La brisa fría de la noche me hizo encogerme. Mi mente seguía fija analizando el lugar donde nos íbamos adentrando. Fruncí el ceño ya que aunque estaba bastante ebria, tenia la suficiente conciencia de que a mi casa no nos estábamos dirigiendo.
-¿A dónde me llevas?-pregunte con un tintineo de dientes.
Silencio fue la respuesta que recibí. Decidí callarme.
Cada vez se me hacía más largo el camino, y mis párpados empezaban a cerrarse sobre mis ojos, intenté luchar contra el sueño, pero caí profundamente en los brazos de Morfeo.
El estruendoso sonido de la puerta cerrarse de golpe me hizo sobresaltarme y caer en el suelo del coche, me senté y rasqué mi nuca, ubicándome donde me encontraba en ese momento, cuando la puerta trasera se abrió y resoplé. Me sacó del coche y tuve que apoyarme en él para evitar mi caída.
Cuando mi vista volvió a la normalidad fijé mi mirada en la pequeña cabaña que se encontraba en medio de la nada.
Entramos sin decir ninguna palabra. Tod dejó las llaves en la mesa principal.
Entramos y sin darme cuenta estaba atrapada en su agarre. Me puso contra la pared y susurró.
-Aby, Aby, Aby. Hoy has sido una chica muy mala.
Su mirada estaba fija en mis labios, y podía sentir nuestras respiraciones aceleradas mezclándose entre si. Sin más demora, comenzó a besar mi cuello. Su mano se aferraba a mi espalda, realizando amagos en subir mi camisa. Sus besos pasaron a mi boca y ferozmente entrelacé mis piernas alrededor de sus caderas. Posé mis manos en su cuello, y ahi fue cuando colocó sus manos en la parte trasera de mis piernas, caminando y dirigiéndose hacia un sofá que se situaba en medio de la cabaña. Nuestros besos eran cada ves más salvajes, y la ropa se sentía pesada entre nuestros cuerpos. Desabrochó mi jean y lo arrojó lejos de nuestro alcance. Nuestros ojos conectaron por un momento y sentí algo extraño en mi interior que me decía que siguiera. Sinceramente no sabía si era el calor del momento o el alcohol que seguía en mi cuerpo.
Desabroché cada botón de su camiseta y él mismo se la quitó. Mis pulsaciones se aceleraban cada vez que íbamos avanzando. Tod se colocó encima de mi, apoyando sus manos en el sofá. Me miró y me mostró la más hermosa de las sonrisas que había visto jamás.
-Va a ser la mejor noche de tu vida-sonreí y mis mejillas se sintieron cálidas al instante.
Le vi desabrocharse el pantalón...
Levanté mareada, mi mano se posó en mi cabeza al instante de tener una punzada en esta. Sentí una mano en mi cadera, sonreí al recordar la noche anterior. Jason me había hecho sentir especial esa noche. Me giré y quedé paralizada al ver la persona que me agarraba. No podía ser. Quité cuidadosamente su brazo de mi y me levanté deprisa. Tuve que descifrar el lío que tenía hecho en mi cabeza.
1. Él no era Jason, era Tod.
2. ¿Cómo no me pude dar cuenta?
3. ¿Qué iba a decir?
Me vestí enseguida, no podía estar allí cuando Tod despertará.
-Mmm, buenos días preciosa-dijo adormilado intentando abrir lentamente los ojos.
-De buenos nada.
Cuando se dio cuenta de que no estaba a su lado.
-Sentí como si estuviera en las nubes.
Mientras enlazaba el cordón de mis zapatillas le di una mirada de enfado.
-No sé si puedo decir lo mismo.
Se rascó la nuca y suspiró.
-Anoche lo tenias bastante claro, creo haberte oído gritar mi nombre varias veces.
-Estaba ebria, ¿acaso no era demasiado notorio?
-Lo sé nena, era tu castigo, aunque más bien puedo decir que fue un regalo para ti.
-¿Un regalo? No me hagas reír-le dije levantándome del suelo-Y la próxima vez que me veas en ese estado no hagas nada, no te preocupes en supuestamente llevarme a casa, ya sé que no soy la única que miente aquí.
-¿Acaso crees que estaba preocupado?-río.
Pasé por alto lo que había dicho, cuando fui abrir la puerta.
-¡Suéltame!
-Relájate-me dijo, instintivamente mire su cuerpo completamente vestido, menos sus zapatillas-Anoche no hicimos nada-me miró a los ojos. Se veían sinceros.
-Sólo hice un gesto de gentileza, no podía dejarte con ese en el estado en el que te encontrabas.
-Siento decirte que Jason no hubiera hecho algo que no quisiera.
-¿Segura? Porque si mi memoria no falla, él no hizo nada por evitar que te emborracharas de tal manera, por el contrario, te incitaba a beber cada vez más y más.
Aunque Tod tenía razón, no quería darle el placer de aceptar mi error.
Escuché mi teléfono sonar, sabia quien era.
-¿Si?
-La próxima vez que me entere de que te vas de fiesta sin mi...
-¿No puedes darme el sermón en otra ocasión? No es buen momento ahora.
-¿Ya te has acostado con Jason?
-¡Amy!
-¡Vale! Hoy a las 17:00h, te quiero ver en Coffe's Cup, tengo algo que enseñarte.
-De acueeerdo.
-Por cierto, ¿dónde estás?
-Mejor que no lo sepas-reí nerviosamente.
Amy colgó, y miré hacia Tod.
-Tengo que irme.
-Deja que te lleve a casa.
Pensé dudosa su oferta pero finalmente acepté.
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Let The Ocean Take Me
Teen Fiction" Deja de llorar, eres patética" Pensamientos reprochadores que nunca te dejan. " Debes de actuar con la cabeza no con los sentimientos" Advertencias que pasan desapercibidas. ¿Cómo se sentirá al saber que únicamente llegaste al mundo para enfrenta...