaran. Veo que mi compañero coloca muy hábilmente un rastreador en el vehículo de los pelafustanes y continúa con ellos un rato hasta que se cansan de romper vidrios e insultar a la gente en los complejos apartamentales. El plan había funcionado. Ya teníamos el rastreador, y en cuanto estuviese quieto, iríamos a ver quién diablos estaba ahí y, si era posible, averiguar quién era el primero en la posible larga cadena de mando que manejaba los hilos de estos bastardos.

- Llama a Sabrina. Pregúntale por la placa y dile que estaremos operacionales esta noche. Dile que si puede ayudarnos, seria hermoso.

En la mañana siguiente, después de mi encuentro con Sabrina, le pedí que hiciera las pesquisas pertinentes. Efectivamente, había denuncias de estos casos, pero no pasaban del jefe del departamento de casos urbanos, y el único fiscal que intentó disuadirlo terminó en otra prefectura a la semana siguiente. El departamento policial del distrito Yellowstone no era el más amigable. Tampoco, el más sincero. Al ser una de las zonas con mayor índice de movimientos financieros de toda Neo Babilonia, también era una de las zonas con mayor índice de burocracia inútil y corrupción eterna en todos los departamentos gubernamentales posibles.

- Ya estoy en eso camarada... ¿aló? Hola, sí, sí, ya sé que te desperté. Lo siento, pero sabes cómo es el santurrón de Jack... Sí. Que lo sé... ¿Podrías buscar por favor esta placa? Estamos en un hotelucho de mala muerte y la acción no se hizo esperar ni siquiera un día... Ok, ok... XKL-344. Sí. Todo lo que puedas sacarle me lo dices por favor. Gracias, estaremos esperando.

Tranco el fonotrasmisor y revisamos la pantalla. Sigue en movimiento. Sabrina nos llamaría máximo en 10 minutos. La mejora cognitiva de informática la hacía demasiado lista a la hora de buscar información, hackear e infiltrarse en sistemas electrónicos. Y su posición en el departamento interdistrital de policía era una llave muy grande a la hora de abrir seguros informáticos.

La llamada no se hace esperar. Tenemos demasiada suerte al tener a Sabrina de nuestro lado. No sé cómo esa mujer aún sigue enredándose con Johnny. No es un mal muchacho, pero en esas cosas del corazón es un patán. Siempre se lo digo, pero no me escucha. Mientras recibe la información en el fonotrasmisor, me asomo por la ventana. Es impresionante como la historia cambia. Nuestros ancestros crearon un mundo sin guerras nucleares. Crearon una vida artificial sin límites que ha ido evolucionando y cambiando con el pasar de los años. Pelearon por un mundo sin fronteras y soñaron con empujar un paso más allá a la humanidad en el escalón de la evolución... solo para regresar al principio... guerras, automatonofobia, prejuicios, corrupción. De qué nos sirven todas esas mejoras e implantes biocibernéticos, si en el fondo somos seres sin empatía y sin alma.

- Hey, mira esto. Qué casualidad. El vehículo pertenece a Servicorp, registrado a nombre de Jason Mardok. Dicha compañía es una de las tantas filiales de Dynomet. El director de Servicorp no es otro que Dietrich Fildrin, primo de uno de los altos ejecutivos de las ramas autómatas de Dynomet, Ludwing Fildrin, cuñado del jefe de casos urbanos de la policía de Yellowstone. Gente pesada hermano, gente pesada...

Claro estaba que con solo nombres de familias poderosas no nos daban un caso, así que toda esa información de por sí sola era inútil. Tendríamos que pagarle una visita a Mardok.

A las 03 horas fuimos al lugar donde el vehículo se había detenido. Llegamos rápidamente en mi Dullaham R-type modificado. A Jack no le gustaba, pero más de una vez nos sacó de problemas. El sitio donde se encontraba estacionado era un complejo de apartamentos de clase media. Mardok no era precisamente uno de los jefes, solo era un peón en el juego.

Sabrina nos había dado el apartamento de Mardok y mientras Jack subía a pagarle una visita, yo revisaba el vehículo. Era una Caravan doble propulsión magnetizada para trabajos pesados. No era difícil de abrir si sabias usar las manos.

Conseguí una lista de nombres, todos marcados con una tilde y con un monto de créditos al lado. Asumí que eran los nombres de los alborotadores de la noche. Una holocredencial para entrar a Servicorp, muchas botellas de licor ahumado de higos y otras tantas de cerveza Polsend. Justo antes de irme, encontré una tarjeta de presentación invitacional de Ludwing Fildrin.

La entrada fue fácil, no había recepcionista y la puerta abrió con una pequeña descarga de mi wakizachi. El elevador subió lentamente con un zumbido hipnótico. Estaba nervioso. Johnny había quedado abajo, revisando la Caravan. Yo iba a entrar en el apartamento. Con suerte Mardok estaría dormido y su puerta no sería tan avanzada como para evitar que nuestro "abre-fácil" de dudosa procedencia hiciera su trabajo.

Al llegar, el silencio reina. Las puertas del elevador hacen un eco fantasmal, como un susurro, bajo y alto a la vez, que desequilibraba el silencio mecánico que reinaba en el pasillo. Llego a la puerta, uso la herramienta de sobrecarga de cerraduras y cruzo los dedos. Un pequeño zumbido como el de un abejorro y una luz verde en un costado indican que la cerradura fue hackeada efectivamente. Abro la puerta de forma manual, evitando que haga el suspiro de todas esas puertas automáticas y corredizas cuando abren o cierran sus fauces.

El apartamento está totalmente apagado, un fuerte olor a licor impregna el aire del recinto y solo se ve el parpadeo del tablero personal de Mardok. Había estado ahí y lo había dejado encendido. Ahora estaba en modo de ahorro de energía. Siempre me tocaba hacer el trabajo de infiltración por mis aumentos corporales.

Tenía dos visuales: uno que me permitía ver en distintos niveles de lúmenes, desde cero hasta ocho mil lux sin afectar mi capacidad visual, y otro que mejoraba mi capacidad de reacción ante movimientos bruscos, los otros estaban en mis pantorrillas, mejoraban mi capacidad de corrida y salto. Los obtuve gracias a un pequeño rufián del orfanato de la vieja Arata. Me los dio como forma de pago por haberlo ayudado con unos androides matones que querían eliminarlo a él y a su familia. Solo tuve que buscar un buen "médico no licenciado" que los montara y listo.

Reviso que efectivamente Mardok esté durmiendo. Su acompasada respiración era la típica de un alcoholizado cualquiera. El hedor a alcohol venia directamente de su cuarto. Reactivo el tablero y estaba abierto en un correo. Mostraba una gran cantidad de dinero y las instrucciones de pasar a diferentes cuentas el "pago por servicio" a algunas personas, probablemente los matones de Dimlight Park, se le recordaba a Mardok que solo faltaban 3 días para que sacara a esas personas de ahí, sino habría problemas.

No tenía firmas ni nombres y el remitente era completamente genérico, reenvié la información al correo sucio que tenemos para los casos "no tan formales" y borre el acuse, dejé todo como estaba y entré al cuarto cuidadosamente, buscando el fonotrasmisor para encontrar alguna otra cosa. Lo enciendo y descargo su bitácora de llamadas y mensajes. Salgo corriendo del lugar, no sin antes revisar el lugar por si había cámaras. No quería ser grabado en el acto.

KAUpe8'0

Una Noche de Neo BabiloniaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora