EDITADO- ❀Capítulo 2❀

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❀CAPÍTULO 2❀

~Nueva vida~



Al principio todo era oscuridad, una pacífica oscuridad sin sueños, sin ese recuerdo que quemaba como el fuego, era una oscuridad pacifica, hasta que llegó el dolor. Cada parte de mi cuerpo dolía horriblemente,sentía mi cuerpo magullado y herido, pero, pese al dolor, abri los ojos con dificultad, un pequeño quejido escapo de mis labios cuando movi el rostro para mirar donde me encontraba...Pero...¿Donde me encontraba?

Era una habitación limpia y agradable, estaba tapada hasta la barbilla con una suave manta que olía a pastel, mis últimos recuerdos eran la desesperada huida y la caída inesperada, luego era oscuridad pura.

¿Acaso los del orfanato me habían alcanzado? ¿Estaba de vuelta en el? ¿O en un hospital? No, no parecía ninguna de esas opciones, parecía más bien una casa bonita y limpia. Saque mis manos de debajo de las mantas, con una mueca de dolor las alce para verlas, estaban con tiritas, palpe mi rostro y cuerpo, alguien me había curado y vendado ¿Entonces estaba en un hospital?

El chirrido de la puerta me sobresalto, mire en dirrección de la puerta, en esta había un niño de unos nueve años, muy parecido a mi, con la diferencia de que su cabello era liso y el mío tenía rebeldes rizo y tan bien que él era un niño y yo casi una mujer, más nuestra similitud física era tal que parecíamos hermanos. Este tenía entre sus pequeñas manos un pastel, que se veía delicioso, cuando nuestras miradas se encontraron dio un grito de sorpresa alegre, llamo a su madre y entro apresuradamente, dejando el pastel sobre la mesilla. Sus pequeñas manos se posaron sobre la cama y me regaló una radiante sonrisa.

—¡Al fin despertaste!— dijo alegremente— ¡Nos tenías super preocupados a mi y a mi mamá!

De pronto alguien más entro en la habitación, bueno, más que algo entro una cosa, un ser alto, de suave pelaje blanco, unas orejas largas y sedosas adornaban su rostro suave y amable de unos claros ojos castaños, su figura rellena y bien formada parecía achuchable ¿Era...una mujer cabra?

Un jadeo de sorpresa escapo de mis labios y me incorpore rápidamente con un leve quejido, ella no se inmutó y sonrió con amabilidad sin sentir un ápice de ofensa ante mi reacción, se acerco a la cama con un paso suave, no pude evitar mirarla entre fascinada y asustada.

—¡Al fin despertaste mi niña!— si voz era suave y dulce, adecuada para su aspecto—Soy Toriel y el es mi pequeño Frisk.

Se estaba presentando, con normalidad,como si está situación no fuera subrealista ¿Acaso todo esto era un sueño? ¿Había recibido una contusión que me había alucinar? Rápidamente descarte esa opción, el dolor de mi magullado cuerpo era bastante real.

—¿Donde estoy...Que eres?

Ella ladeó la cabeza, el silencio pareció eterno, parecía estar pensado la mejor forma de contestar, finalmente hablo.

—Soy un monstruo mi niña y te encuentras en las ruinas del subsuelo.

Ella asiente amablemente y entonces me contó aquella historia que la humanidad ya había olvidado.

La gran guerra de humanos y monstruos, su cruel destino, como llevaban siglos allí, atrapados, sin poder ver jamás el cielo...No pude sentirme conmovida, más las dudas acudieron a mis labios.

—P-pero....Si nosotros, los humanos, os desterremos a este lugar ¿Por qué me ayudas y acoges a otro humano como tu hijo? Por qué es evidente que no son... patentes.

Ella ríe, con una risa clara y amable, su rostro se ladea y me regala una leve sonrisa.

—Tu y Frisk son almas inocentes, no está bien hacer responsable de algo que ocurrió hace siglos a dos niños que lo tiene culpa ni responsabilidad alguna de los eventos que sucedieron, tu no nos encerraste, fueron los humanos de antaño.

Asentí, estando totalmente de acuerdo, no está bien culpar de algo que ocurrió hace siglos a personas que no lo hicieron.

—Gracias por ayudarme Toriel...En verdad gracias....—Mire mis curadas manos—Nunca antes nadie había sido tan amable conmigo.

Ella me sonrió con cariño y compasión y su mano se posó en mi cabeza, dándome una caricia muy maternal, la mire sonriendo y sintiendo esa calidez que alguna vez sentí con mi madre pero que por los años había olvidado por completo, de pronto su sonrisa desaparece y me mira seriamente, no parece algo que le pegue así que no puedo evitar preocuparme.

—¿Que...pasa Toriel?

—Pues verás mi niña...Tengo malas noticias...La barrera de la que te hablé, aún continúa, por ello aún estás atrapada aquí, tan atrapada como nosotros...Lo siento.

Asiento, lo imaginaba por su historia, no puedo evitar sonreírle con tristeza.

—Ya lo imaginaba, descuida, de todos modos no tengo donde volver, aunque tenga algo que hacer en la superficie...Tan poco tendría donde ir.

Ambos niño y monstruos me miraron confundidos sin entender mis palabras, sin poderlo evitarlo, les cuento mi historia, pues siento que son personas confiables a las que les puedes contar cualquier cosa y sabes que jamás la revelarían, ambos me miraron con compasión y tristeza nada más acabar mi historia, de pronto los brazos de Toriel me abrazaron, un cálido y sabe abrazo, un abrazo que lleno de calidez  mi cuerpo y que hizo que mis deseos de venganza desaparecieran para ser sustituidos por calidez y amor.

—Oh mi niña— suspira en mi oreja—No te preocupes, aquí te cuidaremos y podrás quedarte cuanto quieras—Se separo levemente para mirarme sentí su suave mano acariciar mi rostro con cariño—Aqui podrás tener una nueva vida y empezar de cero, la mereces.

Y por primera vez desde que tengo memoria los deseos de venganza desaparecen y son sustituidos por el deseo de hacer realidad las palabras de Toriel.

Empezar una nueva vida de cero...

-EN EDICIÓN- UNDERLATE : ¿Almas gemelas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora