PRÓLOGO
Hace seis años, en 1989, emprendí un viaje por todo el país en busca de la sabiduría. En el curso de ese viaje me entrevisté y trabajé con más de doscientos psicólogos, filósofos, médicos, científicos y místicos que declaraban conocer las respuestas a las preguntas que yo me estaba haciendo. En la época en que escribí What Really Matters: Searching for Wisdom in America, me quedó claro que, entre todos ellos, Ken Wilber constituía una categoría en sí mismo. En mi opinión, él es, y con mucho, la voz más profunda y convincente de la recién nacida sabiduría americana. Han transcurrido ya veinte años desde que Ken Wilber publicará El espectro de la conciencia, un libro, escrito a los veintitrés años de edad, que le convirtió, casi de la noche a la mañana, en el filósofo más completo de nuestro tiempo. El espectro de la conciencia, escrito por Wilber en tres meses después de abandonar sus estudios de graduación en bioquímica, plantea que el desarrollo humano atraviesa una serie de estadios que van mucho más allá de lo que suele admitir la psicología occidental. Sólo atravesando con éxito esta secuencia evolutiva, afama Wilber, es posible desarrollar primero una sensación de individualidad sana y experimentar luego una identidad más amplia que trascienda pero también incluya al yo personal. De ese modo Wilber unificó a Freud con el Buda, hasta entonces separados por diferencias aparentemente irreconciliables. Y ésa no fue más que la primera de sus muchas y originales contribuciones.
El título del libro que hoy nos ocupa es engañosamente frívolo porque ofrece exactamente lo que promete. Abarcando un amplio sustrato histórico -desde el mismísimo Big Bang hasta el baldío del presente postmoderno-, Breve historia de todas las cosas parece dar sentido a los caminos aparentemente contradictorios por los que ha discurrido y todavía sigue discurriendo la evolución -física, emocional, intelectual, moral y espiritual-del ser humano.
Se trata de un libro sobrio y contundente en el que Wilber desarrolla las ideas bosquejadas en sus otros once libros utilizando un estilo sencillo y asequible, el diálogo. El resto de la obra de Wilber requiere, cuanto menos, un cierto conocimiento de las principales tradiciones contemplativas orientales y de la psicología evolutiva occidental, pero Breve historia de todas las cosas, por el contrario, está escrito para un auditorio mucho más amplio, cualquier ser humano que tratando de encontrar la sabiduría en la vida cotidiana quede desconcertado ante la gran diversidad de caminos -a menudo contradictorios - que, asegurando conducir a la verdad, yerran en lo fundamental. A quienes terminen de leer este libro con ganas de seguir profundizando en la obra de Wilber recomiendo encarecidamente la lectura de su reciente Sexo, Ecología, Espiritualidad, un libro en el que explora con mayor detalle y rigor muchas de las ideas apenas esbozadas aquí. No conozco a nadie que haya descrito de manera más sistemática y comprehensiva que Wilber el camino del desarrollo del ser humano, el camino de la evolución de la conciencia. Y ciertamente que a lo largo de mi viaje conocí a muchas personas que pretendían estar en posesión de una versión particular de la verdad, pero casi siempre terminé descubriendo que sus conclusiones eran parciales y que, si bien daban cuenta de un determinado conjunto de capacidades y de valores, dejaban, sin embargo, completamente de lado a otras. Como pronto advertirán, Wilber ha adoptado, en este libro, un enfoque comprehensivo y global. En las páginas siguientes descubrirán una visión coherente que integra las verdades procedentes de una amplia y dispar diversidad de campos -como la física, la biología, las ciencias sociales, las ciencias sistémicas, el arte, la estética, la psicología evolutiva y el misticismo contemplativo, por ejemplo - y que también incorpora movimientos filosóficos tan opuestos como el neoplatonismo, el modernismo, el idealismo y el postmodernismo.
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Breve historia de todas las cosas
SpiritualBreve historia de todas las cosas, KEN WILBER