Explosión en la casa

11 0 2
                                    

Las pesadillas eran muchas, pero ese día fue muy diferente ya que fue tan real, me angustió demasiado, pero no pude despertar y eso fue lo peor, sabía que estaba soñando, pero no podía despertar, tampoco podía respirar, era de verdad horrible y no podía hacer nada para estar mejor, necesitaba ayuda, e inconscientemente comencé a gritar, entonces mi papá me escuchó y comenzó a preocuparse, corrió hacia mi pieza y al llegar me despertó, gracias, infinitas gracias papá.

-Despierta Camila, por favor tranquilízate, todo está bien, sólo fue una pesadilla- dijo mi padre.

Papá, fue horrible -trato de respirar - necesitaba que me despertaran, gracias, abrázame por favor -supliqué, me sentía tan vulnerable-.

Todo estará bien, yo estaré aquí contigo, nadie te hará daño -dijo con voz piadosa-.

Esas palabras me hicieron sentir tan aliviada, sabía que sólo sería por un rato y que después volvería a ignorarme como siempre pero eso para mí era suficiente, al menos por ahora.
Sentía que lo amaba por estar en ese momento conmigo, pero a la vez también lo odiaba, por haberle hecho tanto daño a mi mamá y hacer que ella se fuera, por ignorarme, por querer más a mi hermana, por considerarme alguien débil, por tenerme pena, lo odio, hoy es martes, y lo odio, mañana miércoles lo odiaré más y así el amor que siento desaparecerá cada vez más.

A la mañana siguiente no tenía ganas de levantarme pero tenía tanta hambre que no aguanté y me levanté de mi cama. A la primera persona que vi fue a mi hermana, ella sólo me miró con pena, le pregunté qué tanto miraba y sólo bajo la mirada, estúpida -pensé-. Bajé y mi papá había servido el desayuno, eso sí que era un milagro, tomaría desayuno con nosotras, de seguro algo había pasado, quizás se irá de viaje nuevamente, no lo sé, me da igual, veamos qué quiere.

Esto sí que es un milagro, tú preparando el desayuno, dime, ¿qué pasó?, ¿por cuánto te vas? -dije tirando una risa sarcástica-.

-Yo no me iré a ningún lado, pero tengo que hablar contigo, estoy preocupado por ti.

-¿Tú preocupado por mí? Ahora yo me estoy preocupando, dime qué pasó.

-No estás bien, lloras toda la noche y nunca me cuentas lo que te pasa y...

-Eso es porque nunca estás para mí cuando te necesito -lo interrumpí-.

-No me digas eso, por favor, desde que tu mamá se fue he tenido que hacerme cargo de ustedes dos yo solo y ha sido súper difícil, tantos viajes de trabajo y como si fuera poco estoy solo sin nadie que me de una mano- dijo comenzando a llorar-.

-A mí no me vengas con ese cuento de que tus viajes son de trabajo, los dos sabemos que si mi mamá se fue, lo hizo porque descubrió que la estabas engañando, de seguro viajas todos los meses para verla a ella y a cuántas más, no te creo nada, no te hagas el interesado en mi vida porque no te sale, no te necesito así que metete en tu vida con tus novias y tus cosas que yo ya estoy harta con mis problemas como para tener que soportar los tuyos.

Nunca había tratado así a mi papá, por su cara pude notar lo mal que lo había hecho sentir pero no me importó, sólo quería tratarlo peor, tenía tanto odio que no sabía si era normal, pero al menos me ayudaba a soltar lo que por años había guardado.

Guerra mental.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora