1 | ALEXIS

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I

Londres

Lo mire directamente a los ojos, no me iba a intimidar. Nuestros abogados leían los acuerdos en voz alta pero ninguno de los dos los volteaba a ver, solo nos mirábamos a los ojos con intensidad, retándonos.

-De acuerdo al prenupcial, en caso de infidelidad de parte del Sr. Kingsley, usted Sra. Kingsley se queda con mitad del dinero, las tres propiedades que tienen en Estados Unidos y todas las joyas que el Sr. Kingsley le dio a lo largo del matrimonio incluyendo el anillo de compromiso.-Mi abogado me entrego unos papeles.- Si firma esto es papeles dice estar de acuerdo con el trato.

-Quiero mi apellido de vuelta.- Le dije a James, mi abogado.

-Te lo regalo.- Owen dijo mientras soltaba una risa.

-Eres un bastardo.- Le dije con amargura.

-La cantidad total del dinero es de 10 millones de dólares.- Dijo Russell, abogado y tío de Owen, un hombre que con solo verlos te daban escalofríos por todo el cuerpo. Owen lo miro con sorpresa.

-¿10 millones? – Jamás había escuchado a Owen tan sorprendido como ahora y eso me dio un satisfacción enorme.

-El apellido se te regresara Alexis en cuanto firmes los papeles.- Me aseguro Russell con su voz fría y profesional, ignorando la reacción de Owen.

Leí el acuerdo una y otra vez, asegurándome que no hubiera ningún tipo de trampa, por mas que adoraba a la familia de Owen sabia muy bien que ellos no eran de perder, mucho menos ante una niña. Agarre la pluma y estaba a punto de firmar los papeles cuando Owen abrió su gran boca.

-Amor, no lo hagas, yo se que cometí un error pero no vuelve a pasar. Yo te amo- Lo mire sin creer sus palabras, supongo que 10 millones era mucho dinero para el.

-¿Me amas? Acaso eso era lo que pensabas mientras te acostabas con Ashley, Tiffany o Mary, ¿Si te acuerdas de Mary verdad? – le pregunte y pude ver como Russell suspiraba de la desesperación.- Te debes de acordar de ella, digo era mi prima.

Owen abrió su boca para decirme algo pero Russell le puso una mano en su hombro indicando que no dijera nada antes de que le pudiera quitar otra cosa, y simplemente por el puro coraje deje mi pluma a un lado.

-Quiero al perro.- Me cruce de brazos y pude ver como Owen se retorcía de la ira.

Salí de la oficina con mi abogado a un lado de mi, sentía como si hubiera ganado el premio mayor y de alguna forma lo logre.

-¿Cuándo podre regresar?-pregunte.

-Puedes hacerlo desde hoy, yo me encargare de lo demás.- James no podría tener más de 40 años, era el mejor abogado de todo Londres, claro en competencia de Russell quien se había dado su lugar en el mundo de las leyes.- Felicidades Lexi, a partir de hoy eres soltera.

Sonreí , después de 2 años en este horrible matrimonio me pude librar de Owen y de toda la familia Kingsley, ahora era tiempo de regresar a la familia Doyal y con ese pensamiento mi sonrisa se borro, regresar a la familia Doyal, significaba regresar a Seattle, significaba pasar todo el verano en casa de mis padres y aguantar todos sus regaños y sus fastidiosos comentarios sobre mi matrimonio fallido y el perro.

-¿Todo bien Lexi?- James me pregunto al ver que deje de caminar.

-Ni siquiera me gustan los perros.- Dije y no pude evitar pensar en que lio me había metido al divorciarme de este idiota.

...

-¡Lexi!- Busque en dirección de la voz y vi a mi mamá correr hacia donde estaba con los brazos abiertos con mi papá detrás de ella con un rostro sereno y caminando en pasos tranquilos.

Recuerdos de un amor perdidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora