La Moneda

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Desperté rodeada de hombres armados, no sabía dónde estaba hasta que recordé lo sucedido, me estaban llevando a el Palacio presidencial a ver a la presidenta en contra de mi voluntad, tengo que salir de aquí, yo no le pertenezco a nadie, ademas que esto no me da buena espina.
Intenté soltarme, pero estaba esposada y uno de los guardias me amenazó con volver a desarme si no me comportaba. Yo iba al medio en la parte trasera del auto, no tenía mi catana, de seguro me la quitaron cuando me sedaron. Por la ventana pude divisar la Moneda, es igual a las fotos que me mostraron las tías del orfanato... el orfanato... aún no puedo creer que hicieran eso, y yo creía que les importaba, pero no, sólo me vendieron como si fuera un objeto.

El auto paro en frente del Palacio, los guardias bajaron y me obligaron a hacerlo yo también, caminamos por varios pasillos, todos con pinturas y fotos de los presidentes anteriores, subimos una escalera y recorrimos otro pasillo, Dios está cosa es un laberinto.

Por fin llegamos a la oficina de la presi, ella estaba sentada un su escritorio, su oficina era grande, con dos sillones de un cuerpo que miraban a uno de dos, encima de este había un cuadro de la guerra naval de Iquique, donde murió Arturo Prat, uno de nuestros héroes de guerra mas famosos.

Por fin llegamos a la oficina de la presi, ella estaba sentada un su escritorio, su oficina era grande, con dos sillones de un cuerpo que miraban a uno de dos, encima de este había un cuadro de la guerra naval de Iquique, donde murió Arturo Prat, ...

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Tenia otras cosas, como muebles, libreros y esas cosas típicas de una oficina, no les tome mucha importancia, ya que me quede mirando el cuadro, a mi me encanta el arte y la historia de nuestro país, cada día aprendo más de esta.

-Buenas tardes Abigail- hablo la presi, desviando mi atención del cuadro hacia ella- espero que los caballeros la hayan tratado bien

-Si, seguro- digo irónicamente y miro hacia atrás buscando a los hombres que me trajeron, pero ya no estaban- señora, mire, no quiero ser grosera con la marca autoridad de de Chile, pero  no se que hago aquí ni porque sus hombres me escoltaron hasta aquí, asique le pido que me explique, porque yo no quiero estar aquí mas tiempo de lo que sea necesario

-Señorita, nosotros la trajimos aquí por razones confidenciales, es de nuestra propiedad-dijo refiriéndose seguramente al estado- ahora, asique no tiene porque exigir explicaciones, pero debido a que a sido respetuosa comparado con el alboroto que armó en Cerro castillo, le haré un avance de lo que le sucederá de aquí a mañana y un resumen del porque está aquí. Usted fue comprada para formar parte de un proyecto confidencial, usted a sido observada e investigada y hemos decidido que es apta para el exponente, usted sera escoltada a un hotel donde pasará la noche, le pasaran ropa y útiles de aseo personal, todo lo que usted necesite, mañana por la mañana será trasportada en helicóptero hasta la isla Juan Fernández, donde se quedará indefinidamente

-Pero yo no quiero hacer nada de esto, no quiero estar aquí, yo quero mi vida de vuelta ¡No puede hacer esto! ¡Es ilegal!

-Por favor señorita, no perdamos la compostura ni entremos en legalidades, estos señores la escoltaran al hotel, no les de problemas, están autorizados para volver a sedarla si es necesario- miró a los hombres que acaban de entrar, llevaban traje, pero no eran los que me trajeron.

Me hicieron una seña para que saliera, pero yo no me movería de ahí esposada, al menos quería mis manos de vuelta

-Señora, haré todo lo que me ordenó, pero por favor -levante las manos, mostrando mis esposas- ¿Podria desposarme?

-Dudo que sea lo correcto, podrías repetir el episodio del orfanato, usted no es de fiar

-Confié en mi, me quiero reivindicar anterior comportamiento- la presidenta me mira algo sorprendida, de seguro no esperaba esa actitud y vocabulario de una huérfana violenta que portaba armas en su cuarto, yo leo querida y mucho- además, usted autorizó para que utilicen sedantes si hago algo inadecuado o sospechoso, asique no debería preocuparse- parese pensarlo

-Muy bien, Pablo, sueltala y llevala al hotel- Uno de los hombres se acerca, supongo que el tal Pablo, me libera de esas molestas esposas y retrocede, quedando junto a su compañero, que estaba en la puerta- espero no tener noticias desagradables señorita, ah si, lo olvidaba, cambiarán su nombre por Samanta Wittson-- genial, no les basta con arrebatarme mi tranquila vida, noooo, ahora me tiene que cambiar el nombre y ponerme apellido y uno gringo- ahora si, puede retirarse

Obedezco y salgo guiada por los guardias, volvemos por el laberinto hasta salir, entramos en el mismo auto, donde reconozco al chofer, me sientan al medio, se suben los hombres de traje y el auto parte.

Tengo que asimilar toda esta información... a ver, vamos por orden:
Estaba yo tranquila viendo a las niñas del orfanato cuando me doy cuenta estoy corriendo para no ser capturada por los agentes del gobierno, luego me llevan con la presidenta, me dice que soy apta para un experimento y que me llamaran mañana a un laboratorio en la Isla Juan Fernández.

Un laboratorio... un experimento... algo para realizar ese experimento... y ese algo soy yo

El auto se para en frente de un edificio enorme

-¿En donde estamos?-Le preguntó a Pablo, el me mira de reojo y responde

-En Santiago niña, ¿que acaso no sabes donde se encuentra la moneda?

-Eso si lo se-dije obvia- me refiero al hotel

-Ah, es un hotel normal, no te encariñes, mañana estarás camino a Juan Fernández y no se como te tratarán haya

Me dejó algo intranquila con eso, pero preferí ignorarlo, nunca en mi vida había estado en un hotel, era tal cual describen en los libros, grande, lujoso y con mucha gente.
El compañero de Pablo habla con la recepcionista , esta le da una llave, el la toma y vuelve con nosotros, tomamos el ascensor hasta el piso diez, está cosa tiene 30 pisos ¡es enorme!
El ascensor para y nos bajamos de el, caminamos por un pasillo lleno de puertas enumeradas, no logro encontrar el orden de las puertas. Nos detenemos el la 269, el que fue a buscar las llaves abre

-Tu te quedas aquí, no sales hasta que te vengamos a buscar mañana- Pablo toma mi brazo y me pone una pulsera negra- esto nos avisará si sales y ni intentes quitártela, también nos avisará si lo haces, si eso ocurre vendremos, te sedaremos y te dejaremos encerrada en una caja sin comer todo el viaje y supongo que  quieres que eso pase, ¿No es así?- negue con la cabeza mirando el piso - se puede mojar, asique puedes ducharte. Nos retiramos, vendrán a dejarte comida hoy y mañana, asique no tienes excusa para salí -dicho esto se fueron

Me quedé mirando el lugar, era acogedor, tenía una cocina americana una sala de estar, un balcón que tenía una vista a Santiago, un baño con una tina que también funcionaba como ducha y en la única habitación que tenía había una cama de dos plazas con un velados a cada lado, también tenía tele y un armario.

Decidí darme una ducha, en el baño encontré un par de toallas, prendi el agua y cuando empezó a salir vapor entre en ella.

Aquí cambiaría mi vida... de hecho.. ya no es mi vida, le pertenezco al estado

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⏰ Última actualización: Jul 16, 2016 ⏰

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