Por fuera parecíamos perfectos, pero ya no había un nosotros éramos completos extraños, dejamos de ser prioridad desde que me converti en un trabajo.
Nos casamos a los 18 un amor de juventud alocado con tanto por delante la llama del deseo estaba más que encendida, el me controlaba con tan sólo una mirada sus manos rozando mi piel causaba en mi la más excitante de las sensaciones era algo que no se describe con palabras fuimos todo y a la vez nada, veía el cielo en sus ojos pero me llevo al infierno de la soledad.
Al decidir casarnos creímos que se consolidaria más la relación, para que mentir los primeros meses viviendo juntos no salíamos ni de la habitación al despertar era un placer ver su cálido y desnudo cuerpo a mi lado, vivía para el y su felicidad
Pero un día sin premeditarlo, no vimos de donde llegó, como todo cambió... la rutina nos golpeó aquellas manos que podían convertirme en una hoguera esas manos que producían en mi las más candentes llamas, fueron las mismas que me comenzaron a enfriar, deje de ser su prioridad comenzaron los gritos las las discusiones y yo comencé a perderme quizás fue mi culpa quizás debí luchar más quizás, quizás , quizás, muchos "quizas" se cruzaban por mi mente .
Comenzó el dolor la decepción la tristeza las noches eran interminables dormía a su lado pero no con el , me perdí mucho tiempo lloré a mares, pensé cantidad de tonterías que pude y más y es que lo amaba tanto que vivir sin el era la peor calamidad, me obsesiones me sentí fea no deseada y no vi más camino que la oscuridad esa no era la respuesta pero en la desesperación nadie piensa ahora lo veo sonreír desde lejos y eso me hace plenamente feliz,
Mi cuerpo descansa en una fría tumba pero mi espiritud siempre estará a su lado así ya no sea a mi a quien ame
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Extraños
Historia CortaLa rutina, nos golpeó y mi supimos defendernos el matrimonio es más que dormir con un completo extraño dejamos de ser uno para volvernos enemigos