VI.

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- Annbeth no la hubieras dejado ir sola, ¿Y si le pasa algo? - Jason apretó con suavidad la mano de su prometida y esta le vio enternecida.

- Ella sabe cuidarse sola, estará bien...

- Se nota a simple vista, es capaz de defenderse bien - Annabeth palmeo suavemente la espalda de Jason.

- Si, creo que deberíamos de quitarnos de aquí o seremos aplastados por los caballos. - Dijo un aún preocupado Jason, y en parte tenía razón.

En ese momento empezaban a circular las comitivas de las escuelas, una larga estela de hombres corpulentos sobre hermosos caballos, Jason dejo ir momentáneamente su preocupación para observar a la comitiva del hermano de ______.

Arion sonreía soberbiamente a la aglomeración de civiles, mientras que sus guerreros reían escandalosos y se empujaban los unos a los otros con sus monturas.

- ¿El es el hermano de ______? - Pregunto Annabeth escondiendo lo impresionada que estaba. Aquel hombre era indiscutiblemente atractivo.

- Así es, te deja impresionado ¿verdad? - Sonrió divertido.

Annabeth no tuvo que contestarle al verla tan interesada en el hermano de su mejor amiga, la verdad era que a el también lo dejaba impresionado. Un hombre griego y extremadamente apuesto que hacia que las mujeres se tiraran a sus pies con solo una mirada, era una figura de gran admiración para Jason puesto que su sueño desde pequeño había sido ser gladiador. Aun recordaba la bofetada que le había dado su padre al haberle informado aquello.

- Los combates están a punto de comenzar, debemos entrar ya al coliseo antes de que se llene, recuerda que debemos encontrarnos con mi hermano. - le dijo Piper a Jason, jalando suavemente a su amiga y a su prometido para que avanzarán.

- Tienes razón... - Dijo Annabeth sin despegar la vista de Arion.

Se bajo de su montura seguido de Percy, dos soldados abrieron la reja de la entrada a la parte subterránea del coliseo, y ellos altivamente entraron hacia su espacio designado. - Preparense, les daré su ultima indicación. - los apuro Arion seriamente.

Se cruzo de brazos y observo como se colocaban sus protecciones, de entre sus filas el único que no utilizaba escudo era Percy, por lo que su iniciación dejo boquiabierto a mas de uno al ver que había salido inmaculado, ni una sola herida en su piel. En ese momento el supo que el seria su invicto.

- ¿Listos? - recibió como afirmación un grito y el sonido de espadas chocando contra escudos, sonrió satisfecho. - Este año no solo participaran nuestras escuelas rivales, sino también civiles. - Murmullos se alzaron en esa amplia estancia. - ¡Silencio! No les pediré que se contengan, tampoco les pediré que si el publico pide la muerte de su contrincante y este resulte ser un civil, no la cieguen. - Arion rió al escuchar uno que otro suspiro de alivió. - Civiles o gladiadores, ¡son todos iguales en la arena!

Gritos de jubilo y sedientos de sangré, helaron a los soldados que custodiaban a esa estancia.

Por otro lado, _____ estaba en la estancia contigua. Petrificada, no por el miedo a ser derrotada sino de saber que tenia tan cerca a su hermano.

Al escuchar su discurso ella supo que debía ganarse el respeto de su hermano con sudor y lágrimas, no podía llegar y plantarse frente a el y decirle cuanto lo había extrañado y que lo único que deseaba era estar con el, ella no era la misma niña a la que secuestraron en antaño y el ya no era el mismo adolescente enfermizo.

Volvió a concentrarse en el lugar en el que estaba, en poco empezaría el combate de "todos contra todos" de las escuelas mas numerosas, entre esas estaba la de su hermano así que sería una de las primeras escuelas en salir a la arena, suspiro preocupada como siempre permanecía todos los años en esa época.

Escucho como el porta voz anunciaba a la escuela de su hermano y ella, por primera vez en años lo tuvo a unos centímetros de su cuerpo. Como siempre estaba vestido como alguien de la alta sociedad y perfumado con un aroma que entorpeció sus sentidos, su adorado hermano era para ella lo más preciado que tenia.

Saco una mano de entre los barrotes de la celda a donde los habían metido los soldados y, cuando apenas milímetros los separaba, volvió a meter ágilmente su mano antes de siquiera rozarlo con la punta de sus dedos; No, ella debía ganarse a su hermano desde cero, como una gladiadora mas en ese ambiente de testosterona y sudor. Quería enorgullecerlo.

- Oye hermosa, ¿No se te habrá perdido la tribuna, cierto? - un muchacho joven le acaricio el muslo descubierto sonriendole lascivamente, ella siendo un manojo de emociones en ese instante lanzo un conciso puñetazo a su rostro, mandando al desvergonzado contra el suelo arenoso y rompiéndole un pómulo del cual empezó a brotar sangré.

- Parece que a ti se te perdieron las manos de tus costados... - le gruño con los ojos inyectados en sangre, con sus grandes gemas jade refulgiendo de asco. - si no quieres perderlas permanentemente, te aco cuides donde las pones...

Una risa en general se extendió por la estancia, llenandose el ambiente de: "la princesita se sabe defender", "uh... Cuidado que la gata nos rasguña" ó "Que patético muchacho, una mujer lo a humillado" y variedad de burlas más.

Bufo molesta por la estupidez de todos esos hombres, dirigiéndose a sentarse en una esquina. Esperaba poder luchar ese día, porque si la batalla que se propiciaba en ese momento se demoraba en culminar, tendría que luchar mañana.

Nico suspiro levantándose de su cama, saliendo de aquella humilde pero cómoda habitación que le había cedido Arion, se acerco a la hoguera que estaba en todo el centro del recinto tributo a la Diosa Hestia.

Con sus dientes rasgo la piel de la palma de su mano haciéndola sangrar y dejando que las escandalosas gotas de sangre cayeran en el fuego, suspiro frunciendo el ceño y maldijo al idiota de su padre aunque aquello le trajera mas desgracia a su vida. - Hades, he encontrado a Hazel y te doy las gracias de ello ya que sin tu ayuda no lo hubiera logrado. - se trago su orgullo y vio como el fuego despedía humo aún más negro que como lo hacia normalmente. - Esperó que les digas de mi parte que gracias a ellos broma bóer a hacer daño.

Entre Griegos y Romanos. (Nico Di Angelo y tu) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora