cap.2 (nueva versión)

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Después unas pocas de haberme recostado al lado de una fogata empiezo a escuchar ruidos, hace poco me volví a mover de sitios, en el anterior no tenía una forma de escapar si algo llegaba a suceder, ahora tengo al menos dónde ocultarme, me levanté en silencio y me dirigí a dónde estaban los ruidos, era de algo siendo raspado o mordido, creo que es una rata, pero no está de más verificar el lugar.

- ¿Que mierda es eso? - una especie de rata gigante estaba sobre un mueble, esa no es una rata, es otra cosa, dejo de ser una rata hace mucho tiempo, es una mutación semi humana, de más de 2 metros de altura, sus patas delanteras están retraídas como las de un T-Rex y las garras son de unos 30 cm de largo, 5cm de ancho en la base y menos de medio centímetro en la punta, eso te llegaría a destrozar de un solo ataque, está jorobada y al parecer busca salir del lugar, rápida pero silenciosamente cerré la puerta y me fui del lugar. Después de una media hora de caminata vuelvo a parar, está vez al lado de un acantilado, las ramas de los árboles muertos están por caerse, hace más de 2 años que no llueve, no hay mucho que se pueda hacer, ahora nadie tiene la posibilidad de desperdiciar una gota de agua.

A la mañana siguiente sigo caminando en busca del siguiente pueblo o ciudad que vea no tengo mucho más que hacer.

- ¡Ayuda! ¡Alguien, quien sea! ¡Por favor, ayúdeme!- el grito de una chica se escucha a lo lejos, pero al mismo tiempo se escucha tan cerca que parece estar a mi lado, intente ignorarla pero al final cedí.

- ¡Hey!, ¿dónde estás? ¡Sigue hablando, yo seguiré tu voz

- Por aquí estoy atrapada bajo unos escombros - la chica se escuchaba desesperada.

- Bien tranquilízate, trata de hablar tan alto de nuevo, esas cosas pueden ser atraídas por sonidos fuertes, no es muy buena idea gritar como hace poco.

- Si, gracias, creo que estoy ilesa, pero cuando dormía algún tipo de monstruo paso por encima de esta casa y  quedé atrapada.

- Ya veo, al parecer están mutando de nuevo - después de casi una hora de estar sacando escombros logré sacarla y comimos algo de lo que me quedaba.

- Gracias, pero no era necesario que me dieras tu comida, puedes pedir lo que sea, no importa que sea, pides pedirlo - ella se notaba algo avergonzada, al parecer "cualquier cosa" si es es cualquier cosa, ella no va a poner ni un pero.

- No tengo nada que pedir, solo necesito descansar - me fui recostando poco a poco mientras hablaba, y al final me voltee.

- ¿Tú nombre, cuál es tú nombre?

- ¿Mi nombre?, No lo recuerdo, hace años que nadie me lo pregunta, puedes llamarme como quieras.

- Entonces, te pondré otro.

- Has lo que quieras, después de todo probablemente no nos volveremos a ver nunca.

- Si, tú nuevo nombre será Sute.

- ¿Sute? No es un mal nombre, me lo quedaré si no te molesta.

- No, al contrario, eso me gustaría, mi nombre es Rubí, a decir verdad no hay mucho que recuerde, pero se que ese es mi nombres - me volví hacia donde ella estaba, ambos estamos en el mismo suelo de una casa apunto de caerse y seguimos tranquilos, ella está viendo el estado de la casa, yo estoy recostado y queriendo dormir.

- Rggg - un gruñido de escucha fuera del lugar, supongo que a de ser algún animal que no ha perecido por falta de comida, cuando salgo me encuentro ante una escena algo anormal, un perro está comiendo a un lobo, el problema no es ese, si no que hay otros dos lobos con la garganta arrancada, ese perro es capaz de comer cualquier cosa, ya perdió su poco razonamiento.

Intentando Repoblar [Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora