El lobo y el dragón

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Uno tras otro, todos los señores del sur se arrodillaban ante el trono de hierro y su nueva reina. Incluso lord Tyrion bajó del lado del trono y ante los peldaños de mármol juró la completa lealtad de Occidente mientras uno de sus sirvientes se acercaba con una magnifica espada de acero, una espada de acero valyrio.

-Lamento de viuda, la espada creada del mandoble de la casa Stark otorgada a la casa Lannister, ahora la entrego a la reina de Poniente- Habló el señor de Roca Casterly solemnemente.

El sirviente se acercó a la reina con la cabeza gacha y le entregó la espada. La hoja era perfecta, llena de signos valyrios mientras que la empuñadura estaba formada por tres dragones enroscados entre si.

Luego de cientos de señores y juramentos la reina se retiró a sus habitaciones junto a lord Tyrion Varys, Theon Greyjoy, lord Randyll Tarly nuevo justicia real, ser Daemon, lady Olenna Tyrell nombrada consejera de la moneda y por último el maestre Bardis, nombrado por el cónclave como nuevo Gran maestre.

Una vez en los aposentos reales los señores se sentaron y empezaron a discutir asuntos reales hasta que por fin dejaron la la palabra al Gran maestre quién sacó de su túnica un pequeño pergamino.

-Lo ha traído un cuervo desde Antigua, un cuervo blanco. El invierno a llegado.

La noticia fue recibida en el consejo con un gran silencio.

-Bueno tenemos provisiones, alimentos, ropas apropiadas para los ejércitos, todo lo necesario para pasar el invierno-Informó lady Olenna.

-Sí, y además si actuamos con premura y llevamos las tropas al Norte podremos conquistarlo antes de que arraigue el frío y las nevadas-Espetó Randyll Tarly-Unificaríais los Siete Reinos sin tener que esperar los dioses saben cuantos años mi reina.

La reina permaneció en silencio pensando en las palabras de lord Tarly.

-Esta bien, todos los ejércitos del sur están aquí, en Desembarco del rey, lady Olenna, disponed los alimentos y abrigos, quiero partir cuanto antes mejor.

-Querida son más de doscientos mil soldados, todos juntos, necesitaría un plazo de tres días para contarlos y otros seis para prepararlos.- Informó la reina de las espinas.

-Está bien lady Olenna tenéis nueve días ni uno más, ahora disponed todo de inmediato- Ordenó la reina haciendo que todos se fuesen menos uno.

-¿Qué esperáis hacer con todos los ejércitos del sur, conquistar el Norte sin piedad?- Preguntó Lord Tyrion.

-No, el ejercito el el segundo recurso- Dijo la reina.

-¿Y cual es el primero, una invitación formal para rendirse?- Bufó Tyrion.

-No, un dragón.

Diez días después los ejércitos del sur junto a las tropas reales compuestas por dothraki e inmaculados, con las sombras de los dragones sobre ellos.

Tras semanas de dura marcha y frío en ascenso la reina dragón y sus huestes llegaron sin violencia a las puertas de Invernalia donde les esperaban dieciocho mil norteños aguerridos.

Daenerys logró discernir una bandera entre la nieve ante las murallas de la fortaleza, una bandera blanca, los norteños querían parlamentar.

La reina picó espuelas y se dirigió junto a sus siete guardias reales a la zona donde se encontraba la comitiva norteña.

El grupo estaba formado por un soldado que sostenía la bandera, una joven de pelo rojizo, otro joven atado a la silla de  aspecto similar a la chica anterior y un atractivo joven de pelo negro y ropajes grises, pero a su vez nobles.

Daenerys, el muchacho y sus dos acompañantes desmontaron y se aproximaron para parlamentar.

-Reina Daenerys- Saludó el joven.

-Rey en el norte, lady Lannister- Respondió la reina

-Os equivocáis majestad, soy un Stark siempre seré una Stark- Respondió Sansa mientras jugaba con su cabello pelirrojo.

-Stark de sangre no de apellido, os casasteis con lord Tyrion y ahora deja a los reyes hablar.

-Queremos pediros que os retractéis de conquistar el Norte y en vez de eso nos ayudéis a luchar contra...los caminantes blancos-Habló Jon. 

-Entiendo los caminantes, si yo misma no tuviese dragones no me creería vuestro cuento- Dijo la reina ante la atenta mirada de los Stark-Sin embargo vengo a conquistar, nada más.

-Los caminantes son enemigos de todos, cuando destruyan el Norte irán hacia el sur, nada les detendrá.

-Os equivocáis Nieve, según me han informado los caminantes son susceptibles ante el vidriagón y el fuegodragón y yo tengo ambos en abundancia, en cambio vos no, si destruyen el norte lo mismo da.

-Si pensarais así no hubieseis venido no os hagais de rogar y decid que queréis del Norte.

-Tengo una oferta, os ayudaré con los caminantes si...- 

-Si nos inclinamos ante ti- Hablo Sansa enfadada.

-No, os ayudaré a cambio del Norte como bien decís y os daré un dragón.

Todos los presentes quedaron impactados, incluso el joven a caballo que según alcanzó a ver Daenerys no se bajaba por se lisiado.

-¿Qué...dragón pensáis darnos?- Habló Jon Nieve con asombro en su voz.

-Que dragón decís?- La reina emitió una macabra sonrisa ladeada-Lo tenéis frente a vosotros.

Crown of fire and bloodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora