De los balones al amor.

Mi gran error.

Y volví.

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~Pov Eli~

Acababa de confesarle mis sentimientos a mi pequeño. Sabía que a él le gustaba Kiseop y por eso estaba seguro de que si no luchaba lo iba a perder. Yo no podía permitir eso. Vi sus ojos llenarse de lágrimas, mientras me decía que no podía aceptar mis sentimientos. Bajé la cabeza y le sonreí con tristeza antes de que él saliera corriendo. Mi corazón se había roto y yo estaba completamente destruido. Caminé con la cabeza baja a casa, no tenía ganas de ver , ni de hablar con nadie. 

Tras dos horas de caminar llegué, entré a mi habitación y me dejé caer al suelo, mientras mis mejillas se llenaban de lágrimas. Lo amaba, lo amaba desde que lo conocí, desde que eramos unos niños que jugaban a ser héroes del mundo entero, desde que me dijo que yo era su superhéroe. Seguí llorando con el corazón destrozado hasta quedarme dormido.

Desperté al sentir algo vibrar en mi bolsillo. Saqué y pude ver todas las llamadas perdidas en mi celular. Lo había olvidado, hoy había entrenamiento y aunque no deseara ir, debía hacerlo. En una semana más tendríamos un partido importante y debía entrenar a los chicos. Me levanté pesadamente y caminé al baño para darme una ducha. Al estar listo, comí algo para luego caminar al gimnasio. Sabía que hoy los vería y sinceramente no deseaba ver a ninguno de los dos en estos momentos. Al llegar los vi melosamente abrazados, aunque Kevin se veía triste a leguas y yo lo notaba. Los regañé y comencé con el entrenamiento.

E: ¿¡Qué estas haciendo Dongho!? Ve a bloquear ese balon o te vas... 20 planchas ¡ahora! -le grite-
Ki: hyung, Dongho si fue a bloquear no debes regañarlo.
E: mejor llega a todos los balones antes de darme explicaciones por otros. Kevin golpea el balón y abre los ojos al golpearlo o te vas.
Ke: si hyung -dijo con la cabeza gacha- ¿alguien más que desee decir algo o meterse en lo que no le importa? -todos se quedaron en silencio- sigan entrenando.

Todos los entrenamientos siguientes fueron así. Ellos cada vez mejoraban más y si seguíamos así teníamos el primer lugar ganado. Camine al camarín y como siempre los encontré besándose melosamente, mientras Kevin estaba sentado en sus piernas. Bufé y entré como si nada. Tomé mi bolso y me metí a las duchas para calmarme un poco. Realmente estaba cansado de verlos juntos, más que cansado estaba dolido de no poder ser yo quien tuviera a Kevin de esa manera. 

Se supone que los cuentos de hadas deben terminar en un final feliz... pero sin duda alguna esta no era una de esas historias. Salí de las duchas ya listo y los vi. Ni siquiera me despedí y me fui. Aún no sabía que debía hacer con Kevin, ni con las finales, ni con mi vida. Todo se había vuelto tan oscuro desde que él me había dicho que no podía aceptar mis sentimientos. Acaso... ¿debo luchar por él? ¿luchar por mis sentimientos? o ¿debo verlo ser feliz con otro?

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Espero que les guste c: