¡Estúpido Woozifer! (Terminada)

Capítulo 2

— ¡¿Que?! — Pregunté impactada — Debe ser una broma, ¿no? — Los miré preocupada — Entiendo que sea por trabajo...pero dejarme con personas que no conozco y que ellos se acaban de mudar aquí — Cada vez hablaba mas rápido por causa de mis nervios.

¡Que ejemplos de padres!

— Relájate hija, tan sólo escucha.

— Eso intento, pero es que no pueden ser así.

— Vamos, vamos — Me intento calmar mi padre — No te pongas histérica.

Suspire — Es que no los entien — me interrumpieron.

— Te daremos dinero cada mes, y te llevaremos a un concierto de esos chicos que tanto te gustan, ¿feliz?

— Bueno pensándolo mejor, es tan sólo un año y debo acostumbrarme a no depender de ustedes...Convivir con otras personas no suena tan mal. Ya, creo que acepto.

— Genial, mañana en la noche nos iremos, así que no vayas a llegar tarde.

— Si, necesito guardar mis cosas.

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— Oh, tus padres si que son algo — Mia habló un poco dudosa — ¿Como decirlo? — Íbamos caminado hacia la salida de la escuela

— ¿Despreocupados? — La mas alta contestó.

— Si algo así.

— Lo sé, pero bueno, es trabajo ya estoy acostumbrada a este tipo de cosas, aunque debo decir que me tomó por sorpresa.

— Ya Tabi, deberías irte a ordenar tus cosas.

— Sí...bueno adiós, mañana les cuento cómo me fue con mis "nuevos padres".

Rieron — Que te vaya bien — hablaron al unísono.

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— Aquí es la casa, Tabitha — Mi padre paró en una casa y bajamos del auto.

— Ouh...es muy grande y linda — Dije impresionada.

— Lo es...y tu que regañabas tanto con que no querías venir.

—Mmm...— Asenti con mi cabeza aún mirando el lugar, era una casa muy grande y blanca.

— Ya ya. Es hora hija — Tocó el timbre de aquella casa.

Un hombre de como la misma edad de mi padre apareció abriendo la puerta. Se veía simpático

— Hola bastardo, tanto tiempo — Saludo riendo a mi padre.

—Joder, como haz cambiado — Se dieron un abrazo de buenos amigos.

— Bueno si...— Me miro con una cálida sonrisa — Supongo que está es Tabitha, tu hija.

— Si ella es Tabi. Tabitha, él es mi amigo, quien cuidará de ti.

— Un gusto conocerlo — Di una reverencia en forma de respeto

— Bueno, pasa, siéntete como en tu propia casa — Se corrió había el lado dando el paso para entrar.

— Ya, gracias — Mire hacia mis padres — Adiós, cuidense.

— Adiós hija. Cuídate y portate bien, intentaremos llamar todos los días.

Entré con mi maleta. Se veía el comedor, tenía un estilo un poco elegante, colores cálidos, las paredes de color crema que quedaban perfecto con el sofá. La televisión muy grande, perfecta para conectarla a mi notebook y ver doramas.