Mi hermano estuvo apunto de morir.
Era un día soleado. Nos encontrábamos nadando en la alberca del club deportivo, cuando pidió permiso para ir al trampolín. Se lo dieron. A mi, tal vez me lo hubieran negado. Pablo era el hijo perfecto: alegre,ágil,simpático y buen estudiante.
Yo, en cambio,tímido,torpe y sin gracia; todo me salía mal. Como soy el mayor, siempre me decían que debía cuidar a mi hermano.
Salió de la alberca y camino hasta la fosa de clavados. Sentí coraje y fui corriendo detrás de el. Lo rebase y subí primero las escaleras del trampolín. Trato de alcanzarme. Venía detrás de mi; podía escucharlo jadear y reír.
Como siempre, el pretendía llegar a la plataforma de diez metros para llamar la atención desde arriba y lanzarse de pie, derechito como un soldado volador. Luego, mis padres aplaudirán y me dirían "viste lo que hizo tu hermanito? Por qué no lo intentas?"
Jamás había podido arrojarme desde esa altura, pero esta vez me atrevería. No permitiría que PABLO siguiera haciéndome quedar en ridículo.
Llegue hasta el último peldaño de la escalera y camine despacio. Un viento frío me hizo darme cuenta de cuan alto estaba. Respire hondo. No miraría hacia atrás.
-hola,papa! Hola,mama!-grite- allá voy.
Avance decidido, pero justo al llegar al borde de la plataforma, me detuve paralizado de miedo. Pablo ya estaba atrás de mi. Me dijo:
- sólo da un paso al frente y dejate caer! Anda, se valiente!
Tuve ganas de propinarle un golpe, pero no podía moverme.
- que te pasa?- me ánimo - no lo pienses.
Quise impulsar me. Mi cuerpo se bamboleo y Pablo comenzó a reírse.
- estas temblando de miedo! Quítate. Voy a demostrarte como se hace.
Llego juntó a mi.
- papa,mama! Miren.
Mis padre saludaron desde abajo. Cuando se iba a arrojar, lo detuve del brazo.
- si eres tan bueno- murmure- avienta te de cabeza, o de espaldas. Anda, demuestra les!
- suelta me.
Comenzamos a forcejear justo en el borde de la plataforma.
- vamos!- repetí - arrójate dando vueltas, como los verdaderos deportistas.
- no! Déjame en paz!
Mis padre vociferaban histéricos desde abajo:
- niños! No peleen! Se pueden caer! Se van a lastimar! Que les pasa? Rubén! Suelta a tu hermano!
Pablo me lanzó una patada. Aunque era más ágil, yo era más grande. Hice un esfuerzo y lo empuje; entonces perdió el equilibrio, se susto y quiso apoyarse en mi, pero en vez de ayudarlo, lo volví a empujar.
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Sangre de campeón.
Novela JuvenilLa emocionante historia de Rubén, un niño que al enfrentar retos y enemigos en la escuela, recibe la ayuda inexplicable de una hermosa y misteriosa mujer que lo inspira a definir sus metas, reafirmar sus valores y ser feliz.